Cinco curiosidades sobre la avispa alfarera

De nombre científico Eumeninae, la avispa alfarera es una subfamilia de insecto himenóptero y, en su mayoría, procede del continente asiático, pues muchas de ellas son oriundas de países como India, Nepal, Pakistán, Kazajstán y Tayikistán. Pese a ello, su presencia en la península no se considera un problema, por cuanto no supone una amenaza para el resto de los insectos autóctonos.

Pueden medir hasta 2 centímetros

Como las avispas que solemos encontrar aquí, el cuerpo de la avispa alfarera también está decorado con franjas negras y amarillas, pero la distribución no es uniforme, sino que puede presentar variaciones, que se adaptan a la singularidad de su forma, alargada y muy delgada. Aunque normalmente su tamaño oscila entre los 1 y los 1.7 centímetros, hay ejemplares que pueden alcanzar los 2 centímetros. En este sentido, hemos de decir que la mayoría de ellas son reinas, que ya de por sí presentan una dimensión mayor.

Son carnívoras

¡Qué no cunda el pánico! Suelen comer polen y néctar de las flores, como cualquier insecto. La savia de los árboles también forma parte de su dieta, pero, a diferencia de otras subfamilias de avispas, las alfareras se alimentan de otros insectos, a los que adormecen con su veneno para devorarlos lentamente en su pequeño nido. En su mayoría, son arañas, , hormigas y escarabajos, aunque tampoco les hacen ascos a las cucarachas.

El nombre de alfarera procede de la forma de sus nidos

En efecto, la singularidad de la construcción en la que viven ha determinado que se las conozcan como avispas alfareras, pues las oquedades que crean a modo de nido recuerdan un ánfora. Son de color marrón y tienen unas dimensiones en torno a los 2 o 3 centímetros.

De su construcción se encargan las hembras, que mezclan saliva con barro para formar una masa que se endurece conforme se seca. Dentro, adosados a las paredes, se depositan los huevos.

Las crías se comen las presas que cazan las madres

Antes de que la hembra haya puesto sus huevos, suele irse de caza y traer algún insecto que servirá de alimento cuando los huevos eclosionen. Para que la hormiga o araña no se escape del nido, ponen los huevos al final, con lo que estos crean una especie de cierre o tapón que impide que la presa huya. Así las crías se la comerán cuando salgan y tendrán alimento aunque no esté cerca la hembra.

No viven en colmenas

Son avispas solitarias que construyen nidos de manera independiente, lo que difiere del resto de los insectos himenópteros, que suelen agruparse en colonias o enjambres y vivir en comunidad.