La necesidad de limpiar regularmente los ojos de tu perro depende en gran medida de la raza. Para los dueños de perros con hocicos largos, generalmente no es necesario a menos que el perro esté enfermo o tenga una infección ocular. Sin embargo, los dueños de perros con hocicos muy cortos y rostros braquicéfalos, como los cachorros de Carlino (Pug), Bulldogs franceses, Bulldogs ingleses o perros Pekines, pueden encontrar esencial la limpieza diaria de ojos.
Estas razas tienen ojos prominentes que están más expuestos y menos protegidos dentro de la estructura ósea del cráneo, lo que los hace más sensibles a daños externos, infecciones y problemas hereditarios de salud.
Sigue leyendo para aprender cómo limpiar y revisar los ojos de tu perro de manera segura y eficaz.
Muchas razas de perros no requieren cuidados específicos para sus ojos. Sin embargo, algunos perros se benefician del cuidado rutinario por diferentes razones, entre ellas:
Si tu perro necesita limpieza ocular diaria, puedes establecer una rutina sencilla que no tome mucho tiempo y ayude a mantener sus ojos cómodos y saludables.
Usa solamente paños suaves y limpios reservados exclusivamente para tu perro, lavándolos con regularidad para evitar la propagación de bacterias o infecciones. Evita el algodón o los bastoncillos de algodón, ya que pueden dejar fibras e irritar los ojos.
Primero, elimina cualquier resto visible alrededor del ojo. Luego, limpia suavemente alrededor del ojo abierto con un paño humedecido con agua tibia; evita presionar o rascar el ojo y no lo mojes demasiado.
Perros como Bulldogs y Carlino, con pliegues faciales, necesitan que esos pliegues se limpien cuidadosamente para prevenir infecciones bacterianas y fúngicas. Siempre seca bien estos pliegues después para evitar irritaciones o rozaduras.
Si tu veterinario ha prescrito o recomendado gotas oculares hidratantes, aplícalas solo después de limpiar y secar los ojos.
Durante el proceso, observa señales de irritación, enrojecimiento, rascado o cualquier secreción inusual, y consulta a tu veterinario si notas cambios.
Una vez al mes, incorpora una limpieza ocular más completa dentro de la rutina de aseo de tu perro. Puedes usar enjuagues o limpiadores oculares seguros para mascotas, recomendados por tu veterinario, que ayudan a eliminar restos y calmar los ojos.
Introduce el uso del enjuague ocular gradualmente para que tu perro lo asocie con una experiencia tranquila y cómoda. Después del enjuague, seca cuidadosamente el rostro de tu perro y elimina el exceso de humedad de las comisuras oculares.
Las manchas provocadas por las lágrimas también pueden limpiarse suavemente durante esta rutina mensual. Aunque antiestéticas, estas manchas no suelen representar un problema de salud salvo que se acompañen de inflamación o infección, por lo que no te preocupes en exceso solo por las manchas.
Este momento mensual también es excelente para hacer una revisión ocular exhaustiva, observando signos tempranos de cataratas, nubosidad u otros problemas en desarrollo.
El veterinario juega un rol crucial en la salud ocular de tu perro. Consúltale sobre los productos seguros para usar alrededor de los ojos de tu perro y sobre si necesita cuidados oculares rutinarios.
En las revisiones anuales, el veterinario realizará un examen ocular completo y puede proporcionar o recomendar productos adecuados como cremas o lociones oculares. En algunos casos, ciertas gotas oculares humanas son compatibles con perros, pero siempre deben usarse bajo supervisión veterinaria.
No dudes en contactar a tu veterinario durante el año si observas síntomas preocupantes como enrojecimiento persistente, secreciones, entrecerrar los ojos o rascarse las zonas oculares.
Algunos problemas oculares, como el entropión, pueden corregirse quirúrgicamente, por lo que un asesoramiento veterinario temprano es valioso para mantener la calidad de vida de tu perro.
Acércate a tu perro con calma y háblale suavemente para evitar asustarlo. Puedes elegir realizar la limpieza ocular durante el baño o tras un periodo de calma para que sea parte de una rutina tranquilizadora.
Quita suavemente los restos sueltos alrededor de los ojos con la parte seca del paño. Luego humedece el paño con agua tibia y limpia delicadamente alrededor de los ojos, evitando presionar o frotar directamente el globo ocular.
Si hay restos o irritación dentro del ojo que requieren enjuague, usa solo el enjuague recomendado por tu veterinario. Aplica unas gotas en la esquina del ojo y utiliza un chorro suave para eliminar los restos del área entre el ojo y el párpado inferior o la parte blanca del ojo. Evita rociar directamente sobre el globo ocular, que es muy sensible.
Sé cuidadoso al secar alrededor de los ojos y pliegues faciales. Aplica las gotas o ungüentos lubricantes prescritos solo después de terminar la limpieza y que los ojos estén secos.
Observa si aparecen enrojecimiento, hinchazón, secreciones, entrecerrar los ojos o rascarse después de la limpieza. Si estos signos persisten, consulta pronto a tu veterinario.
Presta atención a los siguientes signos:
Si observas alguno de estos signos, busca consejo veterinario lo antes posible para evitar que la condición empeore.
Un cuidado ocular regular y delicado puede mejorar significativamente el confort y la calidad de vida de tu perro, sobre todo para razas braquicéfalas propensas a la sensibilidad ocular. Establecer una rutina calmada ayuda a que tu perro tolere mejor el cuidado y facilita la detección temprana de problemas de salud.
Usa siempre productos recomendados por tu veterinario y evita la automedicación con productos humanos a menos que un profesional lo indique.
El cuidado efectivo de los ojos es una parte esencial de la tenencia responsable de mascotas, garantizando que tu querido compañero esté sano y feliz.