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Niños y perros: a cada edad una responsabilidad
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Niños y perros: a cada edad una responsabilidad

Adoptar o adquirir un cachorro para que un niño pueda crecer a su lado es una muy buena idea por muchas razones conocidas por muchos de nosotros. No sólo acaban siendo los mejores amigos sino que cuidar de un perro ayuda a los niños a ser conscientes y desarrollar valores tan importantes, entre otros, como la responsabilidad y la paciencia.

Pero tener un perro en casa con niños pequeños nos lleva a tener en consideración muchos factores que es necesario controlar y tener en cuenta. Si bien es cierto que los niños maduran a distintas velocidades y edades, como adulto te puedes hacer una idea de cuando el niño está preparado para asumir ciertas responsabilidades y deberes para cuidar a su peludo amigo. Según Kay Cox (Arizona, USA), psicóloga animal y maestra, es extremadamente importante enseñar y educar tanto al niño como al perro sobre cómo deben interactuar el uno con el otro.

Kay Cox ha elaborado una serie de recomendaciones en base a distintas franjas de edad del niño para tratar de describir las responsabilidades y cosas a tener en cuenta entre niños y perros. En cualquier caso cada niño será un caso distinto y habrá que estar siempre al tanto.

Muy importante: tened en cuenta que incluso con los mejores perros, mejor entrenados y acostumbrados a niños pueden llegar a ser agresivos en un momento dado y bajo ciertas circunstancias. Por ello, jamás dejaremos solos a niños y perros. Siempre deberá estar presente un adulto. Esta máxima aplica tanto con perros como con cualquier animal en general.

 

Foto: Ivette Ivens

Bebés

Obviamente un bebé recién nacido no puede cuidar de un perro, pero debemos trabajar para hacer que la llegada del bebé en casa sea lo más normal posible y hacer sentir al perro como parte de este importante cambio. El perro no se debe sentir relegado por la nueva situación. Kay Cox sugiere estos pasos:

  1. Antes de que llegue el bebé a casa, empieza a dedicar tiempo exclusivo a hacer cosas relacionadas con el bebé. Tiene que empezar a entender que hay momento en los que no podrás estar pendiente del perro.

  2. Cuando el bebé llegue haz que se conozcan con cuidado. Sin celos. Un perro celoso o muy excitado puede ser hostil. Por eso es muy importante mantener la calma y estar atento a cualquier reacción del can.

  3. Cuando el perro reaccione positivamente dedícale un buen número de elogios. Se lo merece! :)

  4. No dejes de prestar atención a tu perro. Al final él es también tu ‘hijo peludo’ y necesita tu atención.

  5. Cuando vengan visitas a casa a ver el bebé, Cox recomienda darle premios y hacerle sentir parte de la situación. Que no se vea desplazado en ningún momento.

Hasta los tres años

Antes de que nos demos cuenta, los niños pequeños ya empiezan a caminar y a desenvolverse por sí solos, pero aún no controlan sus movimientos de brazos y piernas. Deberás controlar sus movimientos y velar para que éstos sean siempre cuidadosos y respetuosos hacia el perro. El niño siempre debe respetar al perro y es nuestra responsabilidad velar y trabajar para ello.

Por otro lado, el perro deberá acostumbrarse a que toquen sus juguetes y los cuencos de comida y agua. Y también a que los niños 'invadan' su cama como un juego más. Aunque los niños no deberían tocar los cuencos, por motivos higiénicos, es casi imposible evitar que no lo hagan. No importa cuantas veces les digas a los niños que no lo hagan. Lo acabarán haciendo. Los niños son muy rápidos!

Sé siempre muy suave con el perro y con el niño y usa palabras tranquilizadoras como: ‘despaaacio’, ‘suaaaave’ en forma de susurros para tranquilizar la situación. Los perros aprenden por imitación.

Una vez más: nunca dejes sólo a un niño con un animal, ni mientras te vas de habitación. Nunca. Por muy dócil y bueno que sea el perro.

 

De tres a seis años

A partir de los tres años, el trabajo previo realizado hasta entonces debería haber procurado un potente vínculo entre niño y perro. El niño puede empezar a participar en ciertas tareas de cuidado del perro. Los niños pueden ayudarte a ponerle comida, agua, cepillar al perro como un juego,... Siempre bajo supervisión. No esperes que un niño a esa edad recuerde que el perro tiene que comer y beber cada día y debe jugar con él. Pero si empezamos a hacerle partícipe de las tareas necesarias fomentaremos en el niño el valor de la responsabilidad desde edades muy tempranas.  

A los seis años los niños ya deberían participar activamente en el mantenimiento del perro. Ponerle de comer y beber, limpiar los cuencos cuando sea necesario, etc… Que empiecen  a ser conscientes de que tener un perro significa realizar unas tareas y responsabilidad.

 

Y para acabar. Si bien es cierto que para realizar todo lo descrito anteriormente es necesario invertir tiempo y esfuerzo por parte de todos, verás que la recompensa que obtendréis no tendrá precio. El vínculo que niño y perro establecerán será increíble. Y será una de las mejores cosas que podrás hacer para que tu hijo humano y tu hijo perruno, y por ende, toda la familia en general seáis más felices aún si cabe. Además estarás fomentando en el niño el respeto y amor por los animales, para hacer de tu hijo el mejor ser humano posible.

 

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