El American Staffordshire-Terrier (amstaff) es un perro que tiene fama de violento y agresivo, pero lejos de esta creencia, los dueños de amstaffs afirman que es un animal de lo más tranquilo. Ahora bien, si se le estimula la agresividad con métodos contundentes puede convertirse en un animal incontrolable. Sus extraordinarias mandíbulas pueden producir tremendas heridas a cualquier otro animal incluso más grande que él.
El origen del American Staffordshire-Terrier es bastante complejo. Desciende de las razas Old English Bulldog y Old English Terrier. El perro resultante de este cruce llegó a Estados Unidos en el siglo XIX y ya en 1898 se presentaron los primeros representantes de esta nueva raza. En sus comienzos, este perro fue utilizado en peleas de perros y de toros, actividades que se consideran ilegales en gran parte del mundo. Actualmente, el American Staffordshire-Terrier ha dejado de ser un perro agresivo para ser un agradable perro de compañía.
El American Staffordshire-Terrier es valiente, fuerte, resistente, musculoso, testarudo y tenaz. Debido a estas cualidades ha sido usado como perro de pelea, pero si no se le educa con ese fin, es amigable con los humanos. Siempre está atento a lo que pasa a su alrededor y es un perro protector con su familia y casa.
El American Staffordshire-Terrier es un perro musculoso, ágil y elegante. Su pelo es corto, apretado, duro al tacto, lustroso y puede ser de cualquier color. Tiene una cola corta y generalmente se le recortan las orejas cortas, en semi-rosa o erguidas.
Debido a su carácter y a sus orígenes, el American Staffordshire-Terrier es un perro al que hay que domar desde muy pequeño y al que no le ha de dejar pasar nada durante su educación para que no haya problemas futuros. Aprende con rapidez y es fácil que adquiera malos hábitos.
Es necesario que este perro haga ejercicio regular, puede adaptarse a vivir en un piso si recibe paseos diarios.
El American Staffordshire-Terrier es un perro muy saludable, aunque algunos se pueden ver afectados por una cierta tendencia a desarrollar cataratas, problemas de corazón y displasia de cadera.
Orgullo. Fuerza. Lealtad. Tenacidad. Éstos son los primeros adjetivos que vienen a la mente cuando se observa o se piensa en el American Staffordshire Terrier.
Estas cuatro palabras sólo describen someramente al American Staffordshire Terrier, una raza poderosa y compleja. Lo que esta raza tiene que ofrecer depende, completamente, del propietario. Sus habilidades no tienen límites: insuperable fuerza, deseo de complacer ilimitado, un animal ideal para la actividad y el trabajo. Aun así, al mismo tiempo, este perro es un maravilloso compañero, un animal afable con la familia y los amigos y tiene una habilidad añadida como guardián. Este perro parece tan perfecto que podríamos llamarle «superperro». Si hay una raza merecedora de este estatus, el American Staffordshire Terrier es un buen candidato.
Criado en sus orígenes para pelear contra otros perros, el American Staffordshire Terrier es un perro acomodaticio, digno de confianza y extremadamente afectuoso con las personas. A pesar de su inherente habilidad para destrozar y magullar a animales de más de tres veces su tamaño, el American Staffordshire Terrier no suele ser agresivo y no buscará la pelea. En pocas palabras: este perro no será el que inicie el problema, pero sí que será el que acabe con él.
En lugar de manifestar agresividad, el American Staffordshire Terrier canaliza su enorme energía en satisfacer a su amo. La voluntad que tiene esta raza para complacer procede de sus orígenes como perro de pelea: el perro quería, con tanta voluntad, ganar para su amo que luchaba hasta la muerte. Este compromiso y esta dedicación son, realmente, muy valiosos, sin importar la tarea que se le encomiende.
Acerca de las tareas que puede desempeñar esta raza, aparte de su trabajo como perro de pelea, el American Staffordshire Terrier también encontró acomodo en varias ocupaciones, principalmente en las granjas y en las carnicerías. Actualmente conserva sus habilidades como perro de trabajo y de caza, y es utilizado tanto como perro trabajador como en las competiciones. Los American Staffordshire Terrier son muy apreciados en las granjas para las tareas de conducir al ganado, pastoreo, guardián y para tirar de objetos. La raza es también utilizada por la policía y otros servicios para ayudar en las detenciones, la detección de narcóticos, la búsqueda y el rescate, el control de los disturbios y muchas otras cosas. En la competición, esta raza sobresale en muchos deportes, entre los que se incluyen (aunque no se limitan a éstos) el rastreo, el pastoreo, la obediencia, tirar de pesos, las pruebas de Agility, el Schutzhund y, por supuesto, la belleza. En pocas palabras: el American Staffordshire Terrier quizá sea el perro más versátil del mundo.
Los American Staffordshire Terrier son perros alegres, extravertidos, estables y unas excelentes mascotas. Son extremadamente inteligentes y excelentes guardianes. La cría cuidadosa ha dado lugar a los American Staffordshire Terrier actuales, que son perros afectuosos, fiables y muy leales, con una personalidad valiente. Es un perro extremadamente orientado hacia la familia que no se asusta fácilmente; se lleva bien con los niños y con las personas mayores que utilizan bastones, andadores o sillas de ruedas. De hecho, esta raza es muy utilizada como perro de terapia, y es llevado a los hospitales, residencias de ancianos y centros similares para ayudar a la rehabilitación y para llevar algo de alegría y felicidad a los pacientes.
Esto no elimina al resto de los grupos de edad, ya que el American Staffordshire Terrier puede divertirse con los juegos de tirar de la cuerda durante horas y siempre disfruta con una buena carrera. Un excelente entretenimiento tanto para el perro como para el propietario es jugar con un disco volador. Aunque no es un perro cobrador nato, participa sin desmayo en juegos en los que tiene que recuperar y traer un objeto que le lanza su amo. La excelente agilidad y velocidad de esta raza es evidente, ya que corre en busca de y salta para capturar el disco volador. Es un verdadero regocijo ver cómo el perro muestra su capacidad atlética en este juego.
El American Staffordshire Terrier, debido a su gran fuerza y adiestrabilidad, puede ser un excelente guardián casero. Por naturaleza, esta raza es muy amistosa con todas las personas y no considerará al hombre como un oponente. De todas formas, a través del adiestramiento, un American Staffordshire Terrier puede aprender a distinguir entre amigos y enemigos y a atacar a los intrusos. Como verdadero campeón y defensor de su familia, intervendrá para defender a los miembros de su familia, aunque esto pudiera provocarle heridas graves o incluso la muerte.
Aunque el American Staffordshire Terrier rara vez provocará una pelea, como tiene sangre de terrier tendrá el instinto de responder al reto de otros perros. Esto puede convertirse en un problema si el animal no está correctamente adiestrado para que abandone este tipo de comportamiento, conocido como bravura. La mayoría de las veces, incluso perros de mayor tamaño, como los Mastiff y los Rottweiler, que pesan entre 45 y 68 kg, no tendrán ninguna oportunidad ante un American Staffordshire Terrier con gran determinación. Su centro de gravedad bajo, la increíble fuerza de su cuello y sus mandíbulas y la tenacidad para continuar luchando aun estando exhaustos o malheridos hará que estas razas superen a otras de mayor tamaño.
Adaptable al campo y a la vida urbana, esta raza se sentirá cómoda ante cualquier situación que le pueda proporcionar su amo. Un campo abierto por el que pasear es una gran cosa y será muy apreciado por el atlético American Staffordshire Terrier, pero no es algo imprescindible. El perro también será feliz en un pequeño apartamento, siempre que su amo esté cerca. Lo único que romperá el espíritu y el corazón de este perro es la falta de atención por parte de su propietario.
La personalidad es uno de los rasgos más importantes en un perro. Una personalidad o temperamento estable es clave para determinar cómo reaccionará un determinado perro (no una raza canina) ante las situaciones cotidianas. Antes de hacerse con su perro, o lo antes posible tras obtenerlo, asegúrese de realizar una prueba de comportamiento. Pregunte a su veterinario dónde puede someter a su perro a esta prueba. Si en ella obtiene una puntuación tan baja en la prueba como para que sea objeto de preocupación, piense seriamente en devolverlo al criador. El mal temperamento puede indicar la posibilidad de un problema en el futuro. Además, si su perro obtiene una mala puntuación en esta prueba, no le haga criar. El mal temperamento es un rasgo que puede transmitirse y que, de hecho, se transmite a la descendencia.
El American Staffordshire Terrier normal tiene una personalidad acomodaticia, una gran inteligencia y un enorme deseo de complacer. A estos perros les encanta la gente y estar con ella. Quizá, el peor castigo al que puede someter a su American Staffordshire Terrier sea separarle de usted. Si se establecen vínculos inmediatamente, esta raza será eternamente devota de usted y no sólo querrá sino que protegerá a su familia. Se sentirá muy feliz haciendo partícipe de su afable personalidad a cualquier persona que él reconozca como amigo suyo. Así que no hace falta preocuparse cuando le presente nuevas personas.
La tenacidad de esta raza puede que sea su atributo más destacado, una característica muy apreciada por la gente que asistía a las peleas de perros y que fue la que creó al American Staffordshire Terrier. Es interesante ver que muchos de los rasgos positivos asimilados en sus orígenes como perro de pelea han permanecido con la raza. El American Staffordshire Terrier tipo es extremadamente valiente y nunca se retira de una pelea o de un trabajo que le haya sido encomendado. Una vez se le da una tarea, es un trabajador incansable y no para hasta que haya acabado la labor.
La increíble determinación del perro está equilibrada por una calma de iguales proporciones. Esto es una característica que emana de la gran confianza que tiene en sí mismo. Este perro rara vez se siente amenazado y, aunque le gustan los retos, tiene demasiada autoconvicción como para sentirse cuestionado en exceso.
Físicamente, existen pocas razas que puedan igualar al American Staffordshire Terrier. Está como esculpido en fuerte músculo y envuelto en una piel resistente. La primera impresión que nos da esta raza es la de una cabeza grande y un cráneo fuerte cuya enorme sonrisa amistosa parece siempre presente. La gran cabeza, unida a un grueso cuello, está implantada sobre unos musculosos hombros y un tórax amplio. El resto de su físico viene representado por una impresionante musculatura, que le confiere una gran fuerza. Se sabe que esta raza ha tirado de pesos de más de 136 kg en competición, lo que le puede dar una idea del vigor de este perro.
Además de fuerte, esta raza también es increíblemente ágil, especialmente si tenemos en cuenta su tamaño. Este rasgo se desarrolló durante su vida como perro de pelea y actualmente es de utilidad en variedad de tareas y competiciones, como en las pruebas de Agility y de Schutzhund. Combine esta fuerza y agilidad con una velocidad y una rapidez excelentes y una tenacidad ilimitada y tendrá a un perro bastante increíble.
Aunque la raza no es famosa por su olfato, el American Staffordshire Terrier es un gran rastreador. El agudo sentido del olfato de esta raza, probablemente heredado de sus antepasados terrier, le permite ser utilizado para la caza, el rastreo e infinidad de tareas. En los Estados Unidos, el American Staffordshire Terrier se utiliza mucho para la búsqueda y el rescate, siendo de ayuda para la localización de personas desaparecidas. Esta misma característica es utilizada por la policía para olfatear y aprehender a los criminales y para localizar drogas escondidas entre el equipaje o la ropa. En combinación con su fuerza y su velocidad, el olfato del American Staffordshire Terrier le convierte en un complemento ideal para el cazador cuando busca piezas. Con una combinación tan increíble de destrezas y habilidades, un perro de esta raza es el compañero definitivo para muchas personas debido a múltiples razones.
Su cachorro de American Staffordshire Terrier es probable que sea bullicioso, activo y, sobre todo, alegre a medida que explora su nuevo hogar. Se divertirá explorando más allá de los límites impuestos, jugando con objetos que sean o no adecuados y comiendo cualquier cosa que le quepa en la boca. Obviamente, deberá vigilar de cerca a su nuevo y curioso cachorro y asegurarse de que no haya cables eléctricos ni otros posibles peligros a su alcance. Finalmente, con la dirección adecuada por su parte, él entenderá las normas y se encontrará cómodo en su nuevo hogar.
El rasgo más destacado de la personalidad del American Staffordshire Terrier es su voluntad de complacer. Esto hace que el adiestramiento sea bastante sencillo en comparación con otras razas, aunque debe ser una tarea que su propietario debe tomarse en serio. Desde el principio se le debe dejar claro dónde le está permitido estar. El establecimiento de límites, tanto dentro como fuera de casa, es importante para usted y para él. Quizá no quiera que el perro salte encima de la cama de usted; así pues, él necesitará saber cuál es su lugar. Ésta es una necesidad instintiva de los perros, y cuanto antes le pueda proporcionar un lugar que él pueda considerar como suyo propio, más fácil les resultará todo a los dos.
Mientras aprende cuáles son los límites, su American Staffordshire Terrier también puede comenzar a conocer las normas de casa. Sea constante y firme en sus órdenes y elógiele mucho cuando lo haga bien. Evite ser negativo en el adiestramiento: los perros responden mucho más rápidamente a los métodos positivos. Puede empezar a enseñarle al perro órdenes de obediencia sencillas desde el primer momento. Las órdenes básicas como «siéntate», «quieto» y «ven-vuelve» son esenciales, y el inteligente American Staffordshire Terrier las puede aprender en muy poco tiempo.
La capacidad de aprendizaje de esta raza es un rasgo único que se encuentra por encima de la mayoría de razas. Esto se debe, básicamente, a su deseo inherente por complacer. El perro desea tanto hacerle feliz que aprenderá cualquier cosa mientras usted le recompense con una sonrisa. Al mismo tiempo, es absolutamente necesario que pase tiempo con él y le enseñe variedad de tareas. Quedará impresionado al averiguar que este perro puede llevar a cabo muchas labores en casa y, de hecho, se sentirá más aceptado y valorado cuando crea que tiene que cumplir con unos trabajos específicos. Comience con tareas sencillas, como que vaya a recoger y traerle el periódico o las zapatillas por la mañana, y continúe asignándole pequeños trabajos. Recuerde que éste es un perro utilizado en todo el mundo para desempeñar trabajos que van desde el de pastor de ovejas hasta el de detección de drogas. No hay límites a la asistencia que le puede proporcionar, así que aprovéchese de ello. Cuantas más cosas pueda hacer su perro por usted, más contentos estarán los dos.
Contrariamente a la creencia popular, el American Staffordshire Terrier se lleva bastante bien con otros animales. Debido a su antiguo estatus como perro de pelea, surgió la falsa idea de que no se podía fiar uno de estos perros cuando estaban cerca de otros animales, debido a su agresividad innata. Nada podría alejarse tanto de la realidad. El American Staffordshire Terrier suele ser un animal pasivo que luchará sólo cuando sea atacado o cuando le sea ordenado. Dicho esto, puede usted sentirse cómodo presentando sus mascotas a su nuevo amigo: el American Staffordshire Terrier. Se sabe que esta raza ha vivido en armonía con otros perros, gatos, aves y conejos, por poner sólo unos pocos ejemplos. Al contrario que muchas otras razas, el American Staffordshire Terrier no necesita que le presenten al resto de mascotas de la familia cuando es un cachorro, así que es igualmente seguro traer a otra mascota a una casa donde ya haya un American Staffordshire Terrier. Por supuesto, no deberá traer a un perro de esta raza (ni a ningún otro animal) a un lugar donde ya haya un animal agresivo.
Esta raza es también afable y suele ser protectora con los niños. A ellos les encantan los perros y a los American Staffordshire Terrier les gustan los niños. Mientras que una mascota agresiva puede instigar una gran pelea con un American Staffordshire Terrier, el que un niño se monte a caballo sobre él rara vez hará que el perro le dé, siquiera, un mordisco defensivo. El sentido común nos dice que siempre debemos supervisar a los niños cuando están con perros por la seguridad de aquéllos. De hecho, en el caso de un American Staffordshire Terrier, la supervisión es más importante por la seguridad del perro. Los niños tienden a fastidiar y meterle cosas a los animales y en sitios peligrosos. La mayoría de los animales responderán, defensivamente, con reacciones tales como mordiscos, pero el American Staffordshire Terrier no es así. Se trata de un perro con una paciencia y una comprensión inagotables que resistirá las bromas de los niños sin responder y, como esta raza tiene una alta resistencia al dolor, puede resultar gravemente herida. Enséñeles a sus hijos a jugar cariñosamente con su mascota, asegúrese de que comprendan que el perro puede resultar herido como consecuencia de ciertas acciones, y así madurarán para acabar siendo adultos buenos y respetuosos.
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¿Cómo puede un perro ser tan perfecto? Uno debe fijarse en el desarrollo de la raza, que comienza hacia el año 800 a.C., cuando los comerciantes fenicios trajeron por primera vez a Inglaterra una línea de molosos de Asia. Estos perros originales fueron cruzados para derribar, luchar contra o apresar animales grandes y agresivos, como jabalíes, osos o grandes felinos: animales que pueden tanto luchar como escapar. Los antiguos molosos tenían un coraje y una destreza para la pelea increíbles y eran muy apreciados en Asia y Europa.
Alrededor del año 400 a.C. una segunda línea de molosos muy vigorosos llegó a las costas británicas. Este perro era el Alano. Los carniceros y los granjeros ingleses transformaron al Alano en el primer y verdadero Bulldog (entonces llamado «Bulldogge »). En la Edad Media, el Bulldogge inglés de trabajo fue el primer perro en tener el llamado cierre tetánico, que en realidad tiene más que ver con la bravura que con cualquier anomalía estructural en los maxilares. Estos Bulldogge tenían la habilidad de perseguir, capturar y quedar colgando de los ollares, el pómulo o la garganta de un gran herbívoro y no dejarlo marchar, sin importar lo fieramente que luchara el animal o a cuanto castigo se viera sometido el perro. A través de los periodos medieval, isabelino y en los inicios de la época industrial, los Bulldogge cazaban, rutinariamente, caballos, bovinos y jabalíes.
Estos Bulldogge solían encontrarse en las granjas y en las carnicerías y a veces participaban en competiciones organizadas. Cuando se trataba de cazar animales domésticos, el Bulldogge era capaz de hacer que éstos se sometieran, ante el enorme dolor que les provocaba la mordedura, sin que el perro recibiera daño alguno. Cuando estaba dispuesto a someterse, el toro bajaba la cabeza hasta el suelo y permitía que el Bulldogge tirara de él, hacia atrás, para arrastrarle a la carnicería. A continuación, el toro era sacrificado o se le alojaba en un establo a la espera de su sacrificio. Debido a este trabajo se conoció comúnmente al Bulldogge con el nombre de «perro del carnicero».
Además de morder y apresar, el antiguo Bulldogge de trabajo tenía la habilidad de tirar a un toro al suelo haciendo que su cuerpo se moviera rápidamente en espiral cuando el bovino estaba en un momento de equilibrio precario en medio de una carrera. Era posible que un Bulldogge de 36 kg experimentado derribara a un toro de 800 kg.
Aunque su oponente principal solía ser el toro, también era utilizado para luchar contra osos, leones y otros feroces carnívoros. Estas peleas programadas eran conocidas como apresamientos. En Inglaterra, el Bulldogge fue desarrollado con el único propósito de ser un perro de presa para los toros. El apresamiento de toros era un deporte cruel en el que un toro atado, que era llevado al mercado para ser sacrificado, era atacado por un Bulldogge, con la idea de que la carne sería más tierna, antes del sacrificio, gracias a los ataques de estos perros. La pretensión de que la carne se tornaba más tierna durante estos brutales ataques no tenía base alguna y, ciertamente, no tenía otro propósito sino el de llenar los bolsillos de las personas que adiestraban a estos perros para que participaran en estas peleas sádicas y sangrientas. Durante estas peleas el perro asaltaba al toro, se escabullía de sus pezuñas y sus astas, le apresaba por los ollares o la oreja y quedaba sujeto hasta que el toro caía debido al cansancio o a la falta de oxígeno. Muchos perros eran aplastados por las pezuñas, destripados por las astas y lanzados al aire, lo que resultaba en patas, columnas vertebrales y cráneos rotos cuando daban con su cuerpo contra el suelo. En general, tanto los perros como los toros sufrían enormemente. Aun así, todo el mundo, desde el pueblo llano hasta la realeza, disfrutaba con estos espectáculos, como medio de diversión y distracción de la violencia y las enfermedades de esos tiempos.
Los Bulldogge utilizados en el caso de los osos y los grandes carnívoros eran mayores que los usados para el ganado. La velocidad no era tan importante contra los oponentes de mayor tamaño y las peleas tenían lugar en recintos vallados, para que así la resistencia fuera un factor de menor importancia. Tanto si eran pequeños como grandes, los Bulldogge que sobrevivieron a los reñidos retos que suponían estos combates entre animales se convirtieron en los mayores luchadores caninos que nunca han existido.
En 1835, los concursos de apresamiento de animales pasaron a ser ilegales en Gran Bretaña. Las únicas pruebas de este tipo que sobrevivieron fueron las peleas de perros.
Una vez prohibidas las peleas contra toros, los criadores que apreciaban la fiereza, valentía y tenacidad de los Bulldogge volcaron su atención en la cría de perros para utilizarlos como animales de pelea. Los mineros del carbón de Staffordshire cruzaron a los Bulldogge con Terrier greñosos y continuaron con la tradición de los combates mediante peleas clandestinas que todavía se celebran en la actualidad. A partir de estos cruces entre el Bulldogge y los Terrier surgieron el Bull y Terrier y el Staffordshire Terrier. Estos animales cruzados eran criados para que fueran agresivos con otros perros, por su enorme valentía y su gran resistencia al dolor, una excelente capacidad para la coagulación de la sangre (que era de ayuda cuando resultaban heridos), la voluntad de luchar hasta el fin y un afecto incomparable hacia las personas. El hombre explotó estos atributos y se animaba a estos perros a luchar entre sí en los rings de pelea. El resultado de estos combates dependía del reto establecido. A veces la pelea duraba hasta que un perro era sacado o huía del ring y otras veces no acababa hasta que uno de los perros moría. En cualquier caso, éste es un ejemplo del abuso, por parte del hombre, del don del perro como compañero leal, al permitir que estos animales sufrieran heridas para así ganarse los elogios de sus amos.
Un hecho interesante a mencionar es que los antiguos criadores de estos perros consideraban como absolutamente necesario un atributo: la devoción hacia las personas. Si un perro de pelea se revolvía contra una persona o mostraba agresividad hacia ella, era sacrificado de inmediato. Esto condujo a que la raza tuviera una enorme personalidad amistosa hacia la gente e hizo que la raza no fuera un peligro declarado para el hombre.
Estos perros llegaron a los Estados Unidos hacia el año 1870 como perros polivalentes para las granjas y como guardianes de las fronteras. Sobresalían en sus servicios a las personas en las fronteras y pronto se ganaron la reputación de ser uno de los mejores perros que se pudieran tener. Para aumentar la utilidad del perro en su nuevo medio de vida en las fronteras, los criadores del Bull y Terrier comenzaron la cría selectiva en pos de un perro de mayor tamaño. El perro Bull y Terrier se convirtió en un adepto a casi cualquier cosa y desempeñó muchos papeles, entre los que se incluían el de perro pastor, protector del ganado, eliminador de alimañas, perro que tiraba de pesos, perro guardián y compañero familiar. También era querido y respetado como un verdadero compañero familiar. Finalmente, los perros comenzaron a tener otros nombres, como Pit Dog, Pit Bull Terrier, American Bull Terrier e incluso el de Yankee Terrier. Estos animales importados se desarrollaron para pasar a ser razas características, entre ellas el American Pit Bull Terrier y el American Staffordshire Terrier. El United Kennel Club (UKC) estadounidense reconoció al anteriormente mencionado Bull y Terrier como American Pit Bull Terrier en 1898.
La raza aparecía en muchos lugares. El calzado de la marca americana Buster Brown llevaba la imagen de su mascota Tige, un American Pit Bull Terrier, en cada zapato para potenciar su imagen de producto resistente y fiable. La RCA (casa discográfica) utilizó a Nipper, un Pit Bull de origen desconocido, para ilustrar la calidad del sonido que procedía de su fonógrafo mostrando a un perro que quedaba embobado, ya que pensaba que estaba escuchando la voz de su amo y no una grabación. La raza fue utilizada para mostrar la neutralidad, sin miedo, estadounidense en 1914, además de la resistencia de los vaqueros Levi's, y también fue retratado como el «defensor de la bandera de los EE.UU.». En 1917, Sergeant Stubby, un Pit Bull de origen incierto, se convirtió en un héroe de la guerra al salvar las vidas de varios soldados y por capturar a un espía alemán mientras servía en las trincheras de Francia con la 26th Yankee Division. Unas dos décadas más tarde apareció un robusto perro blanco con una mancha negra en un ojo, llamado Petey, que actuaba junto con un entrañable grupo de niños llamado La pandilla (The Little Rascals). El American Pit Bull Terrier era ahora todo un símbolo internacional que representaba a los EE.UU. ante el mundo. La popularidad de esta raza estaba en su punto más alto y la gente lo reconocía como el animal robusto, fuerte y encantador que es.
El American Kennel Club volvió la espalda a las razas tipo Pit Bull hasta 1936, año en el que reconoció al American Pit Bull Terrier bajo el alias de Staffordshire Terrier, nombrado así en honor a los mineros de Staffordshire (Inglaterra), que tuvieron mucho que ver en la creación de la raza inglesa de pelea original. En sus inicios, el American Kennel Club (AKC) aceptó a 50 Staffordshire Terrier. Uno de estos perros era el famoso Petey, de la serie La Pandilla (The Little Rascals). El nombre de la raza fue cambiado en 1972 por el de American Staffordshire Terrier, para diferenciarlo del Staffordshire Bull Terrier de Inglaterra, el antepasado de los perros americanos, que fue reconocido por el AKC en 1974. La versión inglesa de este perro tiene una talla de 35,5 a 40,5 cm hasta la cruz y pesa de 11 a 17 kg. Las hembras se encuentran en los extremos inferiores. La versión estadounidense mide de 43 a 48 cm hasta la cruz y su peso no se especifica, pero debería estar en proporción con la altura. El American Pit Bull Terrier del AKC se prefiere que oscile entre los 13,5 y los 27 kg, siendo las hembras en general, aunque no necesariamente, de menor tamaño que los machos. Desde la aceptación por parte del AKC, el American Staffordshire Terrier ha sido criado separadamente del American Pit Bull Terrier del UKC. Esto ha dado como resultado dos razas diferentes. Esto puede complicarse, así que preste atención. El AKC no reconoce al American Pit Bull Terrier como raza canina, pero sí reconoce al Staffordshire Bull Terrier y al American Staffordshire Terrier. Por otra parte, el UKC sí reconoce al American Staffordshire Terrier del AKC como American Pit Bull Terrier y les permite inscribirse en el libro de orígenes del UKC.
¿Confundido? Es para estarlo. ¿Por qué todo este lío por un pequeño y amistoso perro? En esencia, toda esta controversia viene como resultado de dos facciones de criadores de perros: los que buscan la utilidad de la raza y los que cultivan su aspecto. La mayoría de la gente involucrada en el UKC cree que se debería criar a los perros para que conservaran su objetivo original para con el hombre, ya sea el del deporte (luchas entre perros, caza) o el del trabajo (en la granja, como perro pastor). Los seguidores del AKC prefieren criar a sus «bestias» en pos de la belleza, moldeando a sus perros
para que se ajusten a las características físicas expuestas en el estándar de la raza.
Afortunadamente, en el seno de ambas sociedades caninas, el perro ha conservado muchas de sus características más positivas. No importa si se trata de un Yankee Terrier, de un American Pit Bull Terrier o de un American Staffordshire Terrier: sus orígenes son básicamente los mismos.
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Debe dar la impresión de una gran fuerza, con relación a su tamaño. Este es un perro bien sólido y musculoso, aunque ágil y elegante. Siempre está atento a lo que lo rodea. Su cuerpo debe ser recogido, ni levantado ni agalgado. Su valor es notorio.
Debe existir una correlación proporcionada entre el tamaño y el peso. La altura a la cruz deseable debe ser : 46 a 48 cm (18 a 19 pulgadas) en los machos y 43 a 46 cm (17 a 18 pulgadas) en las hembras.
De longitud mediana, grande, vista de todos los lados.
Pesado, ligeramente arqueado. Disminuye gradualmente desde los hombros hasta la inserción en la cabeza. Es de longitud mediana, sin papada.
Es corta, en comparación con el tamaño del perro. De implantación baja, disminuye gradualmente hasta terminar en una punta fina. No se presenta ni enroscada, ni llevada por encima de la espalda. Tampoco debe ser amputada.
Deben ser rectos y de huesos fuertes. Con buena separación como para permitir un buen desarrollo del tórax.
Son bien musculosos.
De tamaño mediano, bien arqueados y compactos.
Es elástico, sin balanceo ni ambladura.
Es corto, apretado, duro al tacto y lustroso.
Todos los colores son permitidos, pero el pelaje con más de 80% de color blanco, el pelaje negro y fuego y el hígado no deben ser valorizados.
Nota: Los machos deben tener dos testículos de apariencia normal completamente descendidos en el escroto.
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