El Maine Coon es la única raza de gato verdaderamente autóctona de América, reconocida por su tamaño, carácter amigable y aspecto distintivo. Sin embargo, sus orígenes exactos están rodeados de mitos, relatos románticos y curiosas historias que aún fascinan a los amantes de los gatos en todo el mundo. Este artículo desvela las leyendas más conocidas y revela la probable verdad sobre cómo surgió este "gigante gentil".
Uno de los mitos más persistentes es que los Maine Coon serían descendientes de un cruce entre un mapache y un gato doméstico. Afortunadamente, esto es biológicamente imposible, pero la historia perdura en el folclore debido a la cola tupida y las marcas características de la raza.
Otra leyenda sugiere que los Maine Coon podrían descender del cruce entre un lince rojo y un gato doméstico. Aunque existen casos documentados de híbridos entre linces y gatos domésticos, con cachorros que presentan pelaje espeso, orejas con mechones y patas grandes similares a las del Maine Coon, la comunidad genética y criadores convencionales lo consideran poco probable.
Un mito romántico sostiene que durante la Revolución Francesa, un capitán de mar llamado Samuel Clough recibió la comisión de rescatar a la reina María Antonieta y sus valiosos gatos de pelo largo llevándolos a América. Se dice que estos gatos se cruzaron con gatos de granja locales originando el Maine Coon. Sin embargo, no hay evidencias históricas al respecto y María Antonieta no era conocida por poseer gatos de pelo largo.
Otra historia popular menciona al Capitán Coon, un marinero inglés aficionado a los gatos que supuestamente tenía gatos persas y angora en su barco. Al cruzarse estos gatos con los gatos americanos locales, a los gatitos de pelo largo se les apodó "uno de los gatos de Coon", abreviado luego como Maine Coon. Aunque plausible, esta es una leyenda sin confirmación.
Más plausible es la teoría de que el Maine Coon descendió del Skogkatt noruego, una raza robusta de gato de pelo largo introducida por los vikingos que se establecieron en América del Norte. Estos gatos comparten muchas características con los Maine Coon, incluida su adaptación a climas fríos. También se han notado similitudes con gatos rusos de pelo largo y variedades escandinavas.
El origen real del Maine Coon probablemente combina estas historias, pero sin los detalles fantásticos. Durante la colonización temprana de América, los barcos que llegaban al noreste trajeron gatos diversos de Europa. Estos se mezclaron y cruzaron con gatos domésticos locales. Con el tiempo, la selección natural y la cría selectiva resaltaron características adecuadas para sobrevivir en climas fríos: pelaje grueso y resistente al agua, cuerpos robustos e instintos de caza agudos. Los criadores después perfeccionaron estas cualidades para crear la querida raza Maine Coon que conocemos hoy.
La popularidad del Maine Coon comenzó ya en la década de 1860, cuando se exponían en ferias agrícolas y eventos comunitarios. Por desgracia, no existían estándares de raza formales, lo que causaba juicios inconsistentes. La fama de la raza decayó con la llegada de razas exóticas como el persa, desapareciendo casi por completo de los concursos hacia los años 50.
Pese a que la Asociación de Criadores de Gatos de América (CFA) declaró la raza extinta en los años 50, criadores dedicados como la señora Ethelyn Whittemore de Maine preservaron y desarrollaron la raza cuidadosamente. En 1953 se fundó el Maine Coon Cat Club y en 1956 se establecieron los primeros estándares. Con el reconocimiento oficial de la CFA en los años 70, la raza resurgió, y hoy los Maine Coon son uno de los gatos de raza más populares en América.
El Maine Coon llegó a España con algo de retraso debido a regulaciones estrictas sobre la importación de animales y cuarentenas rigurosas durante la segunda mitad del siglo XX. Los primeros ejemplares se importaron en los años 80, cuando los criadores españoles comenzaron a interesarse por esta raza impresionante.
En España, los amantes de la raza fundaron clubes especializados que promovieron su cría responsable. Actualmente, el Maine Coon se encuentra entre las razas felinas de pedigrí más apreciadas por su carácter afectuoso y gran tamaño, adaptándose bien tanto a ambientes de piso amplios como a casas con jardín.
Si te enamoras de esta raza y deseas acoger un gatito Maine Coon en tu hogar, asegúrate de adquirirlo de forma ética y a través de un criador responsable y reputado. Los Maine Coon, siendo gatos grandes y robustos, requieren espacio suficiente, atención cariñosa y compromiso con su salud y bienestar.
Los criadores responsables realizan pruebas de salud para prevenir enfermedades hereditarias como la miocardiopatía hipertrófica (MCH) y la displasia de cadera. Además, crían a los gatitos en entornos amorosos y brindan asesoramiento a los nuevos propietarios sobre cuidados específicos.
Aunque algunos consideren que el origen exacto del Maine Coon no es relevante, conocer su historia aumenta la apreciación por esta raza increíble. Su naturaleza resistente, adaptación a climas difíciles y personalidad entrañable se reflejan en los mitos y hechos de su pasado.
Ya sea que te cautiven sus orígenes misteriosos o simplemente te conquiste su carácter amigable, el Maine Coon sigue siendo una raza realmente especial. Como dicen muchos propietarios, "Con un Maine Coon nunca es suficiente".