Si alguna vez dejas a tu perro en una residencia canina mientras estás de vacaciones o no puedes cuidarlo, es fundamental asegurar que su estancia sea tranquila y cómoda. Minimizar los cambios en su rutina habitual puede reducir notablemente el estrés y los problemas de salud. Aunque muchos perros disfrutan la novedad de la residencia, con nuevos estímulos, atención y socialización con otros perros, algunos la encuentran estresante, lo que puede afectar su bienestar y digestión.
Un problema habitual en perros alojados en residencias es el malestar digestivo, que suele manifestarse como diarrea o vómitos. En ocasiones aparece solo el primer día y luego se resuelve, pero en perros sensibles o en estancias prolongadas puede persistir. Conocer las causas y cómo prevenirlo ayuda a mantener la salud y felicidad de tu perro durante la estancia.
Muchas residencias incluyen las comidas en su tarifa, pero generalmente ofrecen su alimento estándar, no la dieta habitual de tu perro. Los cambios bruscos en la alimentación son una causa conocida de trastornos digestivos en perros de cualquier edad o raza. Una marca diferente, ingredientes modificados o un horario distinto pueden desencadenar malestar estomacal, especialmente en perros con estómagos delicados o con sensibilidades alimentarias.
Para prevenir esto, se recomienda proporcionar a la residencia la comida habitual de tu perro o facilitarle un suplemento para cubrir ese gasto. Mantener una dieta consistente reduce la posibilidad de trastornos gastrointestinales y las molestias o el desorden por diarrea durante la estadía.
Las residencias pueden introducir numerosos factores estresantes desconocidos para tu perro: la separación del dueño, un entorno nuevo, ruidos inusuales y la interacción con perros y personas desconocidas. El estrés dispara respuestas fisiológicas que alteran la movilidad intestinal, causando diarrea o vómitos. Los perros tímidos, ansiosos o poco acostumbrados a los cambios son especialmente susceptibles.
Elegir una residencia que ofrezca un ambiente tranquilo, como instalaciones pequeñas con pocos perros, rutinas consistentes de alimentación y paseos, y atención cercana, puede disminuir el estrés. Si tu perro sufre habitualmente estrés al ser alojado, considera alternativas como paseadores o cuidadores de mascotas en casa para su bienestar.
Los perros prosperan con la rutina. Cambios en sus horarios habituales, desde la alimentación, la frecuencia de paseos, hasta la intensidad del ejercicio, pueden desequilibrar su aparato digestivo. Por ejemplo, un perro acostumbrado a paseos energéticos regulares puede reaccionar negativamente a la falta de actividad o confinamiento en la residencia.
Al organizar la estancia, informa a la residencia sobre la rutina de ejercicio y horarios habituales de comida de tu perro. Solicita que se adapte en la medida de lo posible para minimizar alteraciones y promover su bienestar.
Las residencias, por su naturaleza, reúnen a varios perros en espacios cercanos, lo cual facilita la propagación de enfermedades contagiosas como el parvovirus, tos de canil o infecciones intestinales. La limpieza e higiene son vitales para disminuir estos riesgos. La mayoría de residencias reputadas exigen vacunaciones al día y no aceptan perros enfermos a simple vista.
Pregunta por los protocolos de prevención de enfermedades, aislamiento de animales enfermos y atención veterinaria en caso de que tu perro se enferme durante la estancia. Conocer esta información te dará tranquilidad y asegurará que tu mascota reciba tratamiento rápido si es necesario.
A veces el agua suministrada en la residencia puede diferir en sabor o contenido mineral respecto al agua a la que está acostumbrado tu perro. Esto puede causar leves molestias digestivas, especialmente en perros sensibles.
Si es posible, proporciona agua embotellada o pide que utilicen la fuente habitual de tu perro para mantener la familiaridad.
Problemas previos como enfermedades inflamatorias intestinales, alergias o infecciones pueden hacer que tu perro sea más vulnerable a molestias estomacales, especialmente si el estrés de la residencia las agrava. A veces, los problemas digestivos aparecen durante la estancia, pero pueden ser casualidad.
Asegúrate de informar a la residencia sobre cualquier diagnóstico veterinario o tratamientos en curso y deja instrucciones detalladas de cuidado. Una residencia responsable debe contar con planes para atención veterinaria, que debes confirmar previamente.
Las residencias caninas son un servicio útil, pero algunos perros desarrollan problemas estomacales por cambios en la dieta, estrés, alteración de rutinas, exposición a infecciones, diferencias en el agua o condiciones de salud subyacentes. Ser proactivo proporcionando su comida y agua habituales, eligiendo una residencia tranquila y con buena reputación, dejando información detallada de salud y conociendo sus políticas sanitarias puede reducir significativamente el riesgo de problemas digestivos.
Si tu perro es propenso al estrés o molestias estomacales en residencia, consulta con tu veterinario y considera cuidados en casa o paseadores de confianza. Tu perro merece una estancia cómoda y feliz aunque estés ausente.
Para ayudarte a encontrar un perro o un animal de compañía, siempre busca criadores responsables o entidades éticas de adopción. Esto garantiza mascotas sanas y fomenta una tenencia responsable.