Al envejecer, especialmente entre los 8 y 10 años, los perros tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer, aumentando hasta en un 50%. Este riesgo afecta a todos los perros independientemente de la raza, pero algunas razas presentan una susceptibilidad notablemente mayor a ciertos tipos de cáncer. Conocer estos riesgos ayuda a los propietarios a mantenerse atentos y consultar con su veterinario para un diagnóstico y cuidado temprano.
Las investigaciones muestran consistentemente que los perros de raza pura tienen aproximadamente 1,9 veces más riesgo relativo de cáncer en comparación con los perros mestizos. Algunas razas tienen predisposiciones bien documentadas:
Muchas razas tienen un riesgo moderado o bajo, aunque ningún perro está exento. Las razas de riesgo medio suelen heredar predisposiciones a ciertos cánceres:
Las razas con bajo riesgo presentan menos casos frecuentes de cáncer a nivel de raza, pero sus dueños deben vigilar otras condiciones de salud. Ejemplos incluyen:
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer, la responsabilidad del propietario puede reducir riesgos y facilitar la detección temprana:
Conocer los riesgos específicos de cada raza fomenta una acción rápida, mejorando el pronóstico y calidad de vida. Conversar con su veterinario sobre las particularidades de su perro permitirá un seguimiento y cuidado adaptados.
La susceptibilidad al cáncer varía según la raza, siendo razas como Boxer, Golden Retriever y Boyero de Berna las más propensas a ciertos tipos de cáncer. La tenencia responsable, que incluye prevención, vigilancia y visitas veterinarias oportunas, es clave para la salud de su perro. La detección temprana es fundamental para mejorar el pronóstico.