Si tienes más de un perro o si tu perro interactúa regularmente con otros perros, especialmente en parques o lugares comunes para pasear en España, puede que hayas notado cómo un perro parece acechar a otro. Este comportamiento puede ser desconcertante y preocupante para muchos propietarios.
El comportamiento de acecho en perros puede tener diversas motivaciones, desde impulsos instintivos de caza hasta invitaciones de juego. Entender qué hay detrás del acecho de tu perro te ayudará a gestionar esta conducta adecuadamente y a mantener interacciones seguras entre perros.
Muchos perros, especialmente aquellos criados para la caza o persecución, muestran de forma natural rasgos depredadores. El acecho es una manifestación clásica de este instinto. Por ejemplo, razas como el Fox Terrier suelen presentar un fuerte impulso de presa, caracterizado por movimientos lentos, deliberados y sigilosos mientras se concentran en un objetivo.
Sin embargo, es poco común que un perro identifique a otros perros como presa real. Si un perro ve a otros de este modo, puede generar situaciones problemáticas. Aunque no haya contacto físico, el ser acechado puede ser estresante y amenazante para el perro receptor.
Los perros que presentan este comportamiento suelen buscar perros de menor tamaño en lugar de aquellos de tamaño similar o mayor. Las razones comunes incluyen:
Esta dinámica puede hacer que perros grandes o con instinto depredador vean a los perros pequeños como oportunidades para practicar o estimular su habilidad de caza, aumentando el estrés para el perro pequeño involucrado.
No siempre debemos asumir que el acecho es depredador. En ocasiones, los perros usan este comportamiento como parte de su juego. Cuando un perro sigue de cerca, persiste en perseguir o se mantiene a la sombra de otro, puede ser una invitación a jugar.
El juego de acecho suele acompañarse de lenguaje corporal relajado, bocas abiertas sin mostrar los dientes y una disposición para intercambiar roles y perseguirse de forma espontánea. Normalmente, ambos perros disfrutan y respetan los límites, parando si uno indica querer finalizar la interacción.
El acecho puede ser problemático si va más allá del juego. Las señales a vigilar son:
Si el acecho se torna agresivo, el perro puede intentar saltar, agarrar por el cuello o morder, lo cual es peligroso para todos. La supervisión y la intervención temprana son clave para evitar daños.
Para garantizar la seguridad y promover interacciones positivas entre perros, considera estas estrategias:
Comprender las motivaciones de tu perro te ayudará a fomentar encuentros caninos seguros y agradables.
Respuesta rápida: Es cuando un perro sigue a otro de forma lenta, silenciosa y deliberada, con foco en él. Puede ser depredador, lúdico o por ansiedad.
Los perros usan el acecho como instinto natural vinculado a la caza, el juego o a veces el miedo. Aunque puede ser un juego inocuo, el acecho puede tornarse agresivo si el perro se fija demasiado o actúa con agresividad. Reconocer el lenguaje corporal y el contexto es clave para manejarlo con seguridad.
Respuesta rápida: Supervisa a tu perro, usa comandos fiables para interrumpir el acecho y mantenlo con correa si es necesario. Busca ayuda profesional si persiste o empeora.
Cuando tu perro acecha, evalúa si es juego o algo serio. Redirige con órdenes, distrae con juguetes o premios, y evita situaciones que fomenten el acecho, como encuentros sin correa y sin supervisión con perros pequeños. El entrenamiento profesional también puede ser muy útil para modificar este comportamiento.