La mayoría de los perros tienen algún lunar o mancha pigmentada, normalmente ocultos bajo su pelaje. Aunque la mayoría de los lunares en perros son benignos, al igual que en humanos, algunos pueden volverse malignos. Conocer bien la piel de tu perro mediante revisiones y cuidados habituales facilita la detección precoz de cambios, mejorando los resultados del tratamiento.
En esta guía aprenderás qué es el melanoma, por qué algunos lunares se vuelven malignos, cómo identificar señales de alerta, qué razas están más predispuestas y cuáles son los mejores tratamientos.
El melanoma es un tipo de cáncer que se origina en los melanocitos, las células productoras de pigmento en piel y pelo. En perros, los melanomas pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Aproximadamente el 90% de los melanomas cutáneos en perros son benignos, conocidos como melanocitomas, pero los melanomas malignos, especialmente los orales y digitales, pueden ser agresivos y poner en riesgo la vida.
Los tipos de melanoma incluyen:
La detección temprana es fundamental, ya que los melanomas malignos pueden metastatizar a órganos internos como pulmones e hígado.
La causa exacta no está clara, pero existen factores que aumentan el riesgo de melanoma:
Otros posibles factores incluyen cambios hormonales, salud del sistema inmunitario y toxinas ambientales, aunque la investigación continúa.
Conocer el estado normal de la piel de tu perro es clave. Revisa y peina regularmente para observar lunares o alteraciones cutáneas. Presta atención a estas señales que podrían indicar malignidad:
Respecto a cualquier cambio, visita cuanto antes al veterinario para su evaluación. No siempre indica cáncer, pero requiere examen profesional.
Ante sospecha, el veterinario realizará una exploración exhaustiva y probablemente una biopsia para precisar el diagnóstico. Los melanomas detectados en fases iniciales suelen poder eliminarse quirúrgicamente con éxito.
Los melanomas avanzados o con metástasis pueden requerir tratamientos más complejos como quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia. La elección del tratamiento depende del tipo, tamaño, localización y extensión del melanoma.
Las revisiones veterinarias regulares y la detección temprana mejoran el pronóstico. Además, es recomendable evitar rasurados innecesarios que expongan la piel, proteger a perros de piel clara o sin pelo de la luz solar intensa y mantener un seguimiento constante de lunares.
La mayoría de lunares en perros son inofensivos, pero la vigilancia es crucial para detectar el melanoma maligno a tiempo. Perros mayores y ciertas razas presentan mayor riesgo. Revisiones periódicas y acudir rápidamente al veterinario ante cambios son pasos esenciales para un cuidado responsable.
Informarse sobre el melanoma permite proteger la salud de tu perro con eficacia y empatía.