Pasear a un perro con correa es una habilidad esencial para la tenencia responsable, pero muchos propietarios notan que el comportamiento de su perro cambia notablemente cuando está con correa en comparación con cuando está suelto. Este cambio puede ir desde una excitación difícil de controlar hasta una agresión causada por miedo. Comprender las razones detrás de estos cambios es fundamental para ayudar a tu perro a disfrutar de sus paseos de forma segura y tranquila.
En esta guía, exploraremos las causas principales de los cambios de comportamiento de los perros mientras están con correa y ofreceremos consejos prácticos para abordar estos desafíos, promoviendo interacciones positivas tanto para ti como para tu perro.
Los perros pueden volverse reactivos con la correa debido a lo que se conoce como reactividad a la correa. Esto puede incluir comportamientos como lanzarse, ladrar, gruñir o incluso agarrar y sacudir la correa. Varios factores contribuyen a esto:
Muchos perros sociables cuando están sueltos pueden mostrar agresividad cuando están atados. Esto suele suceder porque se sienten atrapados y no pueden retirarse, lo que desencadena la respuesta de lucha en lugar de huida. Este estrés elevado puede estar relacionado con experiencias negativas previas o falta de socialización y entrenamiento con correa adecuado.
Si tu perro obediente te ignora cuando está con correa, puede deberse a excitación y un impulso excesivo por explorar. Los perros que no reciben suficiente ejercicio diario son más propensos a estar demasiado excitados, dificultando los paseos para el propietario.
Tirar es un problema frecuente causado por falta de corrección temprana o por el entusiasmo del perro por llegar a algún sitio. Sin un entrenamiento constante que enseñe que tirar no es aceptable, los perros pueden aprender a tirar más para salirse con la suya, complicando los paseos para ambos.
Asegúrate de que tu perro recibe suficiente ejercicio físico y mental a diario. Un perro bien ejercitado es más tranquilo y responde mejor en los paseos.
Enseña a tu perro a quedarse quieto o sentado cuando se le pone la correa y desalienta los tirones desde el principio. Recompensa siempre el comportamiento tranquilo.
Para perros que muestran agresión con la correa, busca ayuda profesional para trabajar en una desensibilización gradual. Las interacciones controladas y positivas con otros perros pueden ayudar a reducir el miedo y el estrés.
Mantente calmado y seguro. Evita tensar la correa y utiliza técnicas de refuerzo positivo para ayudar a tu perro a sentirse seguro.
Herramientas como arneses o bozales de tipo cabezal pueden ayudar a manejar el tirón, pero deben usarse bajo supervisión para asegurar que no causen molestias ni aumenten la ansiedad.
Si el comportamiento de tu perro con la correa incluye agresividad grave o te resulta difícil avanzar con el entrenamiento, consulta con un educador canino o etólogo cualificado. La guía profesional garantiza estrategias personalizadas que mantienen a tu perro y a los demás seguros.
Los cambios en el comportamiento del perro con la correa son complejos y suelen estar influenciados por miedo, frustración, excitación y las señales del cuidador. Reconocer estas causas y abordarlas con paciencia, entrenamiento constante y, en ocasiones, ayuda profesional, puede transformar paseos estresantes en experiencias placenteras.
Como propietario responsable, invertir tiempo en comprender y mejorar el comportamiento de tu perro con la correa beneficia su bienestar mental y fortalece vuestro vínculo, abriendo camino a paseos seguros y felices juntos.