Mudarse de casa puede ser un momento estresante para todos, incluido tu querido perro. Con nuevos alrededores, olores desconocidos y un cambio en la rutina, muchos perros pueden sentirse inquietos. Pero planificando con cuidado y teniendo en cuenta las necesidades de tu perro, puedes facilitar la transición y ayudar a que se adapte rápida y felizmente.
Los perros prosperan con la rutina y dependen de los patrones familiares de paseos, alimentación y juego. A pesar del caos que supone la mudanza, mantener el horario habitual de tu perro lo más parecido posible le dará una sensación de seguridad y reducirá la ansiedad. aliméntalo a las mismas horas y procura mantener los paseos consistentes para ofrecerle una normalidad reconfortante.
Antes del día de la mudanza, planea preparar un rincón o habitación tranquila para tu perro en la nueva casa con su cama, sus juguetes favoritos y mantas. Llevar objetos familiares que huelan a su antiguo hogar tranquilizará a tu perro y ayudará a reducir el estrés mientras explora el nuevo entorno a su propio ritmo.
En el día de la mudanza, intenta mantener la calma porque los perros perciben el estado de ánimo de su dueño. Si es posible, organiza que tu perro se quede con un amigo o familiar para evitar la parte más ajetreada de la mudanza. Si no hay opción de cuidador, planea un paseo largo o un tiempo de juego tranquilo para que queme energía nerviosa antes del viaje.
Tanto si viajas en coche como en transporte público, asegúrate de que tu perro esté seguro y cómodo. Usa un transportín con buena ventilación o un arnés de seguridad diseñado específicamente para perros. Lleva agua para mantenerlo hidratado y realiza paradas frecuentes en trayectos largos para que pueda estirarse y aliviarse.
Al llegar, permite que tu perro explore el nuevo hogar lentamente, supervisándolo de cerca. Guíalo hacia su espacio familiar y anímalo con premios y una tranquilidad calmada. Dale tiempo para acostumbrarse a los nuevos sonidos y olores antes de esperar que se adapte por completo.
La mudanza puede hacer que los perros muestren estrés con comportamientos como marcar territorio, morder muebles o mostrar apatía. Proporciónale muchos juguetes estimulantes, golosinas para morder y ejercicio regular para distraerlo y darle seguridad. Mantener una rutina constante es ideal, y si la ansiedad persiste, consulta a tu veterinario sobre opciones calmantes como collares de feromonas o gotas para la ansiedad.
Recuerda que tu perro está adaptándose a un cambio importante. Algunos perros tardan más en asentarse que otros y pueden mostrarse tranquilos o retraídos al principio. Sigue ofreciendo cariño, mantén la rutina y crea experiencias positivas. Si tu perro sigue ansioso después de una o dos semanas, acude a tu veterinario o a un especialista en comportamiento para apoyo adicional.
Siguiendo estos pasos clave y siempre priorizando el bienestar y comodidad de tu perro, podrás hacer que la mudanza sea una experiencia más suave para toda la familia. Con tiempo, paciencia y cuidado, tu perro se sentirá en casa en muy poco tiempo.