¿Qué hay de cierto en la leyenda del Yeti, «el abominable hombre de las nieves»?

Las primeras noticias que existen de esta criatura se remontan a algunos escritos prebudistas, donde ya aparece la descripción de un ser de rasgos simiescos y pelaje blanco y largo. Pero ha sido a partir del siglo XIX cuando la leyenda sobre el Yeti, bautizado como «abominable hombre de las nieves» por un periodista de la India, comenzó a correr como un río de pólvora entre todo aquel que subía o bajaba la cordillera tibetana.

Huellas "monstruosas"

Lo que no dejaban de ser historias que se transmitían de manera oral entre estos aventureros se convirtieron, varios años más tarde, en un ser monstruoso que parecía ser real. Uno de tantos excursionistas que se adentraban en la cordillera, Laurence Waddell, dio a conocer lo que parecían ser huellas hechas en la nieve por esa extraña criatura, huellas que fueron confirmadas por un fotógrafo de Royal Geographical Society, que aseguró haber visto a un ser que se parecía al Yeti durante su ascenso a mediados de la década de los años 20. Para darle veracidad a su historia, fotografió sus supuestas huellas, que casaban a la perfección con esa imagen de animal grande y de pelaje blanco que vagaba por las montañas del Himalaya.

En busca del hombre de las nieves

Tal fue la expectación que levantaron esas imágenes que en la década de los años 50 se organizó una expedición de medio año para buscar evidencias científicas de la existencia del hombre de las nieves. Dicha expedición resultó infructuosa, pero ello no mermó las leyendas que circulaban en torno a esta criatura y que, aún hoy, persiguen a muchos exploradores que se adentran en las montañas nepalíes.

Pero ¿existe realmente el Yeti?

En la actualidad no hay pruebas que evidencien la existencia de este ser tan singular, aunque tampoco que lo desmientan. Algunos especialistas apuntan que es probable se trate de un oso pardo del Himalaya, y no de un primate, como tradicionalmente se ha apuntado. Estos mamíferos también pueden ponerse y caminar a dos patas y su tamaño podría confundirse con facilidad con la del abominable hombre de las nieves.

Frente a esta teoría, han surgido voces que indican que no se trataría de un oso, sino de un homínido, una especie de eslabón perdido que habría evolucionado hasta alcanzar un gran tamaño y que se habría adaptado al clima frío del Himalaya. A día de hoy siguen las expediciones para tratar de encontrar evidencias científicas de la presencia del Yeti.