Muchos dueños de perros se preguntan, "¿Por qué huele mi perro?" Existen varias causas comunes de olores que pueden ser normales o indicios de problemas de salud. Comprender estas causas te ayudará a cuidar la higiene y el bienestar de tu perro eficazmente.
Las infecciones en los oídos son una fuente frecuente de malos olores en perros. Los conductos auditivos cálidos y húmedos crean un ambiente ideal para que prosperen bacterias y hongos. Razas con orejas caídas largas como los Cocker Spaniel o conductos auditivos peludos son especialmente vulnerables. Las infecciones pueden deberse a objetos extraños, acumulación de cera o reacciones alérgicas a proteínas alimentarias o factores ambientales.
La prevención incluye limpieza regular con productos suaves recomendados por el veterinario y la cuidadosa retirada de pelo en los oídos por un peluquero o veterinario. Evitar alérgenos comunes como trigo, lácteos, carne de vacuno y soja en la dieta puede reducir el riesgo. Si las infecciones son recurrentes, una consulta veterinaria es esencial para tratamiento específico y posible alivio del dolor.
El mal aliento y el pelaje con mal olor pueden derivar de problemas dentales como la acumulación de placa y sarro. Las bacterias orales se multiplican en exceso, causando aliento desagradable que puede transferirse al pelaje mientras el perro se lame. El cuidado dental regular, que incluye revisiones veterinarias, cepillado dental y masticables específicos, ayuda a mantener el aliento fresco y la salud oral.
En hogares con varios perros, las bacterias pueden transferirse durante el acicalamiento, por lo que es importante atender la higiene dental de todos los perros.
Un olor a humedad suele estar relacionado con infecciones por levaduras. Estas aparecen como secundarias a otras enfermedades como alergias o desequilibrios inmunitarios. Es importante un diagnóstico veterinario para aplicar tratamientos antifúngicos y abordar las causas subyacentes.
Contrario a creencias populares, las levaduras dietéticas rara vez causan el sobrecrecimiento; más frecuentemente, azúcares y grasas alimentarias lo alimentan. Factores desencadenantes comunes incluyen alimentos contaminados con granos, uso de antibióticos, exposición a químicos, y vacunaciones excesivas. Suplementos como probióticos y ácidos grasos pueden ayudar a reforzar la respuesta inmunitaria en perros afectados.
Las flatulencias, causa evidente de malos olores, resultan de tragar aire al comer rápido, exceso de comida o intolerancias alimentarias. Algunos alimentos, como verduras crudas o ingredientes que ciertos perros no toleran bien son más difíciles de digerir. Observa todos los alimentos y snacks para detectar posibles causantes. Usar comederos anti-voracidad puede ayudar a disminuir la velocidad de la ingesta y reducir la cantidad de aire tragado.
Uno de los olores más desagradables en perros proviene de problemas en las glándulas anales. La impactación o infección produce un olor muy fuerte y característico a pescado. Las causas van desde heces mal formadas que no vacían las glándulas naturalmente, infecciones o alteraciones anatómicas. Muchos perros se benefician de suplementos de fibra o ajustes dietéticos, pero es importante una revisión veterinaria para identificar y tratar adecuadamente.
Los perros que comen heces suelen tener aliento muy desagradable y pueden portar bacterias con riesgo para la salud. Este comportamiento es generalmente psicológico, pero puede reflejar problemas médicos como mala absorción o desequilibrios hormonales, por lo que una visita al veterinario es imprescindible si aparece de forma repentina. Las estrategias para el manejo incluyen aumentar la frecuencia de las comidas, usar dietas bajas en calorías para ampliar las porciones, fomentar ejercicio y estimulación mental, adiestramiento para desalentar este hábito y mantener una higiene impecable eliminando las heces rápidamente.
Los masticables de cuero crudo y las orejas de cerdo pueden dejar un olor fuerte y persistente en el pelaje y aliento del perro. También pueden causar molestias digestivas en perros sensibles. Sustituirlos por masticables más limpios como huesos de nylon puede ayudar a reducir esta fuente de olor.
A veces los perros encuentran lugares al aire libre con olores fuertes, como áreas marcadas por zorros o se revuelcan en otros animales, lo que provoca olores temporales desagradables. El baño regular y la revisión de oídos, piel, boca, dientes y heces son clave para detectar y tratar las causas de olores persistentes.
Si no sabes si el olor de tu perro es normal o una señal de problemas de salud, siempre consulta a tu veterinario para un diagnóstico y cuidado adecuados que te brinden tranquilidad.