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Chihuahua

Esperanza de vida12-16 años
PesoMacho:1,5-3 kgHembra:1,5-3 kg
AlturaMacho:15-23 cmHembra:15-23 cm
Pedigree
ApodosChihuahueño, Chihuahuas
Características
Tamaño
Ejercicios necesarios
Fácil de entrenar
Cantidad de desprendimiento
Necesidades de aseo
Bueno con los niños
Salud de la Raza
Costo de manutención
Tolera estar solo
Inteligencia
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Introducción de la Chihuahua

El Chihuahua es una de las razas más pequeñas que existen. Actualmente, el perro más pequeño del mundo registrado en el Libro Mundial de los Record Guiness es una Chihuahua residente en Florida (Estados Unidos) llamada Heaven Sent Brandy y que mide 15,5 cm (desde la nariz a la punta de la cola).

Origen

Los orígenes del Chihuahua son susceptibles a crear polémica. La hipótesis más aceptada es la que expone que la raza procede del techichi, un perro criado por los toltecas, pueblo que precedió a los aztecas en el centro de México. Hacia 1850, en el pueblo de Casas Grandes (perteneciente al estado de Chihuahua) los campesinos mexicanos vendían a los turistas estadounidenses unos perros parecidos a las antiguas representaciones aztecas del techichi. A partir de entonces, a estos perros se les empezó a conocer como Chihuahuas.

Comportamiento

El carácter del Chihuahua varía mucho según el ambiente familiar que le rodee. Puede ser cariñoso y tierno como juguetón y caprichoso. A pesar de ello, al Chihuahua se le conoce por ser un perro inteligente, tenaz, malicioso, astuto, muy observador y que sabe salirse siempre con la suya. Le gusta la compañía de perros de su misma raza.

Aspecto

El Chihuahua es un perro muy pequeño y de movimientos rápidos. Su cuerpo es compacto, sus extremidades delgadas y musculosas y su cabeza redonda. Tiene unas orejas muy grandes y separadas que deben estar rectas. La cola es larga y la lleva girada sobre el dorso. Hay dos variedades de Chihuahua, los de pelos largos y ondulados y los de pelos cortos, apretados y lustrosos. El estándar de la raza permite todos los colores y mezclas de colores.

Cuidados específicos

A pesar de su reducido tamaño, lo ideal sería tener un jardín para que el Chihuahua pudiera moverse a sus anchas. Aunque se adapta perfectamente a la vida de interior.
También hay que tener en cuenta que si se le mima demasiado se puede volver frágil, quejica, caprichoso e hipernervioso.

Salud

El Chihuahua es un perro bastante longevo, puede llegar hasta los 20 años, pero esto no significa que sea inmune. Algunos problemas que pueden afectar a la raza son: paladar partido, glaucoma secundaria, dislocación de hombro, hemofilia A y varios problemas de válvula del corazón.


Los Chihuahua han sido favorecidos con un sistema inmunológico fuerte, un vigor generalizado y muy pocos defectos de origen genético. Ocurre también que sufren menos que otras razas los efectos de su pequeñez. Tal vez por haber sido diminutos durante tanto tiempo, ¿quién sabe?

Los perros pequeños tienen un metabolismo más elevado y por eso resultan más afectados por las temperaturas extremas, ya sean frías o calientes. Sin embargo, el Chihuahua es marcadamente indiferente a esto. Por ejemplo, nuestra familia canina está compuesta por tres Akita, seis Bull Terrier Miniatura y cuatro Chihuahua. Eso nos brinda la singular oportunidad de observar, dentro de un mismo entorno, a grandes perros de pelaje ártico junto a otros pequeños de pelaje corto, situación que, a menudo, mueve a risa.

Cuando el sol está que arde, los Chihuahua están tendidos bajo sus rayos, los Bull Terrier Miniatura están un rato a la sombra y otro al sol, mientras que los Akita están decididamente descontentos, incluso bajo techo. Invítelos a jugar y verá a los Chihuahua ir de un lado a otro como pequeñas balas, a los Bull Terrier Miniatura correr alegremente tras ellos, mientras que los Akita se niegan a mover un músculo.

Cuando está nevando y hay ventisca, los Chihuahua, satisfechos, se quedan en su lecho, los Bull Terrier Miniatura tiemblan, mientras que los Akita sonríen. Pero, de nuevo, invítelos a retozar un poco en el jardín y verá cómo los Chihuahua y los Akita salen muy animosos a jugar, mientras que los Bull Terrier Miniatura responden cortésmente durante diez minutos antes de escabullirse de nuevo hacia la cama.

El asunto es que, a pesar de su talla y en contradicción directa con nuestra tendencia a consentirlos, los Chihuahua pertenecen a la raza más adaptable que jamás hayamos tenido. Ya sea con lluvia o con sol, con frío o con calor, lo cierto es que sus termostatos trabajan a la perfección. Nada de esto debería sorprendernos, teniendo en cuenta que las temperaturas en el desierto suelen ser extremas: muy calientes durante el día y muy frías –casi heladas– durante la noche.

Una advertencia: el sentido común debe prevalecer. Si se les deja a su propio buen juicio, estos perros no van a viajar en trineo en medio de una ventisca ni se van a ir dando saltos a la playa bajo el sol del mediodía. Cuando los incitemos a participar en actividades temerarias y contrarias a sus instintos, deberemos secar y calentar al que esté mojado o refrescar al que se haya sobrecalentado.

Todos nuestros perros reciben el mismo alimento en cantidad proporcional a su tamaño. A los Chihuahua les damos un poquito más de comida casera, como guisantes, frijoles y frutas. Ellos prefieren una dieta más variada y nosotros se lo consentimos porque son gastrónomos omnívoros que muestran un marcado interés por las comidas frescas en comparación con las secas oenlatadas. Un Chihuahua bien criado comerá cualquier cosa que sea natural, saludable y nutritiva, a diferencia de otras razas, que prefieren el helado de chocolate al pollo crudo ¡o a un grillo!

Un Chihuahua raramente tiembla de miedo o de frío, pero sí lo hace cuando está nervioso o excitado. Usted aprenderá pronto a reconocer las causas que provocan esta reacción. Si él se encuentra incómodo y en una situación extraña, es preferible no adularlo diciéndole: «Todo está bien, mi amor, mamá está aquí y te quiere mucho», sino que lo mejor es reír a fin de demostrarle que no hay por qué preocuparse. Si realmente su seguridad está en juego, entonces sáquelo de allí, pero al mismo tiempo trate de que su actitud parezca casual y no algo así como: «No te preocupes, chiquito, que mamá está aquí para protegerte», porque esto sólo reforzará sus temores.

El Chihuahua debe ser intrépido como un terrier. A veces, uno desearía que tuviera un poco más de juicio, como cuando se lanza desde el sofá antes de tener tamaño suficiente para hacer un buen aterrizaje, o como cuando pasa rápidamente ante la cara de un perro grande y agresivo. Préstele un poco de su propio sentido común. No lo deje solo sobre el sofá cuando aún es un cachorro. No le permita nunca acometer a un perro de mayor tamaño. Podría ser fatal.

Cuando está en brazos, puede ser muy agresivo hacia otras personas. Esto puede resultarle muy simpático, ya que después de todo no está sino protegiéndole a usted, que es el gran amor de su vida, así que cuando le corrija esta inaceptable conducta, procure que su «No» no suene como un: «¡Qué bien!».

El Chihuahua es un amigo extraordinariamente leal. Usted es su mundo, no porque él sienta miedo de andar solo por ahí, como les ocurre a otros perros falderos, sino porque es una característica de la raza considerarle a usted como el centro de su universo. ¿Será un rasgo desarrollado por la selección humana a lo largo de siglos? No lo creo. Hay otras razas tan antiguas como el Chihuahua que abandonarían alegremente a sus dueños por ir tras un conejo o por explorar nuevos horizontes. El Chihuahua realmente prefiere la compañía de su amo a la de otros perros. Piense acerca de ello. La mayoría de los perros seguirán jugando entre ellos cuando sus amos los llaman. Su Chihuahua se detendrá en seco, se cerciorará de que en realidad lo está llamando y, si es así, volará a sus brazos. Él prefiere acurrucarse cerca de usted que andar cazando mariposas. Es un perro que necesita que le hablen, que le toquen y que le acaricien, y para el cual, es muy importante la aprobación de su dueño. Sin ser demasiado insistente, empleará los trucos más astutos para llamar su atención. Si no puede dedicarle palabras de mimo, él se echará muy junto a usted y esperará.

Los Chihuahua son muy sociables entre sí y dos o tres machos pueden llevarse bien, aunque tendrá usted que perdonarles sus «marcas» cuando haya una hembra en celo. Las hembras establecen un orden a través de pequeñas rivalidades y a partir de ahí son muy afectuosas las unas con las otras.

A estos perros les encanta dormir bajo cualquier prenda de ropa, una manta o, incluso, acurrucarse bajo las almohadas, porque gustan de sentirse cubiertos por algo. ¿Será éste un instinto conservado de los habitantes de guaridas del desierto? Hay otras razas a quienes les gustan cubrirse, pero ninguna es tan insistente como el Chihuahua.

Otra necesidad altamente desarrollada en esta raza es la búsqueda de la luz solar. Resulta cómico ver cómo el Chihuahua se enrosca en un pequeño círculo de luz, cerca de la ventana, y comprobar su enfado al descubrir, cuando se despierta, que la luz se ha movido y le ha dejado en la sombra.

De acuerdo con un artículo publicado en la revista Our dogs en 1904, la conocida cantante Rosina Casselli aseguraba que sus Chihuahua mexicanos nunca enfermaron de moquillo. Otros datos, incluyendo los de la señora Dolores González, confirman esta asombrosa verdad. Es de todos conocido que incluso cuando esta enfermedad era común en toda Europa, los dueños de Chihuahua raramente vacunaban a sus perros.

Esto no quiere decir que su perro deba ser privado de las vacunas actuales, tan perfectas; sin embargo, sería bueno que discutiera con su veterinario la posibilidad de establecer un programa de revacunación trienal en lugar de uno anual. Sería prudente considerar la larga vida de esta raza. El sistema inmunológico de un perro con una esperanza de vida de siete años recibirá sólo la mitad de los ataques que recibirá un Chihuahua. Muchos criadores y veterinarios están replanteándose la necesidad de la revacunación anual.

En todos los órdenes, el Chihuahua es un perro de raza asombrosamente fuerte y saludable. En su caso, se han reportado algunos de los problemas que afectan a las razas pequeñas, como el paladar hendido y la hipoglucemia, el primero de los cuales aparece en los cachorros recién nacidos. Otros problemas son la hemofilia A, el glaucoma secundario, fallos en las válvulas coronarias, afecciones pulmonares y la hidrocefalia. Discuta estos asuntos con el criador antes de tomar la decisión definitiva de comprarle un cachorro.

Si deseas saber más sobre el Chihuahua te recomendamos la publicación de la editorial Hispano Europea Chihuahua Serie Excellence:

 

Historia de la Chihuahua

La relación evolutiva entre dos perros tan diferentes como el Chihuahua y el San Bernardo resulta tan difícil de imaginar como aceptar que el oso pardo pertenece también a la misma familia.

El curioso Chihuahua puede llegar a ser tan pequeño como el más diminuto miembro de su tronco familiar. He ahí al fenec (zorro africano) que pesa, como promedio, entre 1 y 1,5 kg y que ha tenido que ser clasificado por los científicos como un género separado, Fennecus zerda, debido a que sus rasgos no se ajustan a los del zorro común, según la clasificación de las especies. El fenec tiene unas orejas extraordinariamente largas y sus ojos de «bebé» son grandes y redondos. Los naturalistas consideran que sus increíblemente desproporcionadas orejas le proporcionan sombra durante los raros momentos en que el nocturnal fenec se expone a la luz del sol. Y lo que es aun más importante, el rocío producido por las frías corrientes costeras se almacena, al parecer, en la parte trasera de sus orejas, lo que explicaría su capacidad para sobrevivir indefinidamente lejos de cualquier fuente de agua.

Aunque pudiera no existir conexión evolutiva alguna entre los dos diminutos habitantes del desierto, lo cierto es que existen sorprendentes similitudes entre el Chihuahua y el zorro fenec. Con sus enormes ojos y orejas, el minúsculo Chihuahua resulta tan simpático como el fenec que, lamentablemente, está ahora en la lista de las especies en peligro de extinción. Y como el origen del Chihuahua permanece en el misterio, puede resultar divertido fabular en torno a su fascinante semejanza.

El Fennecus zerda tiene pies largos, delgados, peludos y un tanto planos, que le permiten desplazarse velozmente por las arenas, lo mismo que el Chihuahua original. El fenec es oriundo del desierto del Sáhara desde el sur de Marruecos hasta Egipto y Sudán. Muchos expertos en la raza consideran que ésta es la zona exacta donde se originaron los antepasados del Chihuahua. Este minúsculo perro se destaca no sólo por admitir a otros Chihuahuas sino también por su necesidad de convivir con ellos. A diferencia de los otros zorros, el fenec vive en grupos de ocho a diez individuos.

El Chihuahua prefiere una dieta variada. Si se le da la oportunidad, elegirá precisamente la misma comida que elegiría un fenec: vegetales, roedores muy pequeños, lagartijas e insectos. Pregunte a cualquier dueño acerca de la irreprimible e irresistible preferencia de esta raza por cazar y comer insectos. Lo mismo que el Chihuahua, el pequeño zorro tiene una dentadura débil, disposición verdaderamente rara en una especie salvaje, aunque por desgracia, bastante común en los perros de talla pequeña.

¿Quién sabe qué pudo ocurrir miles de años atrás? Sabemos que en la década de 1980, el fenec fue cruzado con éxito con una raza canina doméstica. ¿Es necesario preguntar con cuál? Tales cruces aún se efectúan en California, lugar donde, no precisamente por azar, el leopardo asiático fue cruzado con el gato doméstico en la década de 1970. Un investigador médico de la Universidad de California descubrió que el leopardo era inmune a la leucemia, pero fue incapaz de manejar o reproducir al pequeño leopardo con fines de investigación. Así es que se puso a trabajar con una criadora de gatos, Jean Mill, y entre los dos lograron la supuestamente imposible proeza de combinar los diferentes números de cromosomas y las otras incompatibilidades con posibilidades de solución, entre las dos especies. El resultado fue el Bengala, un popular gato de exposición y mascota familiar, con manchas realmente espectaculares.

Ahora lancemos un vistazo a ciertas teorías, leyendas y hechos que realzan el encanto del miembro más pequeño de la especie Canis familiaris.

Algunos de los historiadores de la raza consideran que el antepasado del Chihuahua fue un perro desnudo que, viniendo de Asia a través de Rusia, cruzó el estrecho de Bering y alcanzó los territorios de la actual Alaska. Los perros desnudos existían en China, África y Turquía, por lo que otra teoría es que el Crestado Chino fue «americanizado» en una época tan temprana como el siglo VII a.C., cuando las naves chinas alcanzaron las costas de América del Norte y de América Central. Podría ser, pero el sentido común nos hace pensar que, si los chinos llegaron a traer perros consigo, el espacio y la comida debieron haber sido reservados para los gordos y fuertes Chow Chow, capaces de servir como alimento a la tripulación durante un viaje tan largo, y no para mascotas desnudas, delicadas y pequeñas. ¿Y cuánto no habrían tenido que navegar a fin de traer la cantidad de perros necesaria para influir en la base genética de los perros americanos? ¿Se trató acaso de un Arca de Noé perruna?

Otros investigadores apuntan hacia los antiguos perros desnudos que habitaban México y América Central y del Sur. Las evidencias sugieren que siempre fueron perros domesticados, al menos desde que se convirtieron en desnudos. El folklore que rodea al Perro Desnudo Mexicano (Xoloitzcuintli) se entrelaza confusamente con el del Chihuahua, a pesar de que la talla más pequeña de Xolo reconocida por la Federación Cinófila Mexicana y la Federación Cinológica Internacional es dos veces mayor que la del Chihuahua más grande. Sólo en los Estados Unidos y sin estar reconocido por el American Kennel Club, aparece descrito en un estándar racial un Xolo miniatura.

Si continuamos con esta lógica circular, ¿por qué no suponer que fueron los perros desnudos de Perú y México los que influyeron en los perros chinos y no a la inversa? En las antiguas pinturas mayas encontramos representados pequeños perros desnudos con tupés. Es posible que los navegantes chinos quedaran fascinados con los perros desnudos de América del Sur, lugar donde inicialmente hicieron puerto o, más tarde, con los pequeñines descubiertos en México. ¿Por qué no habrían de llevarse algunos a su regreso a China y a otras partes del mundo? El tráfico en un solo sentido no tiene demasiada lógica y, como se podrá ver, hay datos que lo contradicen.

Adicionalmente, cualquier criador de perros razonable objetaría cualquier conexión entre los perros desnudos y el Chihuahua basándose en sus conformaciones marcadamente diferentes. La forma rectangular de la cabeza de los perros desnudos es absolutamente diferente a la del Chihuahua. Todos los desnudos tienen colas largas, redondeadas y en forma de látigo, mientras que el Chihuahua tiene una cola peluda, aplastada y erecta. Los largos pies en forma de garras de los primeros Chihuahua no se encuentran en ninguna otra raza. Como apuntábamos al comienzo, el Chihuahua tampoco se parece al San Bernardo y no es que tratemos de convencer a nadie de que fueron la misma raza en un momento determinado.

Pero si aceptamos que no hay evidencia alguna para argumentar que el Chihuahua desciende de perros desnudos o de perros chinos traídos por mar a la América del Sur y Central durante el siglo V, entonces deberemos buscar otra explicación.

A mi modo de ver, hay teorías más plausibles que sitúan las raíces de la raza en Egipto o Sudán, desde donde se produjo una migración a través del estrecho de Bering o desde donde fue llevada a través de los países mediterráneos hacia Malta. Evidencias físicas relacionan al Maltés de bolsillo con el Chihuahua, pero podría ser que su antepasado americano fuera dejado en la isla por los marineros de antaño. La característica singular, pero fácilmente demostrable, que comparten el «perro de bolsillo» y el Chihuahua es la presencia de la fontanela, esa suave depresión del centro del cráneo. La abertura craneal se cierra, en el resto de los perros, del mismo modo que ocurre con los niños, pero en la mayoría de los Chihuahua adulto, esa abertura puede detectarse fácilmente. Lo significativo de este hecho es que el Chihuahua es la única raza canina que presenta esa fontanela.

Como suele suceder con todas las especulaciones, la que sitúa el origen del Chihuahua en China o en Europa presenta importantes inconvenientes. Los perros de América del Norte fueron reverenciados por sus primeros habitantes, tal como se evidencia en Indian Knoll, un centro arqueológico de dos acres situado en Kentucky, Estados Unidos. En una sola excavación, el Dr. William Web encontró veintiún perros pequeños enterrados en tumbas que databan del año 3.000 a. C. En un conjunto de novecientas tumbas humanas, era evidente que ciertos perros tenían un significado y una posición social especiales para la comunidad que los criaba.

La excavación de Kentucky ofrece una evidencia irrefutable de que esos perros fueron domesticados en América del Norte mucho tiempo antes de su posible arribo en naves chinas haciendo escala en México. El norte de este país limita con los Estados Unidos desde la Costa del Golfo hasta el Océano Pacífico. Un viaje desde Kentucky hasta Chihuahua, en México, no llega a los tres mil kilómetros, es casi un paseo comparado con la ruta migratoria desde el lejano Oriente hasta Alaska.

Además, como se recoge en la autorizada obra titulada Mamíferos del Mundo, de Walker (Volumen II, quinta edición), los restos más antiguos de perros domésticos, que tienen entre 11.000 y 12.000 años de antigüedad, fueron encontrados en Idaho (noroeste de los Estados Unidos) y en Irak (¡país fronterizo con Turquía, Siria y Arabia!).

Ningún historiador canino estuvo allí para recibir a los inmigrantes asiáticos, de modo que no sabemos si el antepasado del Chihuahua llegó con ellos o si, habiéndose encontrado primero con los esquimales, esos inmigrantes se movieron hacia el sur (Idaho) y allí fueron recibidos por los aborígenes americanos y sus pequeños perros. Este escritor puede aceptar tal teoría con la misma facilidad con la que yo especulo que lo que podría haber atravesado, con ellos, el puente de tierra, fue una rama evolutiva del zorro fenec. Lo único cierto es que los primitivos norteamericanos habían domesticado al perro miles de años antes de que los chinos navegaran hacia Acapulco. De manera que, como se dijo antes: ¿por qué el viaje no habría podido ser en la otra dirección? Tal vez, los primeros exploradores llegados de China se llevaron con ellos de regreso a los graciosos perritos mexicanos que habían continuado su migración hacia el sur.

En cualquier caso, parece cierto que el Techichi tolteca fue el antecesor más reciente del Chihuahua actual. Algunos creen que el Techichi fue, en realidad, un roedor, pero las fronteras lingüísticas impiden comprobarlo. Los toltecas forjaron una civilización espléndida que dominaba gran parte de México. Fueron los constructores de la gran Pirámide del Sol, a sólo 60 kilómetros de lo que es hoy Ciudad de México. Una de sus ciudades fue Chichén Itzá. Cuando mi esposo y yo estuvimos allí, en medio de las ruinas, nos conmovió comprobar no sólo lo avanzados que estaban sino también su manera de estar en sintonía con el cielo, el universo y las estaciones, tal como se evidencia en los restos arqueológicos. Los toltecas trabajaron el metal y la arcilla, hilaron el algodón y extendieron el culto al dios Quetzalcoatl. Su imperio alcanzó el máximo esplendor alrededor del siglo X d.C., pero fue destruido por guerras internas y externas.

El perro tolteca está representado en piedras talladas que forman parte del monasterio llamado Huejotzingo. Determinadas partes del edificio están construidas con materiales transportados desde las pirámides aztecas de Cholula. El monasterio, levantado por los monjes franciscanos hacia 1530, se encuentra entre la Ciudad de México y Puebla.

La cultura tolteca cedió su puesto a la azteca, que parece haber adoptado al Techichi y a los perros desnudos, a los que utilizaba en los sacrificios religiosos. Los aztecas usaban matracas y dos tipos de tambores ceremoniales, el huehuetl o tlapanhuechuetl (vertical) y el teponaztli (horizontal). Existe una interesante pieza de museo que es una matraca moche, en cuya parte superior aparece el retrato perfecto de la cabeza de un Chihuahua moderno. Una cabeza humana completa el mango. Los aztecas atribuyeron a estos perros un gran significado religioso y por ende, eran una ofrenda de gran consideración hacia los dioses.

Con los avances sociales y las progresivas facilidades de la vida, la gente pudo disponer de mayor cantidad de tiempo para dedicarse a actividades tales como la cría de perros. Las evidencias arqueológicas demuestran que su cría selectiva evolucionó desde un interés probablemente alimenticio hacia otro de significación espiritual, para llegar finalmente a un interés puramente suntuario: la mera compañía.

Este lazo está claramente expresado en una figura que tiene una antigüedad de más de tres mil años. Representa a un perro besando la cara de una persona. Es fácil de comprender, entonces, que los Chihuahua fueran enterrados con sus amos y que los arqueólogos hayan encontrado restos de esta raza en tumbas humanas, tanto en México como en los Estados Unidos. Un ejemplo maya de un Chihuahua criado como mascota se encuentra en la figura de una mujer que camina con un niño de la mano mientras en la otra lleva un perro diminuto. Esta pieza data de los alrededores del año 750 d.C. y se encuentra en la Universidad Tulana de los Estados Unidos.

Si los antecesores del Chihuahua fueron los perros existentes en América del Norte, si fueron traídos en naves comerciales chinas, o si se originaron en el desierto egipcio, lo único cierto que sabemos es que un tipo de perro muy parecido al Chihuahua actual floreció en lo que es hoy el norte de México.

México reivindica su cuna por haber dado el nombre a la raza y, de hecho, el Museo de Historia Natural de ese país ofrece lo que muchos consideran la prueba irrefutable de que el Chihuahua es nativo del norte de México. Se trata de un esqueleto que mide sólo 17 cm de largo y que es claramente el de un perro tipo Chihuahua, con un cráneo abovedado que presenta varias fontanelas.

De modo que hemos dado la vuelta completa al círculo y la historia nos ha traído de vuelta a México y al sur de los Estados Unidos. Es lamentable que los muchos dialectos hablados por los indios americanos contribuyan tan poco a la hora de ofrecer descripciones significativas de los perros nativos. Los indios, artistas altamente creativos, usaban más el simbolismo que el realismo, y para dar a conocer a las generaciones venideras las experiencias y los hechos del pasado se apoyaban únicamente en la tradición oral conservadas y transmitidas por los narradores.

Hay una tradición que se refiere claramente al Chihuahua. Se creía que este perro no sólo podía ser un compañero en el otro mundo, sino que podía desempeñar una función mucho más seria a favor de su dueño. Se pensaba que los pecados del dueño eran transferidos al perro, con lo que el primero tenía entonces entrada libre al otro mundo. Llegar allí no era tarea fácil, ni siquiera para un alma libre de pecados.

El franciscano fray Bernardino de Sahagún, que vivió en la época de la conquista española, era un gran admirador de los aztecas. Él escribió mucho y registró cierta versión de una leyenda muy conocida que puede explicar un par de rarezas modernas… Primero, la historia.

Escribiendo acerca de la asistencia espiritual que ofrecían los perros, decía que los muertos, junto con todas sus ropas y pertenencias, eran incinerados, pero aquel que no tenía nada partía solo y desnudo y debía arrostrar muchas penas y sufrimientos para atravesar el lugar de las aspas de obsidiana. A éste, le hacían llevar un perro amarillo a cuyo cuello ataban una cuerda de algodón. Se decía que el perro abriría paso al muerto a través del paraje de los nueve ríos, en la tierra de los muertos.

Un narrador se refiere a «un perro amarillo que usaba un cordón de algodón de tejido suelto en forma de collar. Los hombres dicen que él lleva al muerto a través del río de los nueve brazos hacia Meitlantecutli. Allí el cauce es ancho y los perros son los barqueros, de modo que cuando cada uno reconoce a su amo, salta al agua para ayudarlo en la travesía».

Los colores son significativos en todas las culturas, y para los aztecas el amarillo representa la muerte. Por eso, los perros amarillos eran sacrificados, de manera que pudieran preceder a sus amos en el viaje hacia la otra orilla. Allí esperaban, para ayudar a sus queridos amos a cruzar el río de los nueve brazos.

Cuando uno ha experimentado la absoluta devoción de un Chihuahua, le resulta fácil entender cómo aquella cultura tan desarrollada pudo creer que un perro como éste asumiría de buen gusto los pecados de su amado dueño. Y más aún, que ese mismo perro esperaría la llegada de su amo para actuar como correo y hacerlo llegar al cielo azteca.

¿No deberían todos tener un Chihuahua?

Posiblemente ésta es la razón por la cual –según se dice– Moctezuma, el último gobernante azteca, tenía cientos de Chihuahua en su increíblemente moderno palacio. Los grabados se refieren a la fontanela, de manera que hay pocas dudas acerca de que los perros no hubieran sido Chihuahua puros.

¿Y habrá sido también por la misma razón que, más recientemente, el general Santa Anna (el dictador mexicano que vendió el norte de México a los Estados Unidos en 1848) mantenía un gran número de Chihuahuas de color dorado cervuno? Ellos lo acompañaban a las batallas, sin duda para guiar su alma a través del río de nueve brazos en el caso de que él resultara muerto. De hecho, los perros estaban en su campamento cuando fue finalmente derrotado y capturado, en 1836.

La teoría que sitúa el desarrollo del Chihuahua en Europa y supone que esta raza llegó al Nuevo Mundo en brazos de los exploradores españoles, ignora completamente los registros históricos. Los españoles hicieron un uso muy singular de los perros en aquella época. Trajeron a América caballos y no perros. Cuando no había posibilidad de cazar en el territorio donde se encontraban y no disponían de caballos heridos que pudieran ser sacrificados, los españoles invadían los asentamientos indios en busca de comida, y eso incluía los perros nativos y, en ciertas tribus, los perros conservados para los sacrificios o en calidad de mascotas.

Uno de los primeros exploradores de América del Norte, Hernando de Soto, escribió que los perros resultaron una gran fuente de alimentos para los cientos de soldados que estuvieron bajo sus órdenes durante la exploración del sureste de los Estados Unidos. Los conquistadores españoles no sólo diezmaron la población indígena desde la península de Florida hasta México sino que también exterminaron a miles de perros.

Los cronistas españoles anotaron que los aztecas castraban y engordaban a los perros machos dándoles maíz y que luego se los comían. No existen dudas de que los usaron en ceremonias religiosas, pero repasando los relatos de los españoles uno se pregunta si, en realidad, los indios no habrían sido forzados a criar perros en grandes cantidades para alimentar a los conquistadores que los esclavizaban.

No existe ninguna evidencia pictórica confiable sobre la existencia de perros tipo Chihuahua en Europa, antes de que Cristóbal Colón descubriese América y el continente fuese explorado. Hay una pintura de Botticelli, fechada en 1481, que aparece en un fresco de la Capilla Sixtina. Por tener dedos largos y en forma de garras se dice que el perro allí representado tiene tipo de Chihuahua, pero los aficionados al Bull Terrier aseguran que se trata de un antepasado temprano del Terrier blanco inglés. El debate también ha alcanzado una pintura veneciana de Pietro Longhi, porque en ella se representa a una mascota familiar con tipo de Chihuahua. Aún se especula que la perra descendía de un perro mexicano traído de vuelta a Europa por un héroe victorioso de noble corazón.

En realidad, es probable que el diminuto perro de pelo corto fuera cruzado con perros Spaniel europeos para producir otras deliciosas razas pequeñas. Estos perros de nuevo tipo, cruzados de nuevo con el Chihuahua, junto con un puñado de diminutos perros del tipo Pomerania y otros falderos de aquella época, produjeron el Chihuahua de pelo largo y quizá fueron los responsables del acortamiento de las anteriormente gigantescas orejas.

Además de buscar «El Dorado», los españoles intentaron convertir la población indígena al cristianismo. Para ello, hicieron uso de muchos recursos radicales, incluyendo la subversión de las creencias religiosas más profundas de los pueblos que sojuzgaron. Prohibieron el sacrificio de perros con fines religiosos o de convite, pero pasaron algunas décadas antes de que esto resultara realmente abolido.

Los archivos de la Misión Agustina, cerca de veinte años después de la Conquista de 1539, describen el mercado azteca de perros de Acolhuán. Se dice que los perros eran vendidos exclusivamente con fines alimenticios y que, usualmente, se les comía en ceremonias especiales como bodas, funerales y festines religiosos.

En 1578, Francisco Hernández describió un perro que él consideró era el Techichi. Escribió que este perro era criado por los indios como fuente de alimento, asegurando que ellos lo comían del mismo modo que los españoles comían conejos. Es posible que los cronistas del siglo XVI no tuvieran mucho en cuenta los hechos sino las razones que los sustentaban.

Habiendo estado en San Esteban, una iglesia del siglo XVII que se encuentra en lo alto de un pináculo llamado Acoma o, más recientemente, Skay City, me inclino a pensar que aquella gente tranquila y pequeña, que resultó esclavizada tan efectivamente por los españoles, hubiera comido o vendido cualquier cosa con tal de sobrevivir. No lejos al oeste de Alburquerque, en Nuevo México, Acoma es el asentamiento habitado más antiguo de los Estados Unidos, establecido desde que los españoles lo fundaron por primera vez en 1540. Allí la gente es pobre y primitiva. El agua aún se almacena en hondonadas de arcilla cocida diseminadas a lo ancho de la diminuta comunidad. La poca gente que sale de la sombra de sus viviendas de adobe para ser fotografiada o para vender su bella cerámica, parece complaciente pero muy distante de los turistas. Está vivo en el recuerdo el reino de tortura sufrido bajo los gobernantes blancos cuando, para la construcción de la iglesia, forzaban a esta gente a acarrear sobre sus hombros enormes vigas durante cien millas de camino a través del desierto calcinante, sin que se les permitiera descansar. No vimos perros, sino sólo la sombra de aquellos que pudieron haber sido...

Seguramente, algunos eran demasiado pequeños como para que el duro conquistador llegara a notar su presencia, o tal vez no se les consideró dignos de un asado. Los más pequeños y apreciados pudieron haber sido escondidos en las altas viviendas de los indios Pueblo. De una cosa sí podemos estar seguros: todos los dueños de Chihuahua están profundamente agradecidos porque los diminutos habitantes del desierto escaparan al hambre de los españoles.

Historia actual

La primera noticia que se tuvo del Chihuahua como raza específica parece haber sido de alrededor de 1884, cuando algunos mexicanos emprendedores empezaron a vender sus Chihuahua a los turistas en los mercados fronterizos. Los diminutos perros fueron llamados Texas Mexicano y Perros de Arizona, según el lugar en que uno se encontrase en esos momentos. Con el tiempo, llegó a asociárseles firmemente con el estado mexicano de Chihuahua, al sur de la frontera y fue así como aquel perro que no sabía nada de fronteras llegó a ser conocido como Chihuahua.

Se dice que un juez de perros estadounidense compró uno en El Paso, Texas, y después otro proveniente de Tucson, Arizona. Mr. Watson escribió una obra de dos volúmenes que trataba sobre perros, pero a pesar de que la raza había sido reconocida en los Estados Unidos en 1903, se negó a mencionar al Chihuahua en su libro. ¡Era demasiado para él!

El primer Chihuahua registrado oficialmente fue un perro llamado Midget, inscrito en el Libro de Orígenes del American Kennel Club junto con otros tres, en 1904. El Reino Unido no se quedó atrás: registró su primer Chihuahua en 1907. México hizo su entrada en el mundo canino moderno un poco tarde, pero en 1934 garantizó exenciones para la inscripción de los Chihuahua.

Hacia 1915, había 30 Chihuahua registrados en los Estados Unidos y ese número se elevó a más de 25.000 en la década de 1970. La raza es más popular en ese país y en Europa que en el propio México, sin duda porque todo lo «extranjero» es siempre mejor que lo que ha estado toda la vida bajo nuestras narices.

Uno de los primeros progenitores de notoriedad fue Carranza, llamado así probablemente para imitar el nombre del presidente de México. Este Chihuahua rojo de pelo largo vivía en el estado de Pennsylvania donde encontró la muerte en las fauces de un Dogo Alemán que, según se dice, ¡lo confundió con una ardilla! Afortunadamente esto ocurrió después de que él hubiera procreado a Meron y a Perrito, que resultaron los fundadores de dos grandes líneas estadounidenses. La línea de Perrito desapareció hacia finales de la década de 1920, pero su influencia fue altamente apreciada en las generaciones subsiguientes. La mayoría de los especialistas en la raza concuerdan en que Carranza pudo no haber sido un perro de pura raza, a pesar de haber sido registrado, porque no hubo ningún Chihuahua de pelo largo en México hasta los alrededores de 1959. En realidad, fue necesario que pasaran 29 años después de la fundación del Club Chihuahua de los Estados Unidos, en 1923, para que otro club dedicado al Chihuahua de pelo largo, llegara a existir.

Los Chihuahua de pelo corto y de pelo largo fueron exhibidos juntos hasta 1952, cuando fueron considerados como dos variedades separadas en las exposiciones caninas. En los Estados Unidos, todavía hoy las dos variedades se cruzan entre sí, por lo que en una misma camada es posible encontrar perros de pelo largo y otros de pelo corto.

Actualmente, se registran más de 20.000 Chihuahua, cada año en el American Kennel Club. De esta cantidad, sólo se exhibe un número limitado, pero la raza mantiene su extrema popularidad porque los criadores se esfuerzan por preservar sus singulares características.

El Chihuahua en Inglaterra

Algunos representantes de la raza llegaron a Inglaterra, provenientes de los Estados Unidos y también directamente desde México, en los últimos años del siglo XIX. En 1897, un Chihuahua fue formalmente exhibido en la Exposición de la Asociación Canina para las Damas (Ladies Kennel Association, L.K.A.). La prerrogativa para el registro se produjo en 1907, lo que podría parecer un meteórico ascenso hacia la fama si no fuera porque ocurrió 17 años antes de que el siguiente Chihuahua fuera registrado.

Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, había inscritos menos de cien Chihuahua. Su escasa población fue duramente afectada por los bombardeos y la devastación subsiguientes. En 1949, sólo quedaban registrados ocho Chihuahua.

Cuando los hogares y las familias se restablecieron, muchos volvieron a tener perros por el placer de su compañía y el Chihuahua fue entonces una pequeña alma agradecida capaz de llenar los corazones y brazos vacíos de aquellos que habían sufrido pérdidas terribles. La población creció rápidamente y, hacia 1953, había 111 Chihuahua registrados en el Kennel Club Inglés.

Debido a una huelga de los electricistas, la Exposición Crufts de 1954 tuvo que ser suspendida, de modo que los primeros C.C. realmente fueron otorgados por el Kennel Club de Escocia en la Exposición de Glasgow. En un empate, durante el concurso por el título de primer Campeón del Récord, la raza entró en los libros de récords cuando los dos mejores Chihuahua del evento obtuvieron sus títulos en la misma exposición ¡y en el mismo día!

Hacia 1965, la raza se había separado en dos variedades: pelo largo y pelo corto. En el Crufts de ese año se inscribieron 89 Chihuahua de pelo largo y 159 de pelo corto. La totalidad de perros registrados había ascendido a más de 3.000 debido a los avances en las técnicas de cesárea veterinaria.

En las décadas siguientes, la población y la popularidad de la raza continuaron en ascenso, a pesar del escaso número de cachorros de sus camadas. Desde el Reino Unido la popularidad del Chihuahua se expandió a otros países, y hacia finales de la década de 1970 era obvio que el perro mexicano había encontrado un hogar muy acogedor en Europa.

Si deseas saber más sobre el Chihuahua te recomendamos la publicación de la editorial Hispano Europea Chihuahua Serie Excellence:

 

Apariencia de la Chihuahua

Apariencia general

Es un perro de cuerpo compacto, siendo de primordial importancia hacer notar que su cabeza es de forma amanzanada y su cola moderadamente larga llevada en alto arqueada o de semicírculo, con la punta dirigida hacia el lomo.

Proporciones importantes

La longitud es ligeramente mayor que la altura a la cruz, deseándose un cuerpo casi cuadrado, especialmente en los machos y permitiéndose un poco más largo en las hembras por la función reproductiva.

Temperamento/ Comportamiento

Vivaz, alerta, inquieto y muy valiente.

Cabeza

Región craneal

  • Cráneo: Bien redondeado, amanzanado (característica especial de esta raza). Se prefieren ejemplares sin mollera aunque se admita una mollera pequeña.
  • Depresión fronto nasal (Stop): Bien marcada, hundida y ancha, a consecuencia de la frente abombada sobre la inserción del hocico.

Región facial

  • Trufa: Moderadamente corta y ligeramente respingada; cualquier color es permitido.
  • Hocico: Corto; visto de perfil mantiene una línea recta, siendo más ancho en su base y afilándose hacia la punta.
  • Labios: Limpios y apretados.
  • Mejillas: Poco desarrolladas y muy limpias.
  • Mandíbulas/ Dientes: Con mordida de tijera o nivelada (en forma de pinza); el prognatismo superior o inferior son seriamente penalizados, así como cualquier deformación maxilar o mandibular.
  • Ojos: Son grandes y redondos, muy expresivos, nunca protuberantes, perfectamente oscuros. Los ojos claros son permitidos pero no deseados.
  • Orejas: Grandes, erectas y desplegadas y ampliamente abiertas ; anchas en su base, se reducen gradualmente hasta terminar ligeramente redondeadas en la punta. Estando en reposo forman un ángulo de 45° hacia los lados.

Cuello

  • Perfil superior: Ligeramente arqueado.
  • Longitud: Mediana.
  • Forma: Más grueso en los machos que en las hembras.
  • Piel: Sin papada; la variedad de pelo largo presenta una crin de pelo más largo sumamente deseable.

Cuerpo

Compacto y bien estructurado.

  • Línea superior: Recta.
  • Cruz: Poco marcada.
  • Dorso: Corto y firme.
  • Lomo: Fuertemente musculoso.
  • Grupa: Ancha y fuerte, casi plana o ligeramente inclinada.
  • Pecho: Con tórax amplio y profundo y costillar bien arqueado; visto de frente tendrá buena amplitud, sin exceso; visto de perfil desciende hasta el codo; nunca abarrilado.
  • Perfil inferior: Determinado por una retracción ventral, la cual deberá ser bien delineada. El vientre suelto es permitido pero no deseado.

Cola

Moderadamente larga, de implantación alta, ancha en su base reduciéndose gradualmente hacia la punta, es plana en apariencia. El porte es un rasgo sobresaliente de la raza, en movimiento se encuentra elevada, arqueada o en semicírculo con la punta dirigida hacia el lomo, dando balance al cuerpo, nunca aparece metida entre los miembros o enroscada por debajo de la línea superior del dorso. Cubierta de pelo en armonia con el resto del cuerpo según la variedad. En la variedad de pelo largo está cubierta con pelo en forma de pluma; en reposo es colgante con un gancho ligero.

Extremidades

Miembros anteriores

Rectos y de buena longitud; vistos de frente aparecen en línea recta con los codos; vistos de perfil son bien aplomados.

  • Hombros: Limpios, moderadamente musculosos, con buena angulación en la articulación escápulo humeral.
  • Codos: Firmes y pegados al cuerpo, permitiendo libertad de movimientos.
  • Metacarpos: Ligeramente inclinados, fuertes y flexibles.

Miembros posteriores

Bien musculados, de huesos largos, bien aplomados y paralelos entre sí con buena angulación en las articulaciones coxo femoral, femoro tibial rotuliana y tibio tarsiana de acuerdo a los miembros anteriores.

  • Corvejones: Cortos, con tendones bien desarrollados; vistos de atrás están separados, rectos y verticales.

Pies

Los pies son muy pequeños y ovalados, con los dedos separados pero no extendidos (no son de liebre ni tampoco de gato); las uñas son particularmente curvas y moderadamente largas, con las almohadillas bien desarrolladas y muy elásticas. Los espolones deben ser extirpados excepto en los países en donde su excisión está prohibida por ley.

Movimiento

Presenta un paso largo y flexible, firme y activo, con buen alcance anterior y mucho empuje posterior. Visto de atrás, los posteriores deben mantenerse casi paralelos entre sí, colocando los pies de los miembros posteriores en las huellas de los anteriores. Los miembros tienden a converger en dirección de una línea central de gravedad, conforme aumenta la velocidad. Muestran gran elasticidad y libertad, sin ningún esfuerzo, con la cabeza siempre en alto y la espalda firme.

Piel

Lisa y elástica en toda la superficie corporal.

Pelaje

Pelo

Existen dos variedades en esta raza.

  • Variedad de Pelo Corto: El pelo es corto y pegado en todo el cuerpo, ligeramente más largo cuando presenta capa interna (entrepelo); se permiten escaces en la garganta y en el abdomen. Es ligeramente más largo en el cuello y en la cola, corto en la cara y las orejas; es brillante y su textura suave. No se aceptan los ejemplares sin pelo.
  • Variedad de Pelo Largo: El pelo debe ser fino y sedoso, lacio o ligeramente ondulado; es deseada la capa interna (entrepelo) no muy densa. Presenta pelo muy largo en forma de pluma en las orejas, cuello, cara posterior de los miembros anteriores y posteriores, pies y cola. No se aceptan los ejemplares con pelo largo y esponjado.

Color

Todos los colores son aceptados en todas sus tonalidades y combinaciones.

Peso

La talla no debe tomarse en cuenta en esta raza, sólo el peso. Peso ideal entre 1,5 kg y 3 kg. Sin embargo, se aceptan perros entre 500 gr y 1,5 kg. Serán descalificados ejemplares con más de 3 kg.

Faltas

Cualquier desviación de los criterios antes mencionados debe considerarse una falta y la gravedad de ésta se considera al grado de la desviación al estándar.

Defectos generales

  • Falta de piezas dentales.
  • Doble dentadura (retención de dientes temporales).
  • Mordida deformada.
  • Orejas puntiagudas.
  • Cuello corto.
  • Cuerpo largo.
  • Espalda vencida o arqueada (lordosis o xifosis).
  • Grupa caída.
  • Pecho angosto; costillar plano.
  • Cola mal implatada, torcida o corta.
  • Miembros cortos.
  • Codos despegados
  • Posteriores unidos.

Faltas graves

  • Cráneo angosto.
  • Ojos pequeños, hundidos o protuberantes.
  • Hocico largo.
  • Prognatismo superior o inferior.
  • Luxación de la rótula.

Faltas eliminatorias

  • Perros temerosos, agresivos.
  • Perros tipo venado (perros con una estructura atípica o sumamente estilizada: cabeza refinada, cuello largo, cuerpo esbelto, miembros largos).
  • Ejemplares con mollera muy abierta.
  • Orejas caídas o cortas.
  • Perros de cuerpo extremadamente largo.
  • Ausencia de cola.
  • Perros que presentan un pelo muy largo, fino y esponjado en la variedad de pelo largo.
  • Ausencia de pelo (alopécia) en la variedad de pelo corto.
  • Peso mayor a 3 kg.

Cualquier perro mostrando claras señales de anormalidades físicas o de comportamiento debe ser descalificado.

Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.

Consejos de compra

Buscar un cachorro por Internet conlleva riesgos. Para tener clara la profesionalidad del criadero con quien contactéis, os recomendamos que...

  • Os aseguréis de que responde vuestras dudas, que se descubre conocedor de la raza (que asiste a exposiciones caninas), y que se ofrece a realizar un seguimiento del cachorro después de la venta. ¿Se implica, o se limita a fijar un precio?
  • Veáis si está recomendado por otros criadores, o si tiene referencias de clientes satisfechos.
  • Os aseguréis de que tiene afijo, que sus perros están inscritos en el LOE y tienen pedigree en regla. Tened en cuenta que tramitar el pedigree de un cachorro no es nada caro, desconfiad de frases tipo "si te lo doy con pedigree te va a salir mucho más caro".
  • Os dé garantías en relación a problemas de salud, físicos, hereditarios... ¿Entrega el cachorro con cartilla veterinaria, chip, vacunas, desparasitaciones y revisiones veterinarias al día?
  • Le pidáis que os muestre sus instalaciones y os deje ver a los ejemplares ¿Están éstos libres de enfermedades?
  • Y por último, recordad que los cachorros necesitan un mínimo de dos meses junto a su madre antes de ser entregados. Desconfiad de quien quiera acelerar el proceso.
Además, siempre hay que tener muy en cuenta los cuidados que requiere vuestra futura mascota. Tomad nota:
En el caso de los Chihuahua su mantenimiento estético no es tan exigente comparado con otras razas, sin embargo no hay que descuidarlo.
  • Cepillado frecuente.
  • Se debe bañar cada seis u ocho semanas, y hay que cuidarle las uñas.
  • No requiere corte.
  • Hay que cuidar sus ojos, orejas y dientes.
  • Se debe acudir al veterinario con la frecuencia que se requiera, y tener siempre al día sus vacunas. 
Por otro lado, la raza Chihuahua no requiere de mucho ejercicio. Sin embargo no hay que descuidar sus paseos diarios y jugar con ellos. Hay que tener siempre presente que a estos perros les cuesta mucho mantener el calor corporal, por lo que en invierno siempre deben ir abrigados. 
 
De igual forma no hay que olvidar las posibles patologías de la raza:
  • Problemas de córnea
  • Glaucoma
  • Lesiones óseas y fracturas

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