Puede ser difícil para nosotros los humanos entender que otros animales tienen una visión del mundo bastante diferente, ya que sus ojos están construidos de manera distinta y su visión ha evolucionado para adaptarse mejor a sus estilos de vida y desafíos.
La mayoría de los dueños de mascotas saben que los perros perciben el mundo en tonos de azul y amarillo, pero ¿qué pasa con los gatos? ¿Alguna vez te has preguntado qué colores puede realmente ver tu amigo felino?
La visión de tu gato es única, diferente tanto de la humana como de la canina. La estructura de sus ojos, su campo visual, su visión nocturna y su capacidad para percibir colores son características especializadas que la evolución ha diseñado.
En este artículo respondemos a la pregunta "¿los gatos ven en color?" y exploramos en detalle la visión felina para ayudarte a comprender mejor el mundo de tu mascota.
Entender qué colores pueden ver los gatos comienza con cómo funciona la visión del color en general. Nuestros ojos contienen dos tipos de células nerviosas llamadas bastones y conos. Las células conos son responsables de detectar variaciones de color y tonalidad. Los humanos tenemos tres tipos de conos sensibles al rojo, verde y azul, lo que nos permite experimentar un espectro rico en colores.
Los gatos también tienen conos, pero en mucho menor cantidad—aproximadamente diez veces menos. Las investigaciones sugieren que los gatos perciben principalmente colores en los rangos de azul y verde-amarillo, pero tienen una capacidad limitada para ver el rojo y el rosa, que pueden aparecerles como tonos verdosos o violáceos.
Es importante destacar que los gatos no son completamente daltónicos. Pueden distinguir algunos colores, aunque los colores que ven son menos vibrantes y variados que los que percibimos los humanos.
La visión del color en los gatos es funcional pero limitada. Ven un rango más estrecho de colores y con menos detalle; su mundo tiende a ser más apagado. A diferencia de los humanos, los gatos son más miope, lo que significa que su enfoque más nítido está más cerca, generalmente dentro de unos 6 metros.
Aunque su visión a distancia es más borrosa, los gatos son excelentes detectando movimiento a corta distancia, una ventaja evolutiva para la caza.
Sus ojos están posicionados más ampliamente que los nuestros, lo que les ofrece un campo visual periférico más amplio para detectar posibles depredadores o presas. Sin embargo, esta posición puede reducir su capacidad para juzgar la profundidad en comparación con los humanos.
La forma de la pupila de los gatos es singular: es vertical y con forma de rendija en lugar de redonda, lo que les permite expandirse dramáticamente para dejar entrar más luz en la oscuridad. Esto hace que los gatos sean excelentes para ver con poca luz, especialmente durante el amanecer y el anochecer, cuando están naturalmente más activos y son cazadores más exitosos.
Los gatos tienen una mayor proporción de células bastón, que detectan el movimiento y la intensidad de la luz, mejorando aún más su capacidad para ver de noche. Este equilibrio entre visión del color y visión nocturna se adapta a su estilo de vida crepuscular.
El diseño evolutivo de los ojos de un gato les proporciona habilidades precisas para sobrevivir. Su capacidad para detectar movimientos leves en condiciones de poca luz los convierte en cazadores y observadores particularmente perceptivos, aunque su percepción del color no sea tan vívida como la humana.
Reconocer que tu gato ve el mundo de manera diferente puede fortalecer vuestro vínculo: se basan más en la detección de movimientos y la sensibilidad a la luz que en los detalles de color.
Respuesta rápida: Los gatos tienen dificultad para ver los rojos; estos suelen aparecer atenuados o como tonos diferentes como el verde o el púrpura para ellos. Su visión está más afinada para los tonos azules y verdes.
Debido a que los gatos tienen menos conos sensibles al rojo, los objetos rojos no aparecerán brillantes ni distinguibles. En cambio, un objeto rojo podría confundirse con otros colores según la luz. Esto es completamente normal y refleja sus necesidades evolutivas, no una discapacidad visual.
Entender el mundo sensorial de tu mascota ayuda a brindarle el mejor cuidado. Si notas cambios en la visión o comportamiento de tu gato, consultar a un veterinario es fundamental. Siempre garantiza un enriquecimiento ambiental seguro que respete sus habilidades visuales, como juguetes que se mueven y no se basan únicamente en colores brillantes.
Si estás pensando en tener un nuevo compañero felino, busca criadores responsables o refugios locales que se centren en la salud y el bienestar más que en la apariencia.
Estar informado sobre cómo los gatos ven y perciben su entorno es parte esencial de una tenencia responsable y amorosa.