La trombopatía hereditaria es un trastorno genético hereditario que afecta a la función plaquetaria, ocasionando hemorragias anormales debido a un defecto en la coagulación sanguínea. Este trastorno recesivo autosómico significa que el perro debe heredar el gen mutado de ambos progenitores para manifestar síntomas. Los perros portadores de una sola copia del gen suelen estar asintomáticos, aunque pueden transmitir el trastorno a su descendencia. Es fundamental promover prácticas responsables de crianza en España, y los perros afectados no deben ser usados para la reproducción para prevenir la transmisión.
La trombopatía hereditaria se ha identificado principalmente en estas razas:
El trastorno afecta la función de las plaquetas, impidiendo que la sangre coagule correctamente. Las plaquetas fallan en agregarse y adherirse como es debido, lo que provoca hemorragias excesivas incluso por heridas menores. Esta disfunción se debe a defectos específicos en las glicoproteínas plaquetarias esenciales en los procesos de coagulación.
Los síntomas de la trombopatía se parecen a otros trastornos de coagulación, lo que dificulta su diagnóstico. Las señales clínicas habituales incluyen:
Los recuentos sanguíneos y niveles de factores de coagulación suelen ser normales, por lo que las pruebas sanguíneas estándar pueden no detectar el trastorno. El diagnóstico definitivo requiere pruebas especializadas de función plaquetaria, que suelen realizar veterinarios especialistas en España. También está disponible la prueba genética para identificar portadores y perros afectados, lo que es vital para gestionar la reproducción.
Aunque no existe cura para la trombopatía hereditaria, un manejo cuidadoso mejora significativamente la calidad de vida del perro. Las estrategias clave incluyen:
Una comunicación efectiva con el veterinario y chequeos regulares son esenciales para manejar riesgos y mantener el bienestar del animal.
La única forma de evitar la propagación de la trombopatía es asegurando que los perros afectados no se reproduzcan. Todos los perros destinados a la reproducción deben pasar pruebas genéticas para determinar su estado:
En España, se recomienda la esterilización o castración de perros diagnosticados con trombopatía para evitar la transmisión a la descendencia. Los criadores deben priorizar el examen genético y asesoramiento para garantizar la salud de futuras generaciones.
La trombopatía hereditaria es un trastorno genético grave que afecta la coagulación en razas concretas como el Basset Hound y el Spitz Finés. Un diagnóstico temprano mediante pruebas especializadas y un manejo adecuado permiten reducir significativamente los riesgos para la salud. Las prácticas responsables de reproducción, incluyendo el test genético y la eliminación de perros afectados del programa de cría, son fundamentales para prevenir la diseminación del trastorno. Ante cualquier signo relacionado con hemorragias, es imprescindible consultar con un veterinario para asegurar un cuidado y apoyo apropiado.