La mayoría de nosotros damos por sentado que nuestros perros pueden subir y bajar escaleras sin problema, especialmente si tenemos escaleras en casa. Aunque las primeras veces que los cachorros aprenden a subirlas pueden ser divertidas de observar, normalmente los perros lo hacen sin pensarlo y sin dificultad.
Sin embargo, para algunos perros las escaleras representan un problema o incluso son imposibles de manejar. Ciertas razas presentan dificultades debido a su tamaño o conformación física, y para algunos perros es mejor evitar las escaleras para proteger su salud. Este artículo examina las razones por las que algunos perros no deberían usar escaleras y ofrece consejos para un cuidado responsable.
Los perros muy pequeños pueden encontrar subir escaleras una tarea tan difícil como escalar una montaña. La altura y la inclinación de los peldaños influyen en la dificultad. Razas como los Chihuahuas y los diminutos Yorkshire Terrier suelen tener problemas para manejar escaleras debido a su fragilidad, lo que puede ser arriesgado para su seguridad.
Los perros con lomo largo y patas cortas son especialmente propensos a sufrir problemas de columna que pueden agravarse con las escaleras. Razas españolas y comunes como el Teckel, el Welsh Corgi Pembroke y el Basset Hound deberían evitar las escaleras. Estas razas tienen mayor riesgo de enfermedad del disco intervertebral, por lo que las escaleras pueden causar o empeorar lesiones en la columna.
Para los perros que sufren problemas genéticos o de salud como displasia de cadera, displasia de codo o luxación de rótula, las escaleras pueden ser dolorosas o dañinas. Subir suele ser más fácil que bajar, pero ambos movimientos pueden agravar el dolor y el daño articular. Los dueños deben vigilar cuidadosamente a sus perros y limitar el uso de escaleras, especialmente antes de que cumplan dos años.
Con la edad, disminuye la fuerza muscular y la flexibilidad de los perros, y puede aparecer artritis. Estos cambios hacen que las escaleras resulten dolorosas o complicadas. Observa con atención el comportamiento de tu perro sénior en las escaleras y reduce su uso si muestra signos de rigidez o dolor. Esto mejora su calidad de vida y evita lesiones.
Los perros que se recuperan de lesiones o cirugías en patas o columna no deben usar las escaleras. Limitar su acceso en estos momentos es fundamental para proteger su proceso de recuperación. A veces será necesario subir o bajar al perro cargándolo para asegurar su bienestar.
Impedir que un perro que ya sabe usar las escaleras puede ser complicado. Los perros muy pequeños o con problemas físicos suelen evitarlas por sí mismos. Para otros, medidas prácticas como cerrar las puertas que dan acceso a las escaleras o instalar barreras para bebés resistentes son recomendables para bloquear su acceso. Este enfoque preventivo ayuda a mantener a tu perro seguro y cómodo.
Tener una tenencia responsable implica reconocer las limitaciones de tu perro y adaptar el ambiente de tu hogar para cubrir sus necesidades. Así, mantendrás a tu mascota segura y cómoda durante toda su vida.