Los gatos sordos son increíblemente hábiles para compensar su falta de audición, por lo que puede no ser evidente durante algún tiempo que un gato no puede oír en absoluto. La sordera en gatos puede ser congénita (presente desde el nacimiento) o adquirida más adelante en la vida. Esta condición puede afectar a uno o ambos oídos y su gravedad varía considerablemente. Si estás pensando en adoptar un gato sordo o deseas aprender a identificar y manejar la sordera, esta guía completa te proporcionará información fundamental.
La sordera en gatos generalmente se clasifica en dos categorías, dependiendo de si está causada por daño nervioso o por una obstrucción física que bloquea el paso del sonido. Reconocer el tipo de sordera es importante ya que algunas causas pueden ser temporales o tratables, mientras que otras pueden ser permanentes.
El daño o disfunción de los nervios del oído puede afectar la audición. Una forma hereditaria de sordera afecta predominantemente a los gatos de pelaje blanco con ojos azules debido a una condición llamada degeneración cocleo-sacular. Otras causas incluyen:
Las obstrucciones físicas en el canal auditivo pueden impedir que el sonido llegue a las estructuras encargadas de la audición. Algunas de estas causas pueden revertirse con tratamiento e incluyen:
Si tu gato comienza a mostrar signos de pérdida auditiva o sospechas de sordera, una evaluación veterinaria es esencial para el diagnóstico y las opciones de tratamiento. Los síntomas clave incluyen:
Una vez que el veterinario confirme la sordera y se traten las causas tratables, puedes ayudar a tu gato a adaptarse eficazmente con estas estrategias:
Los gatos se adaptan bien a la sordera con estos ajustes cuidadosos. Su calidad de vida puede mantenerse excelente con un cuidado atento y responsable.