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Dogo argentino

Esperanza de vida10 - 13 años
Precio Promedio€ 1000 - 1500
PesoMacho:40 - 45 kgHembra:40 - 45 kg
AlturaMacho:60 - 68 cmHembra:60 - 68 cm
Características
Ejercicios necesarios
Fácil de entrenar
Salud de la Raza
Costo de manutención
Tolera estar solo
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Introducción de la Dogo argentino

Los antepasados del Dogo Argentino (razas del tipo molosoide) eran los perros más utilizados en combates y peleas, hecho que propicia que a veces este perro pueda tener un carácter dominante y testarudo. Se dice que rara vez admite que siente dolor y que en una pelea puede llegar a luchar hasta la muerte si es necesario.

Historia de la Dogo argentino

Visto desde lejos, el Dogo Argentino camina lleno de orgullo y es la pura imagen, con su color completamente blanco, de la fuerza en su máximo grado. A medida que el Dogo Argentino se va acercando, su postura rígida y su cara gruñona le dan un aire de determinación y coraje combinados con «un poder explosivo difícil de contener». Desde unos pocos pasos de distancia se aprecia su clara musculatura a través del pelaje corto y blanco de esta raza. Este físico extraordinariamente musculoso y su marcha lenta y de pasos largos transmite una confianza que rara vez se ve en el mundo canino. Saltando con elegancia y encima de usted y mirándole a los ojos, el Dogo Argentino sisea con una aparente satisfacción, sonríe satisfecho al verle y a continuación le limpia la cara con la lengua. Ésta es la paradoja del Dogo Argentino: un perro que posee una fuerza inflexible y la cordialidad más amable y cariñosa.

Puede que siempre se discuta la ética de la creación de un «superhombre», ya que la humanidad se fija en las historias de los dioses griegos y en los superhéroes de las historietas. De todas formas, en el mundo canino se le permite al hombre ejercer el papel de dios y de esta forma hemos obtenido los estándares de las razas, mediante los cuales comparamos a todos los perros. A veces, la manipulación genética del mejor amigo del hombre se ha limitado a objetivos como la vanidad o el aspecto. De todas formas, y con mayor frecuencia, los estándares exigen el carácter práctico y la utilidad para el hombre. Antes de comprender al Dogo Argentino debemos conocer el trasfondo de la creación de la raza.

La supervivencia del hombre

La realidad de nuestro mundo es que son los más fuertes los que sobreviven. El hombre ha tenido bastante éxito (hasta el momento) en cuanto a su supervivencia, ya que cuenta con recursos para luchar contra los elementos y los enemigos que le rodean. Frecuentemente, su inventiva se extiende hasta la utilización de otros para lograr sus objetivos. Aquí es donde entra en juego el Dogo Argentino (entre otros). Antes de poder comprender a esta raza debemos entender su utilidad para el hombre.

En muchas zonas del mundo, el deseo de vivir del hombre se ha visto impedido por animales salvajes de gran tamaño, fuerza y velocidad. En Europa, por ejemplo, las granjas son susceptibles de sufrir ataques por parte de jabalíes. Parece que las vallas, el alambre de espino o cualquier otro tipo de barricadas no pueden evitar que los jabalíes se alimenten de las plantas cultivadas por el hombre para su propio consumo y el de los animales domésticos. (Si considera que no sólo de pan vive el hombre, tenga en cuenta que el gran viticultor alemán Egon Müller perdió casi por completo su cosecha de 1996 por culpa de los jabalíes, que devoraron sus excelentes uvas de tipo Riesling a pesar de las vallas eléctricas que instaló para detenerles). Estos enormes animales son responsables no sólo de daños en las cosechas, sino también por segar las vidas de corderos y terneros, así como otros animales y personas.

En Sudamérica también está presente el jabalí. Se trata de una mezcla entre el jabalí ruso y los cerdos salvajes que pesan entre 180 y 270 kg. Son el resultado de los jabalíes rusos negros y los europeos que habían estado presentes en ese continente desde principios del siglo XX. En Argentina concretamente, el jabalí ha podido multiplicarse debido a varias razones. Puede pacer a lo largo y ancho de las pampas (praderas con mucha vegetación) que le ofrecen una fuente natural e ilimitada de alimentos. Además, se reproducen con una rapidez inusitada porque el clima subtropical permite que las cerdas tengan dos camadas al año, de entre 5 a 10 lechones cada una. Añádase a esto el hecho de que no tiene depredadores naturales (incluso ni el puma ni el jaguar pueden competir con esta bestia de 200 kg) y podrá comenzar a comprender el problema al que se han tenido que enfrentar los granjeros argentinos durante el siglo XX.

Los granjeros no utilizaban la pólvora para combatir a estos agresivos jabalíes ni a otros azotes como el puma y el jaguar. En lugar de eso lo hacían al estilo de la montería criolla, una forma de caza argentina arraigada en la cultura, inspirada en la idea del gaucho de que la presa debía disponer de una oportunidad para defenderse durante la caza, una ventaja que fuera igual a la de los cazadores. Esto procedía de las cacerías medievales de jabalíes que llevaba a cabo la aristocracia europea, en las que grandes jaurías de perros y nobles a caballo y armados con lanzas perseguían y daban caza a los jabalíes. La montería utiliza una jauría de perros que localiza, persigue, coge y apresa al jabalí hasta que llegan los hombres y lo matan con un machete. La montería sigue siendo una tradición respetada en Argentina. Hasta la actualidad, cualquiera que cace jabalíes con un arma de fuego es considerado como un cazador cobarde y de segunda categoría.

Se busca un «superperro»

Para que la montería tuviera éxito, los hombres necesitaban perros adecuados para llevar a cabo esta tarea. De hecho, los perros aptos eran cruciales no sólo para una cacería provechosa, sino para que ésta no registrara bajas humanas. Los perros debían poseer una gran habilidad para localizar al jabalí (ya fuera captando las partículas odoríferas en el aire o rastreando), ser muy veloces para así perseguir a este rápido animal, una enorme valentía para acercarse a él, una fuerza innata para atacarle y superarle y una tenacidad implacable para tenerle apresado hasta que llegaran los cazadores. Además de estas habilidades hercúleas, los perros debían ser bastante inteligentes, ser adiestrables, estar concentrados en la cacería y ser capaces de llevarse bien con otros perros. Son muchas exigencias para el perro normal y corriente.

Al principio se cogía a los perros más agresivos, veloces y fuertes para la montería. Frecuentemente se trataba de perros cruzados, y lo ideal es que fueran del linaje del Perro de Pelea de Córdoba: una combinación entre el Mastiff, el Bull Terrier y el Bulldog. Tal y como muy bien podrá imaginar, se podían encontrar muy pocos perros que estuvieran a la altura de esta empresa. Incluso el feroz Perro de Pelea, de Córdoba (Argentina), a pesar de su gran valentía y fuerza, no reunía las condiciones ideales para la montería, principalmente porque era casi imposible que estos perros pudieran trabajar juntos.

Misión para un hombre

La montería era un estilo valiente e ideal de defender las tierras del jabalí y de otros animales salvajes. Desgraciadamente, sin los perros idóneos, no se trataba de una tarea muy exitosa. Hubo un hombre que estaba determinado a crear al compañero ideal del hombre para la montería, se trataba de un joven llamado Dr. Antonio Nores Martínez. En los años veinte, a la edad de dieciocho años, Antonio (que más tarde se convertiría en el Dr. Nores) se propuso crear al «superperro» que tanta falta hacía para la caza de los jabalíes. Con la ayuda de su hermano Agustín comenzó teniendo como base al Perro de Pelea de Córdoba. Este perro cruzado, valiente y agresivo, ostentaba el récord en las pistas de pelea, donde luchaba hasta la muerte. Esta tenacidad era necesaria cuando se trataba de enfrentarse a los jabalíes de hasta 270 kg. De todas formas, Antonio tenía experiencia en la utilización de estos perros en las cacerías y sabía que lucharían entre sí más que perseguir al jabalí. También quería un perro que fuera un honorable compañero familiar y un guardián, así que tuvo que añadirse otra raza a esta tarea que el propio Antonio se asignó. Una a una se añadieron diferentes razas al programa, mientras los hermanos Nores trataban de obtener al superperro ideal.

Con el Perro de Pelea de Córdoba, Antonio y Agustín desarrollaron una fórmula. Primero introdujeron al Pointer, famoso por su olfato (el elemento más básico que se necesita para seguir el rastro del jabalí y de otros animales de caza). A continuación vino el Boxer, que proporcionó las tan necesarias vivacidad y destreza para la caza, además de la docilidad deseable que esperaba conseguir Antonio para este compañero familiar. A continuación se añadió el Dogo Alemán para que aumentara el tamaño y el Bull Terrier para transmitirle valentía, agilidad y agresividad. El antiguo Bulldog (que nada tiene que ver con el perro que vemos actualmente en los certámenes caninos) le conferiría rasgos importantes de la personalidad como la audacia, la obediencia y la tenacidad, además de rasgos físicos entre los que se incluyen su tórax amplio y ancho y sus fortísimas mandíbulas. El Irish Wolfhound era famoso por ser un cazador instintivo de piezas de caza salvajes y, así pues, hizo una contribución ideal. El Dogo de Burdeos aportaría una gran e implacable fuerza mandibular, además de fuerza y una buena estructura muscular. El Montaña de los Pirineos se añadió por su vigor y por su pelaje denso y blanco. Por último el Mastín Español le conferiría al superperro fuerza bruta, un aspecto imponente y amenazador y los labios grandes  sueltos necesarios para permitir que el perro respirara por los lados de la boca mientras sujetaba a la presa.

Los hermanos iniciaron su programa de cría en 1925, mientras todavía iban a la escuela, en Córdoba (Argentina) con diez hembras de Perro de Pelea de Córdoba y con un presupuesto que a duras penas alcanzaba para alimentarlas. Su padre les ayudó contratando a un perrero para que cuidara de los animales mientras los muchachos asistían a la escuela. Los amigos de la familia donaron alimentos para los perros. En primer lugar se introdujeron machos de Pointer hasta que los primeros cachorros mostraron ser prometedores respecto al objetivo de Antonio. A continuación se fue introduciendo cada una de las otras razas cuidadosamente. Antonio tenía una idea muy definida de lo que quería y redactó el estándar de perfección de la raza en 1928. Pasaron muchos años con el laborioso programa para conseguir el objetivo casi imposible de crear el superperro argentino. Tristemente, Antonio no vivió lo suficiente para ver su creación, ya que lo mató un ladrón durante una cacería de jabalíes en 1956.

Su hermano menor Agustín continuó con su programa para añadir nueva sangre a la raza siguiendo la fórmula original y teniendo la misma convicción y precisión que su hermano Antonio. Trasladó la sede de su criadero a Esquel, en la Patagonia (al sur de Argentina) y continuó tratando de alcanzar el sueño de su hermano mientras trabajaba como embajador argentino en Canadá. Esta profesión resultó ser ideal, ya que requería viajes al extranjero, lo que le proporcionó a Agustín la oportunidad de difundir al Dogo Argentino por todo el mundo. Los cazadores de piezas de caza mayor de toda Sudamérica ya estaban utilizando a los Dogos Argentinos para las cacerías de jabalíes y de pumas. Pronto, la leyenda del superperro se extendió por todo el mundo, en especial por Norteamérica y Europa.

Finalmente, en 1964, la Federación Cinológica de Argentina y la Sociedad Rural Argentina reconocieron al Dogo Argentino como una raza canina. Casi diez años después (el 31 de julio de 1973), la Sociedad Canina Argentina, miembro de la Fédération Cynologique Internationale (FCI), reconoció al Dogo Argentino.

Apariencia de la Dogo argentino

Moloso normotipo, mesomorfo y macrotálico dentro de las proporciones deseadas y sin que se considere  gigante. De aspecto armónico y robusto, por su poderosa musculatura que hace relieve bajo una piel consistente y elástica, adherida al cuerpo por un tejido subcutáneo poco laxo. De andar tranquilo y seguro, sagaz y de rápida reacción, mostrando permanente alegría en sus movimientos. De carácter cordial y afectuoso y de una blancura llamativa; sus virtudes físicas lo muestran como un verdadero atleta.

Proporciones importantes

Al ser un animal mesoformo, ninguna de sus regiones sobresale del conjunto general, que es armónico y balanceado.
Mesocéfalo; la cara debe tener el mismo largo que el cráneo.
La altura a la cruz es igual a la altura a la grupa.
La altura del tórax es igual al 50% de la altura a la cruz.
El largo sobrepasa en un 10% la altura a la cruz.

Temperamento/ Comportamiento

Alegre, franco, humilde, amigable y poco ladrador, demostrando siempre ser consciente de su poder. Jamás debe ser agresivo, característica que será severamente observada. Su condición dominante lo muestra en continua competencia territorial con ejemplares de igual sexo, característica que es más notoria en los machos. Como cazador, es astuto y silencioso, valiente y aguerrido.

Cabeza

Del tipo mesocefálico, de aspecto fuerte y poderoso, sin ángulos abruptos ni marcados cincelamientos, muestra un perfil cóncavo-convexo; convexo en el cráneo, dado por el relieve de los músculos masticadores y de la nuca, y ligeramente cóncavo en la cara. Articula con el cuello, formando un arco de fuerte musculatura.

Región craneal

  • Cráneo: Macizo, convexo en sentido antero-posterior y transversal. Con arcos cigomáticos muy separados de la bóveda craneal, para originar una amplia fosa temporal que da espacio al gran desarrollo del músculo del mismo nombre. Cresta occipital borrada por el desarrollo de los músculos de la nuca. El surco central del cráneo es ligeramente notorio.
  • Depresión naso-frontal (Stop): Levemente definida, dando la transición de la convexidad craneal a la ligera concavidad facial. Desde el perfil, nos da una imagen de definido, por el relieve de los arcos superciliares.

Región facial

De igual largo que la región craneal.

  • Trufa: Con amplias fosas nasales. Pigmentada de negro. Se eleva ligeramente hacia adelante, dando la terminación a la concavidad del hocico. Visto de perfil, la línea anterior es perpendicular y recta, coincidente con el borde maxilar o ligeramente anterior a él.
  • Hocico: Fuerte, algo más largo que alto, de buen desarrollo en sentido transversal; sus caras laterales son levemente convergentes. Su línea superior es ligeramente cóncava, característica casi exclusiva del Dogo Argentino.
  • Labios: Moderadamente gruesos, cortos y tirantes. Con los bordes libres y preferiblemente pigmentados de negro.
  • Mandíbulas/ Dientes: Mandíbulas fuertes y bien adaptadas, sin prognatismo inferior o superior. Las ramas maxilares deben ser levemente convergentes, dando homogeneidad a las arcadas dentarias. Los maxilares aseguran una mordida máxima. Dientes grandes, con buen desarrollo, alineados y de firme implantación, se verán limpios y libres de caries. Se recomienda una dentadura completa, teniendo prioridad la homogeneidad de las arcadas dentarias. Oclusión dental en pinza, admitiéndose el cierre en tijera.
  • Mejillas: Amplias y semiplanas, libres de pliegues, sin relieves ni cincelamientos, cubiertas por una piel fuerte.
  • Ojos: Oscuros o color avellana, protegidos por párpados de bordes preferiblemente pigmentados de negro, sin considerarse la despigmentación de los mismos como una falta penalizable. De forma de almendra, inserción mediana y amplia separación entre ambos. El conjunto se verá acompañado de una mirada atenta y vivaz pero, a su vez, de marcada dureza, especialmente en los ejemplares machos.
  • Orejas: De inserción lateral y alta con  buena separación entre ambas, dada por el ancho del cráneo. Funcionalmente, deberán presentarse cortadas y erectas, en forma triangular y de un largo que no supere el 50% del borde anterior del pabellón de la oreja natural. Sin amputar, son de mediana longitud, anchas, gruesas, planas y redondeadas en su ápice. De pelaje liso y algo más corto que en el resto del cuerpo y donde pueden aparecer pequeñas manchas, no penalizables. Llevadas naturalmente colgantes, cubriendo la región posterior de las mejillas. En alerta, tienen capacidad de semi-ereción.

Cuello

De largo medio, fuerte y erguido, con muy buen desarrollo muscular, marcando en su línea superior una ligera convexidad. En forma de cono truncado, inserta con la cabeza en un musculoso arco, que borra todos los relieves óseos de la región y con el tórax, por una amplia base. Cubierto por una piel elástica y de mayor grosor, que se desliza libremente sobre un tejido celular subcutáneo algo más laxo que en el resto del cuerpo, haciendo suaves pliegues no pendientes a la altura de la garganta; esta característica es fundamental en la funcionalidad del animal. El pelaje en esta región es ligeramente más largo.

Cuerpo

El largo del cuerpo (medido de la punta del hombro hasta la punta de la nalga) supera en un 10% la altura a la cruz.
Línea superior: A nivel; la cruz y la punta del anca tienen igual altura, constituyendo estos los puntos de mayor altura.

  • Cruz: Amplia y alta.
  • Espalda: Amplia y fuerte, con un gran desarrollo muscular que determina una suave pendiente hacia los lomos.
  • Lomo: Fuerte y borrado por el desarrollo de los músculos lumbares, que insinúan un canal medio a lo largo de la columna vertebral. Es algo más corto que el dorso.y asciende imperceptiblemente hasta la punta de la grupa. El desarrollo muscular en el conjunto de las regiones que componen la línea superior, confiere a los ejemplares la característica de un perfil ligeramente cedido, sin llegar a serlo, lo que se acentúa en los ejemplares adultos debido a la gran musculatura dorso espinal.
  • Grupa: De largo medio, con amplia y bien desarrollada musculatura, que hace ligeramente perceptibles tanto la punta del íleon como la del isquión. De un ancho igual al torácico o ligeramente menor, mantiene un ángulo con la horizontal cercano a los 30°, lo que marca en su línea superior una pendiente suavemente convexa hasta la inserción de la cola.
  • Pecho: Amplio y profundo. La punta del esternón se ubica a nivel con la punta del hombro (articulación escápulo-humeral) y con la línea inferior del tórax, a la altura de la línea de los codos. Tórax amplio, dando máxima capacidad respiratoria, con costillas largas y moderadamente arqueadas que articulan con el esternón a la altura de la línea de los codos.
  • Vientre: Algo recogido por sobre la línea inferior del tórax, nunca agalgado, fuerte y de buena tensión muscular al igual que los flancos e ijares.

Cola

De inserción media, en ángulo de 45° con la línea superior. En forma de sable, gruesa y larga, desciende hasta la altura de los corvejones, sin sobrepasarlos. Llevada  en reposo naturalmente caída. En acción, elevada algo por encima de la línea superior y en continuo movimiento lateral. En el trote, su porte es a nivel de la línea superior o levemente por encima de ella.

Extremidades

Miembros anteriores

Vistos en conjunto, representan una unidad fuerte y de robusta conformación óseo-muscular, proporcionales al tamaño del animal. Aplomos perpendiculares, tanto de frente como de perfil.

  • Hombros: Altos y proporcionados. Muy fuertes, con grandes relieves musculares sin ser exuberantes. Con una oblicuidad con la horizontal de 45°.
  • Brazos: De largo medio y propocionado al conjunto. Fuertes y de importante musculatura, mantienen un ángulo de 45° con la horizontal.
  • Codos: Robustos, cubiertos de una piel algo más gruesa y elástica, sin pliegues ni arrugas. Ubicados naturalmente contra la pared costal, pareciendo formar parte de ella.
  • Antebrazos: De igual largos que los brazos y perpendiculares, de hueso robusto y rectos con buen desarrollo muscular.
  • Articulaciones del carpo: Largas y en una misma línea con los antebrazos, libres de sobrerelieves óseos y rugosidades.
  • Metacarpos: Algo planos, de buen hueso y con una oblicuidad respecto a la horizontal de 70 a 75°.
  • Pies delanteros: Redondos, con dedos cortos, robustos y bien cerrados. Almohadillas carnosas y duras, cubiertas de piel gruesa y áspera al tacto.

Miembros posteriores

De angulación mediana. Vistos en conjunto, son fuertes, robustos y paralelos; dando la imagen de fuerza y potencia que su función requiere, asegurando la suficiente impulsión y determinando el típico modo de andar.

  • Muslos: De largo proporcionado al conjunto. Fuertes y de importante y muy visible desarrollo muscular. Articulan con el coxal en un ángulo próximo de 100°. Rodilla Ubicada sobre el mismo eje del miembro. Ángulo fémoro-tibial cercano a los 110°.
  • Piernas: Levemente más cortas que los muslos, fuertes y continuando la desarrollada musculatura del miembro.
  • Corvejón: El conjunto tarso-metatarso es corto, fuerte y firme, asegurando la fuerza de propulsión del miembro posterior. Tarso robusto, con la punta del corvejón evidente. La articulación tibio-tarsiana forma un ángulo cercano a los 140°. Metatarso robusto, casi cilíndrico y aplomado en 90° con la horizontal. Si existen espolones deben ser extirpados.
  • Pies traseros: Similares a los delanteros, aunque algo más pequeños y levemente más largos, manteniendo iguales características.

Movimiento

Ágil y firme; con cambios notorios al mostrar interés hacia algo, donde se torna erguido y rápido de reflejos, típico de la raza. Paso pausado. Trote amplio, de buena suspensión anterior y potente propulsión posterior; en el galope, muestra toda su energía desarrollando toda la potencia que posee. Marca rastros simples y paralelos. No se acepta ambladura (pasuqueo) considerándose un grave defecto.

Piel

Homogénea, algo gruesa, pero suave y elástica. Adherida al cuerpo por un tejido subcutáneo semilaxo, que le permite el fácil deslizamiento, sin formar arrugas relevantes, salvo en la región del cuello, donde el tejido celular subcutáneo es más laxo. Con la menor pigmentación posible, aunque ésta se va incrementado con los años. La piel excesivamente pigmentada no es aceptada. Se prefieren los ejemplares con los bordes de las mucosas labiales y palpebrales pigmentadas de negro.

Pelaje

Pelo

Uniforme, corto, liso y suave al tacto, con un largo aproximado de 1,5 a 2 cm.
Varía su densidad y grosor según los climas. Siendo raleado y fino en los climas tropicales (donde deja translucir la piel, haciéndose visibles las regiones pigmentadas, lo que no es motivo de penalización) y más grueso y denso en las regiones frías, donde puede aparecer subpelo.

Color

Color íntegramente blanco. Se admite una mancha negra o de tonalidad oscura alrededor del ojo, que no supere el diez por ciento de la cabeza. Entre dos ejemplares de iguales condiciones, el juez siempre deberá optar por el más blanco.

Tamaño

Altura a la cruz

  • Machos: 62 a 68 cm.
  • Hembras: 60 a 65 cm.

Faltas

Cualquier desviación de los criterios antes mencionados se considera como falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar.

Faltas graves

  • Falta de desarrollo óseo-muscular (debilidad).
  • Trufa poco pigmentada.
  • Labios colgantes.
  • Dientes pequeños, débiles o cariados. Dentadura incompleta.
  • Ojos excesivamente claros. Entropión y ectropión.
  • Tórax de tonel; pecho en quilla.
  • Costillas planas.
  • Excesiva angulación del miembro posterior.
  • Corvejón excesivamente largo.
  • Tipos de andares atípicos.
  • Excesiva pigmentación cutánea en ejemplares jóvenes.
  • Aparición de pequeñas zonas con coloración del pelo.
  • Desequilibrios nerviosos.   

Faltas eliminatorias

  • Agresividad.
  • Trufa sin pigmentación.
  • Prognatismo superior o inferior.
  • Ojos de diferente color o celestes.
  • Sordera.
  • Pelo largo.
  • Manchas en el pelaje del cuerpo. Más de una mancha en la cabeza.
  • Tallas inferiores a los 60 cm y superiores a los 68 cm.

Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.

Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.

Temperamento de la Dogo argentino

El Dogo Argentino es un perro sensible, equilibrado, fiel, valeroso, inteligente y discreto. Es un vigilante nato poco ladrador y un buen compañero de juegos para niños mayores de doce años. Aunque tolera que le tiren de la cola, que se suban encima de él, que lo pellizquen o que lo empujen, eso no quiere decir que disfrute con ello. Es importante ensañar a los niños a tratar a un perro tan fuerte este.

Salud de la Dogo argentino

El Dogo Argentino, como la mayoría de perros blancos, es propenso a la sordera. Debido a su tamaño también puede verse afectado por la displasia de cadera.

Cuidar de la Dogo argentino

Es importante empezar el adiestramiento del Dogo Argentino tan pronto haya cumplido las 12 semanas, para así canalizar correctamente su entusiasmo y toda su energía. Es recomendable educarlo con suavidad y dejar de lado la violencia. Hay que acostumbrarlo enseguida al contacto humano y no aislarlo. El Dogo Argentino necesita mucho espacio y no es adecuado para vivir en una vivienda pequeña. Requiere que le propinen unas buenas dosis de ejercicio.

Consejos de compra

Buscar un cachorro por Internet conlleva riesgos. Para tener clara la profesionalidad del criadero con quien contactéis, os recomendamos que...

  • Os aseguréis de que responde vuestras dudas, que se descubre conocedor de la raza (que asiste a exposiciones caninas), y que se ofrece a realizar un seguimiento del cachorro después de la venta. ¿Se implica, o se limita a fijar un precio?
  • Veáis si está recomendado por otros criadores, o si tiene referencias de clientes satisfechos.
  • Os aseguréis de que tiene afijo, que sus perros están inscritos en el LOE y tienen pedigree en regla. Tened en cuenta que tramitar el pedigree de un cachorro no es nada caro, desconfiad de frases tipo "si te lo doy con pedigree te va a salir mucho más caro". Más información sobre los precios de un cachorro
  • Os dé garantías en relación a problemas de salud, físicos, hereditarios... ¿Entrega el cachorro con cartilla veterinaria, chip, vacunas, desparasitaciones y revisiones veterinarias al día?
  • Le pidáis que os muestre sus instalaciones y os deje ver a los ejemplares ¿Están éstos libres de enfermedades?
  • Y por último, recordad que los cachorros necesitan un mínimo de dos meses junto a su madre antes de ser entregados. Desconfiad de quien quiera acelerar el proceso.
Además, siempre hay que tener muy en cuenta los cuidados que requiere vuestra futura mascota. Tomad nota:
En el caso de los Dogo Argentino su mantenimiento estético no es tan exigente comparado con otras razas, sin embargo no hay que descuidarlo.
  • Cepillado semanal. 
  • Se debe bañar cada seis u ocho semanas, y hay que cuidarle las uñas.
  • No requiere corte.
  • Hay que cuidar sus ojos, orejas y dientes.
  • Se debe acudir al veterinario con la frecuencia que se requiera, y tener siempre al día sus vacunas. 
Por otro lado, la raza Dogo Argentino requiere de mucho ejercicio. Por lo que no hay que descuidar sus paseos diarios y jugar con ellos. Además, son perros que requieren de mucho espacio por lo que es imprescindible contar ocn un jardín o un terreno donde pueda correr y sentirse libre.
De igual forma no hay que olvidar las posibles patologías de la raza:
  • Sordera
  • Displasia de cadera