Muchos dueños de perros saben que soportar olores extraños es parte de la vida con un amigo canino. Los perros son curiosos, suelen olfatear, revolcarse y rastrear cosas variadas, lo que a veces genera malos olores en su pelaje. Sin embargo, si las orejas de tu perro huelen mal sin que se deba a algo reciente que haya olido o rodado, es señal de un problema que requiere atención veterinaria.
Los olores inusuales o fuertes provenientes de las orejas de un perro suelen indicar infecciones o trastornos del oído. Si no se tratan, pueden causar dolor, molestias e incluso pérdida auditiva. En este artículo exploraremos las causas más comunes del mal olor en las orejas de tu perro y te daremos consejos para identificar y abordar estos problemas con tu veterinario en España.
Los ácaros del oído son parásitos diminutos que pueden habitar en el canal auditivo de tu perro, muchas veces invisibles a simple vista. Provocan irritación, enrojecimiento y un residuo oscuro, aceitoso o quebradizo similar a posos de café mojados en las orejas. Este material suele tener un olor fuerte y desagradable.
Los perros con ácaros suelen rascarse mucho las orejas y mover la cabeza frecuentemente para aliviar la comezón. Si sospechas de ácaros, es fundamental que un veterinario revise a tu perro para confirmar el diagnóstico y recete tratamientos tópicos adecuados para eliminar los parásitos.
Las infecciones bacterianas son una causa común de mal olor en las orejas de perros. Pueden originarse por humedad atrapada en el canal auditivo, heridas o exceso de cerumen que favorecen el crecimiento bacteriano.
Los signos incluyen enrojecimiento, inflamación, dolor al tocar la oreja, secreción y olor desagradable. Estas infecciones requieren tratamiento veterinario con gotas auriculares o antibióticos prescritos para eliminar la infección y reducir la inflamación.
Los perros con orejas caídas o peludas tienen más predisposición a infecciones por levaduras y hongos. Organismos como Candida están normalmente presentes en la piel, pero un crecimiento excesivo causa un olor fétido, a veces húmedo o a queso.
Otros síntomas son picor, irritación, enrojecimiento y a veces una secreción blanca o amarilla. Es esencial la evaluación veterinaria para prescribir antifúngicos efectivos.
Los perros activos que disfrutan explorar exteriores pueden acumular tierra, polvo y restos en sus orejas. Sumado a la humedad atrapada por baño o natación, esto crea un ambiente ideal para infecciones con olores desagradables.
La limpieza regular con productos recomendados por tu veterinario tras actividades al aire libre ayuda a evitar la acumulación y mantiene las orejas secas. Es importante evitar limpiezas agresivas o excesivas que dañen el delicado canal auditivo.
Golpes o traumatismos en la oreja, por juegos bruscos o accidentes, pueden dañar tejidos internos. Durante la reparación, puede formarse pus o secreción con mal olor.
Si observas hinchazón, sensibilidad, secreción o olor persistente, consulta con el veterinario para evitar complicaciones.
El cerumen protege atrapando suciedad y lubricando el oído, pero algunos perros producen demasiado, lo que puede provocar bloqueo, molestias y proliferación de bacterias o levaduras causantes del mal olor.
Revisiones periódicas y limpiezas profesionales ayudan a controlar el cerumen y prevenir infecciones secundarias.
Algunos desequilibrios hormonales o dolencias crónicas como hipotiroidismo o alergias afectan la salud del oído, aumentando la producción de cerumen, provocando infecciones recurrentes y malos olores.
Controlar estas condiciones con el veterinario reduce síntomas y mejora el bienestar general de tu perro.
Algunos perros sufren enfermedades inmunomediadas en las que su sistema ataca tejidos del oído, causando inflamación crónica, secreción y mal olor difícil de tratar sin seguimiento veterinario especializado.
Si el olor persiste pese al tratamiento, tu veterinario podrá recomendar pruebas y terapias específicas para mejorar la calidad de vida de tu mascota.
Si las orejas de tu perro huelen mal sin relación con factores ambientales o actividades recientes, consulta con tu veterinario. Un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno evitan complicaciones y alivian molestias.
Revisar las orejas regularmente, mantenerlas limpias con productos adecuados y cuidar la salud general minimiza problemas y mantiene a tu perro contento.
Comprender estas causas y actuar rápido garantiza orejas sanas y libres de malos olores en tu amigo de cuatro patas.
Para quienes busquen un cachorro, recuerden que los criadores responsables informan sobre los cuidados y posibles problemas específicos de cada raza, incluyendo la salud auditiva, para ofrecer a su nuevo compañero un buen comienzo en la vida.