La prueba BAER, que significa Respuesta Evocada Auditiva del Tronco Cerebral, es un procedimiento diagnóstico fiable usado para detectar sordera en perros midiendo la actividad eléctrica cerebral en respuesta a sonidos. Esta prueba no invasiva es fundamental para identificar pérdidas auditivas hereditarias o adquiridas, proporcionando claridad tanto a propietarios como a criadores en España.
Este test es reconocido por veterinarios como el método más preciso para diagnosticar con certeza la sordera en perros. Se reproducen sonidos, generalmente clics, y se mide la respuesta cerebral dentro del rango auditivo humano. Sin embargo, algunos perros que resultan sordos con BAER pueden percibir sonidos de frecuencias muy altas que los humanos no oyen.
La prueba BAER es especialmente valiosa para razas con mayor riesgo de sordera genética como los cachorros dálmatas, muy populares también en España. También es relevante para perros con patrones de pelaje como el merle en collies, que puede predisponerlos a esta condición. Permite a los criadores identificar cachorros afectados a tiempo y evitar su reproducción o la de portadores, fomentando generaciones futuras más sanas.
En razas con incidencia conocida de sordera, realizar la prueba BAER antes de entregar un cachorro es un paso responsable para asegurar sus capacidades auditivas. Esto es vital no solo para el bienestar del perro sino también para la integridad de programas de cría en España que buscan reducir la sordera hereditaria.
Testar perros adultos con sospecha de pérdida auditiva también es crucial. La sordera, parcial o total, afecta métodos de adiestramiento y medidas de seguridad, ya que un perro sordo puede no percibir señales importantes como tráfico o llamadas. Diagnosticar temprano mediante BAER ayuda a los dueños a adaptar cuidados y comunicación.
La prueba BAER se puede hacer a cualquier edad, pero lo ideal es entre las 5 y 7 semanas en cachorros de razas en riesgo. En esta etapa el canal auditivo está abierto y el sistema auditivo responde adecuadamente.
No se debe realizar muy temprano porque los cachorros nacen sordos naturalmente y los canales se abren después de las dos semanas. También es útil testear perros adultos para detectar sordera adquirida o confirmar sospechas para gestionar mejor su cuidado.
El procedimiento consiste en colocar pequeños electrodos en la cabeza del perro para medir las respuestas eléctricas cerebrales a sonidos entregados mediante auriculares. Normalmente se usan clics dentro del rango auditivo humano y el perro suele estar despierto, aunque a veces se seduce ligeramente para que permanezca quieto.
La prueba la realizan veterinarios especialistas con tecnología adecuada en clínicas españolas autorizadas. Para encontrar centros acreditados para realizar BAER en España, recomendamos consultar con asociaciones veterinarias oficiales o colegios veterinarios.
Los resultados indican claramente si cada oído tiene capacidad auditiva:
La prueba distingue sordera completa pero no detecta pérdida parcial o sensibilidad reducida. Los propietarios de perros sin afectación deben seguir observando su audición, pues un resultado normal solo indica capacidad para oír, no la agudeza auditiva.
Incorporar la prueba BAER en programas de cría ayuda a reducir la incidencia de sordera en razas vulnerables, priorizando la salud y bienestar de los perros y sus futuros propietarios. Los criadores responsables comparten resultados y evitan utilizar perros afectados o portadores para mantener líneas sanas.
Los dueños deben mostrar empatía y actuar proactivamente si su perro resulta sordo. Métodos de adiestramiento basados en señales visuales y táctiles son muy efectivos. Brindar un entorno seguro y adaptado mejora la calidad de vida de estos compañeros especiales.