Los problemas de higiene son un desafío común para los propietarios de perros en España. Estos pueden surgir durante el adiestramiento del cachorro, en perros mayores o debido a condiciones médicas, cambios conductuales o factores ambientales. Comprender la causa es esencial para encontrar la solución adecuada y asegurar que tu perro se sienta cómodo y seguro.
Los problemas de higiene pueden tener varias causas, que incluyen:
Aunque tu perro debería saber dónde hacer sus necesidades, reforzar el lugar correcto es beneficioso. Cuando tu perro haga sus necesidades en el sitio adecuado al aire libre, elógialo calurosamente para fomentar la repetición. Observar sin estar ansioso es vital para saber cuándo hacen sus necesidades.
Si tu perro orina dentro de casa, limpia bien el área con productos diseñados para eliminar olores de fluidos corporales. Los perros tienen un olfato muy sensible y pueden detectar incluso rastros muy tenues, lo que puede provocar accidentes repetidos en el mismo lugar.
A veces, los perros evitan hacer sus necesidades durante los paseos debido a sobreestimulación o estrés por otros perros, personas o ruidos. La ayuda profesional puede reducir la ansiedad y hacer que los paseos sean más placenteros.
Si tu perro no quiere hacer sus necesidades en el jardín, puedes entrenarlo para usar una zona designada, llevándolo con correa y recompensándolo al lograrlo. Esto ayuda a mantener el jardín limpio y proporciona un lugar aceptable para sus necesidades.
Ofrecer oportunidades regulares para hacer sus necesidades, especialmente en momentos clave, reduce accidentes. Algunos momentos recomendados para sacar a tu perro incluyen:
Establecer una rutina sólida ayuda a que tu perro anticipe los momentos para hacer sus necesidades, disminuyendo la necesidad de pedir salir. Cuando tu perro indique que necesita salir, abre la puerta con tranquilidad sin fomentar juegos ni ruidos. Enseñar una orden verbal relacionada, como "haz pis", ayuda a que entienda el comportamiento esperado.
Si encuentras accidentes dentro de casa, evita gritar o castigar. Tu perro puede confundirse o temer sin entender la causa de tu enfado. Es difícil sorprender a un perro en el acto y reaccionar en voz alta no eliminará el problema.
Si los sorprendes en medio del accidente, llévalos con calma afuera para que terminen, pero nunca castigues después. Enfócate en prevenir ajustando horarios, accesos o tratando causas de ansiedad.
La limpieza constante y sin estrés con productos enzimáticos evita que los perros vuelvan a ensuciar el mismo lugar debido a marcas olfativas.
Si los accidentes ocurren con frecuencia cuando tu perro queda solo, puede ser necesaria ayuda profesional para tratar posible ansiedad por separación.
La coprofagia, o comer heces, puede ser desconcertante y desagradable para los dueños. Puede ser un comportamiento natural en cachorros imitado de la madre, un hábito para buscar atención o simplemente una cuestión de gusto.
Para casos esporádicos, interrumpe calmadamente a tu perro y prémialo cuando deje las heces. Evita reacciones dramáticas que puedan reforzar la búsqueda de atención.
Agregar pequeñas cantidades de piña o calabacín a la dieta de tu perro puede hacer que las heces sean menos atractivas para él. Supervisar el tiempo al aire libre y acudir a la llamada ayuda a evitar que coma heces de otros animales, reforzando el buen comportamiento con elogios.
Rodarse en heces u otros olores fuertes es un comportamiento instintivo heredado de ancestros salvajes para enmascarar su propio olor frente a depredadores o rivales. Esto puede ser frustrante tras el aseo.
Las heces de zorro son un favorito común para los perros. Para eliminar el olor persistente, usa productos caseros como tomate enlatado, jugo de tomate o ketchup. Empapa el pelaje, masajea suavemente y enjuaga bien para neutralizar el mal olor.
Si los problemas de higiene persisten, son inesperados o vienen acompañados de otros síntomas, consulta con un veterinario rápidamente. Enfermedades como infecciones urinarias, trastornos de la vejiga o problemas neurológicos requieren diagnóstico y tratamiento.
Adiestradores certificados o etólogos pueden ayudar si las causas son conductuales o de ansiedad. Esto permite crear un plan de entrenamiento personalizado y compasivo que favorezca resultados positivos para perro y dueño.
El cuidado responsable de un perro implica paciencia, comprensión y brindar atención médica y apoyo conductual adecuado, asegurando mascotas y familias más felices.
Garantizar el acceso a atención veterinaria y buscar consejos de profesionales confiables mejora el bienestar de tu perro y el éxito de cualquier programa de higiene.