La mayoría recordamos haber aprendido a nadar, ya sea en familia o en la escuela; un proceso que puede ser largo y con momentos inquietantes, que algunos superan mejor que otros.
Los bebés humanos, hasta unos seis meses, muestran un reflejo natural en el agua que les ayuda a mantenerse a flote. Sin embargo, esta habilidad desaparece tras unos meses, por lo que la mayoría deben aprender a nadar.
¿Y los perros? ¿Saben nadar por instinto, o es necesario enseñar a los cachorros? Esta guía explica si los perros tienen habilidad innata para nadar y cómo introducirlos al agua de forma segura en España.
Muchos perros muestran movimientos naturales de pataleo, pero tanto cachorros como adultos suelen beneficiarse de una enseñanza y una introducción suave al agua para garantizar seguridad y confianza.
A diferencia de los bebés humanos, los perros no pierden este reflejo a medida que crecen, pero su comodidad y habilidad mejoran con la exposición y práctica.
Un perro adulto sin experiencia previa puede nadar instintivamente si lo colocamos en el agua, pero la enseñanza inicial asegura que aprenda a entrar, nadar con confianza y salir con seguridad.
Todos los perros pueden hacer movimientos para nadar, pero no todos son eficientes por su forma corporal, tamaño y características de la raza.
Por ejemplo, razas con patas cortas como cachorros de Welsh Corgi Cardigan y cachorros de Teckel pueden tener dificultades para impulsarse eficazmente. Las razas braquicéfalas con cara achatada, como cachorros de Bulldog Francés y cachorros de Carlino Pug, suelen tener problemas respiratorios adicionales al nadar. Sus hocicos cortos les obligan a inclinar incómodamente la cabeza para mantener las fosas nasales fuera del agua, lo que puede causar que se hundan.
Otros factores como un cuerpo pesado o una cabeza grande, como en los bulldogs, también dificultan la natación.
Incluso si tu perro pertenece a una raza que disfruta del agua, su primera experiencia debe manejarse cuidadosamente para evitar miedo y garantizar seguridad.
Empieza enseñando obediencia básica y comandos para evitar que tu perro salte al agua sin supervisión, lo cual puede ser peligroso.
Elige un lugar tranquilo, libre de peligros como contaminación, presencia de algas, restos submarinos o fauna agresiva como cisnes.
La temperatura del agua es clave en el clima español; incluso en verano, el agua de lagos o embalses puede estar fría. Busca sitios donde el agua esté templada para la comodidad del perro.
Asegura que tu perro pueda entrar y salir fácilmente, y siempre utiliza un arnés adecuado o un chaleco salvavidas canino para ayudar si es necesario.
Se recomienda esperar hasta que los cachorros tengan al menos 6-8 meses antes de introducir la natación, ya que los más jóvenes carecen de resistencia y fuerza. Mantén las primeras sesiones cortas para evitar fatiga.
La mayoría de los perros poseen una habilidad innata para patalear, conocida como "pataleo canino". Sin embargo, depende del carácter y condición física, ya que algunos pueden mostrarse temerosos o dudosos cerca del agua.
Los mejores nadadores suelen tener patas largas, cuerpos esbeltos y antecedentes de razas vinculadas a la recuperación en agua, como los retrievers y spaniels. En cambio, razas con patas cortas, pechos pesados o hocicos planos pueden ser menos eficaces o más vulnerables en el agua.
Nadar es un ejercicio fantástico de bajo impacto para perros, especialmente en meses cálidos, pero hay que dar prioridad a la seguridad, diferencias de raza y estado físico.
Revisa regularmente signos de cansancio, ya que el ahogamiento puede suceder rápido si un perro se sobreesfuerza. Usa agua limpia para enjuagar después de nadar y evitar problemas en piel y pelaje.
Nunca dejes a tu perro solo cerca de cuerpos de agua y lleva siempre lo esencial: agua fresca, toalla y botiquín de primeros auxilios.
Siguiendo estas pautas sensatas, lograrás que la natación sea una experiencia segura y positiva para tu perro, manteniéndolo sano y feliz mientras evitas riesgos relacionados con el agua.