Aunque la popularidad de las carreras de galgos ha disminuido en España en las últimas décadas, sigue siendo un sector económico importante. El deporte se realiza en varias pistas autorizadas, pero detrás del espectáculo existe una realidad preocupante para los perros involucrados.
En España, la regulación recae en la Real Sociedad Canina de España y otras entidades, que establecen normas de bienestar para criadores, entrenadores y pistas de carreras. Sin embargo, muchos defensores de los derechos de los animales opinan que estas figuras no cuentan con suficientes poderes ni recursos para proteger adecuadamente a los galgos, lo que provoca problemas persistentes de bienestar.
En esta industria, los galgos son vistos como productos económicos, con poca tolerancia para aquellos que no rinden. Esto genera miles de galgos excedentes o retirados cada año, muchos de los cuales tienen dificultades para encontrar un hogar tras terminar sus carreras. La edad promedio de jubilación para galgos exitosos es entre cuatro y seis años, pero perros considerados poco aptos pueden ser retirados o descartados desde un año de edad. Estos animales inteligentes y cariñosos requieren cuidados y hogares amorosos durante muchos años.
Aproximadamente solo el 30 % de los galgos en carreras en España son criados localmente, siendo la mayoría importados desde países como Portugal o algunos países de Europa del Este. El galgo español es una raza muy apreciada y tradicional en España, con una población reconocida por la Real Sociedad Canina de España. Sin embargo, la importación masiva contribuye a un entorno de cría y competición poco regulado.
La industria reporta un excedente anual de cerca de 10.000 perros, incluidos galgos retirados, lesionados o poco aptos para competir. Lamentablemente, más de 3.000 de estos perros quedan "sin control", sin información conocida sobre su paradero o destino. Muchos ni siquiera corren y desaparecen sin dejar rastro, lo que plantea serios problemas de bienestar.
Aunque unos 3.000 galgos son adoptados cada año en España a través de refugios y asociaciones especializadas, la gran mayoría dependen de acuerdos privados para su cuidado. La falta de experiencia de muchos perros con la vida doméstica complica su adaptación, ralentizando los procesos de adopción.
Los galgos de carreras están propensos a lesiones graves, con aproximadamente 3.000 incidentes en las pistas al año en España. Aunque los veterinarios suelen atender estas lesiones, consideraciones económicas a veces llevan a sus entrenadores a aplicar la eutanasia a perros con daños menores en lugar de buscar tratamiento.
Organizaciones de protección animal estiman que hasta 8.000 cachorros de galgo son sacrificados anualmente por no considerarse aptos para competir. Esta práctica plantea graves cuestiones éticas sobre los estándares de cría en la industria española.
En España, han surgido casos documentados de maltrato en la industria de las carreras de galgos, incluyendo denuncias por sacrificios ilegales y condiciones inhumanas. Aunque ningún caso ha alcanzado una dimensión tan extrema como el ejemplo británico, revela la necesidad urgente de mejoras en el sector.
Muchos galgos son criados en España y Portugal, pero existen preocupaciones por los estándares insuficientes en algunos criaderos, lo que aumenta el riesgo de maltrato antes de que los perros lleguen a las pistas.
Los galgos retirados suelen requerir cuidados especializados y un periodo de adaptación a la vida en un hogar. Esta necesidad representa un esfuerzo adicional para las organizaciones de bienestar animal, que a menudo están saturadas.
En España, solo una pequeña parte de lo recaudado en apuestas sobre carreras de galgos se destina a programas de bienestar y cuidado para los perros retirados. Esta limitada financiación subraya un fallo sistémico para reinvertir en los animales que generan ganancias a la industria.
Las carreras de galgos en España presentan un desafío ético complejo, entre tradición, intereses económicos y bienestar animal. Con tu ayuda en la adopción y reformas, podemos mejorar la vida de muchos galgos que han dado lo mejor en la pista.