Muchos dueños de mascotas en España se enfrentan a la preocupación común de que sus perros odian que les corten las uñas. Ya sea que realices el corte en casa o acudas a un peluquero profesional, entender el comportamiento de tu perro puede hacer que esta rutina sea más tranquila para todos. Generalmente, existen cuatro motivos principales por los que los perros resisten al corte de uñas. Este artículo explora cada una y ofrece soluciones prácticas y compasivas para facilitar el cuidado de las uñas.
Para cortar las uñas es necesario sujetar al perro de forma segura, lo cual puede resultar incómodo o inquietante para ellos. La sensación de estar inmovilizado o atado con correa puede generar ansiedad incluso antes de comenzar. Para contrarrestar esto, es esencial acostumbrar gradualmente a tu perro a ser sujetado.
Empieza con sesiones cortas y suaves donde el perro aprenda a mantenerse tranquilo sentado o de pie mientras se le sujeta. Utiliza muchos elogios, un tono calmado y golosinas en cada paso. Con el tiempo, aumenta la duración y la cercanía del contacto para que el perro entienda que ser sujetado no implica experiencia negativa. La paciencia y la desensibilización progresiva son clave para reducir el estrés por la restricción.
Muchos perros no disfrutan que les toquen las patas, ya sea por sensibilidad, cosquillas o molestias derivadas de artritis o pequeñas lesiones. Al cortar las uñas es necesario levantar las patas, lo que puede hacerles sentir inestables o vulnerables, especialmente si tienen dolor o debilidad.
Para ayudar a tu perro a tolerar el manejo de patas, introduce ejercicios de contacto suave mucho antes de la sesión de corte. Comienza acariciando con delicadeza la parte superior de las patas en momentos de calma. Luego, gradualmente masajea las almohadillas y entre los dedos con ritmo lento y relajado. Ofrece golosinas y cariño para asociar esto con sensaciones positivas. Con la práctica, el manejo suave disminuye la sensibilidad y favorece la calma durante el corte.
Los perros que han sufrido accidentes dolorosos, como cortar el rápido causando sangrado, pueden desarrollar miedo al corte. Esto suele ocurrir cuando el corte se hace apresuradamente ante la resistencia del perro, provocando dolor y una aversión duradera que dificulta futuras sesiones.
Si sospechas que tu perro tiene esta historia, procede con mucha calma y paso a paso. Empieza mostrando las tijeras o cortaúñas y recompensa la calma. Luego, toca suavemente las uñas sin cortar, seguido de acercar el cortador sin usarlo. Deja que tu perro tome su tiempo en cada etapa y refuerza el comportamiento positivo con golosinas y elogios. Nunca fuerces el corte y, de ser necesario, busca ayuda de peluqueros o veterinarios expertos en perros ansiosos.
Visitar al peluquero o al veterinario puede ser estresante para el perro debido a olores, ruidos y espacios poco familiares. El sonido tan característico del cortaúñas puede asustar a perros sensibles por ser súbito y llamativo.
Para minimizar este estrés, intenta llevar al perro solo a la recepción del veterinario o peluquería ocasionalmente para que lo saluden y le den golosinas, creando una asociación positiva con el lugar sin relacionarlo con el corte. En casa, permite que escuche el sonido del cortaúñas usado en objetos que no sean animales, como madera, mientras le das premios. Esto ayuda a desensibilizar al perro al ruido. Siempre acompaña el corte con palabras suaves y recompensas para crear recuerdos tranquilos y agradables.
La paciencia, el manejo delicado y mucho refuerzo positivo son fundamentales para que el perro acepte el corte de uñas. No fuerces el proceso, pues puede aumentar la ansiedad y complicar futuras tareas de higiene. En cambio, construye confianza con sesiones breves y sin estrés.
Si tienes dudas, consulta con peluqueros o veterinarios experimentados en perros nerviosos. Ellos garantizan un cuidado seguro y efectivo, promoviendo la tenencia responsable y priorizando el bienestar de tu perro.
Si estás pensando en incorporar un nuevo perro a la familia, recuerda la importancia de adquirirlo a través de criadores responsables o adoptar en centros de rescate. Así fomentarás mascotas sanas, bien socializadas y menos propensas a ansiedad durante el cuidado.