En nuestro primer artículo "¿por qué hacen eso los perros...?", explicamos algunos comportamientos caninos desconcertantes, como escarbar en su cama o temblar al estar secos. Esta segunda parte explora más comportamientos fascinantes del perro con conocimientos científicos actualizados y comprensión práctica para quienes aman a estos animales en España.
Muchos propietarios se desesperan cuando su perro se revuelca con alegría en objetos con olores desagradables, como heces de animales o animales muertos en descomposición. Este comportamiento, arraigado en instintos evolutivos, probablemente ayudó a los perros salvajes a enmascarar su olor para acercarse furtivamente a sus presas, aumentando su efectividad como cazadores. También puede servir para marcar el objeto maloliente con su propio olor o comunicar el hallazgo a su grupo. La psicología veterinaria en España señala que este comportamiento persiste a pesar de la domesticación, y lo mejor es manejarlo con paciencia y cepillando al perro después.
Mientras que los gatos suelen enterrar sus excrementos para ocultar su presencia, los perros hacen lo contrario. Al rascar el suelo o patear el césped alrededor del lugar donde han hecho sus necesidades, crean una marca visual y olfativa. Este comportamiento anuncia su territorio a otros perros o posibles intrusos. Es un instinto territorial natural respaldado por estudios de comportamiento canino en España, y es importante reconocer estas señales para entender mejor la comunicación de tu mascota.
Levantar la pata para orinar no es innato, sino aprendido. Los perros machos suelen observar a otros o detectar orina previamente marcada y adoptan esta postura para intensificar su señal olfativa. Orinar en lugares elevados dispersa su olor más lejos y refuerza la marca territorial. No todos los machos lo hacen; aquellos que carecen de interacción con otros perros o son solitarios pueden no aprenderlo jamás, lo cual es completamente normal y no preocupante. La socialización es clave en este aprendizaje.
Cuando tu perro se revuelca y se frota en la alfombra, puede estar aliviando un picor o, más intrigantemente, marcando con su olor el entorno doméstico. Las alfombras, por su tamaño y tránsito, acumulan muchos olores del hogar. Los perros suelen dejar su aroma personal para reclamar su espacio o absorber los olores del hogar para sentirse conectados con su entorno. Este comportamiento multifacético combina confort y comunicación.
El lamido en la cara suele ser una muestra de afecto, ya que a los perros les gusta el sabor salado de la piel. Sin embargo, lamer cerca de la boca refleja un comportamiento ancestral de los cachorros que lamían la cara de sus padres para estimular la regurgitación de alimento. Hoy día, aunque es mayormente simbólico, este gesto está profundamente arraigado y muestra unión y anticipación. Por higiene, es recomendable desalentar el lamido cerca de la boca, pero disfruta las muestras de cariño de tu perro.
Comprender por qué los perros se comportan como lo hacen fortalece el vínculo entre propietario y mascota. Aceptar estos comportamientos como normales o instintivos ayuda a abordar el adiestramiento y cuidado con paciencia y empatía. En España, siempre adquiere tu perro a través de criadores responsables o adopta mediante organizaciones fiables, asegurando que las mascotas reciban cuidados y socialización adecuados. Si aparecen conductas no deseadas, consulta con un adiestrador profesional o veterinario en lugar de recurrir al castigo.
Para quienes deseen continuar en este camino, encontrar un cachorro de forma responsable es el primer paso vital. Una adquisición responsable favorece mascotas más sanas y relaciones humano-perro más positivas.
En resumen, aunque los peculiares comportamientos de los perros a veces nos desconcierten, están enraizados en instintos ancestrales y comunicación social. Abrazar estas características con conocimiento favorece un perro feliz, equilibrado y armonioso con su familia humana.