Si tu gato come con voracidad pero pierde peso, puede padecer hipertiroidismo, una enfermedad común en gatos de mediana y avanzada edad. Esta guía explica sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamientos modernos disponibles en España para que tu felino viva cómodamente y con salud.
La glándula tiroides es un pequeño órgano con dos lóbulos situado en el cuello de tu gato que regula el metabolismo mediante la producción de hormonas tiroideas. Estas hormonas controlan la rapidez con la que el cuerpo usa energía, influyendo en la actividad y funciones corporales. El yodo procedente de la dieta es esencial para su producción.
El hipertiroidismo suele originarse por un agrandamiento benigno llamado adenoma en la tiroides, que provoca una producción excesiva de hormonas tiroideas. Aunque la causa exacta se desconoce, factores de riesgo incluyen la vida interior y una dieta basada principalmente en alimento húmedo enlatado. Tanto machos como hembras se ven afectados por igual. En España, no se ha observado predisposición racial clara, aunque los gatos siameses parecen menos propensos. Rara vez, un tumor maligno llamado adenocarcinoma tiroideo causa el problema, necesitando atención veterinaria especializada.
La glándula tiroides agrandada produce demasiada hormona, acelerando el metabolismo. Esto hace que tu gato tenga más hambre y esté más activo, pero quema grasas más rápido, perdiendo peso pese a comer más. Puede desarrollarse hipertensión y problemas cardíacos si no se trata, causando ceguera o insuficiencia cardíaca con el tiempo.
Estos signos también pueden aparecer en otras enfermedades como diabetes o problemas renales, por lo que es fundamental una evaluación veterinaria profesional.
Si sospechas hipertiroidismo, acude rápidamente al veterinario para un examen completo. El diagnóstico se basa principalmente en un análisis de sangre que mide niveles hormonales tiroideos, además de otras pruebas sanguíneas y de orina para valorar función renal y de otros órganos. Dado que el hipertiroidismo puede ocultar enfermedades renales, son frecuentes los recontroles tras iniciar tratamiento. El veterinario también puede evaluar la función cardíaca mediante ecografía, electrocardiograma y control de presión arterial.
En ocasiones, el test puede dar falsos negativos, especialmente en etapas tempranas o si hay enfermedades concurrentes, por lo que puede ser necesario repetir pruebas o usar métodos alternativos.
Existen cuatro tratamientos principales, cada uno con ventajas, inconvenientes y requisitos según el estilo de vida y estado de salud de tu gato:
Los bloqueadores de síntesis hormonal tiroidea normalizan los niveles y alivian los síntomas. La mayoría de los gatos toman medicación diaria o dos veces al día de por vida, con visitas regulares al veterinario y análisis sanguíneos para controlar respuesta y efectos secundarios. Suspender la medicación puede provocar recaída.
La extirpación parcial o total de la glándula tiroides puede curar definitivamente la condición. Debido a los riesgos anestésicos en gatos hipertiroides, se recomienda estabilización previa con medicación. Puede haber recurrencia si hay tejido tiroideo ectópico.
Administrada en centros especializados en España, esta terapia destruye selectivamente el tejido tiroides hiperactivo. Se requiere hospitalización durante varias semanas para seguridad, pero ofrece una tasa de cura del 95 % con una única inyección.
Una dieta con bajo contenido en yodo normaliza niveles hormonales en pocas semanas. Es esencial cumplir estrictamente con esta dieta para evitar ingerir yodo de otros alimentos. Se mantiene de por vida como opción no invasiva.
El manejo del hipertiroidismo implica no solo tratar la tiroides, sino vigilar y apoyar otros órganos, especialmente riñones y corazón. Revisiones veterinarias regulares y control de presión arterial son claves para detectar complicaciones a tiempo. La responsabilidad del propietario incluye seguir las indicaciones médicas y comunicar cualquier cambio al veterinario.
Si tu gato mayor presenta aumento de apetito con pérdida de peso, mayor sed, cambios conductuales o deterioro del pelaje, solicita cita veterinaria de inmediato. El diagnóstico y tratamiento temprano mejoran la calidad y esperanza de vida.
Cuidar gatos con enfermedades crónicas como el hipertiroidismo requiere compromiso con un cuidado continuo y asesoramiento veterinario. Evita automedicar o modificar tratamientos sin indicación profesional. Cualquier cambio dietético o medicación debe hacerse bajo supervisión veterinaria.
Recuerda que adoptar gatos de fuentes responsables y proporcionarles una dieta estable y variada ayuda a reducir riesgos de salud y favorece una vida larga y feliz.
El hipertiroidismo es una condición común pero manejable en gatos mayores. Reconocer sus síntomas clave, colaborar con tu veterinario para diagnóstico y valorar tratamientos disponibles puede garantizar que tu gato mantenga una vida plena y saludable. Ya sea mediante medicación, cirugía, terapia con yodo radiactivo o dieta, existen opciones para adaptarse a cada gato y propietario. La atención veterinaria pronta y la tenencia responsable proporcionan el mejor pronóstico.
Si notas signos de hipertiroidismo en tu gato, visita al veterinario para discutir un diagnóstico y plan personalizado que se ajuste a las necesidades de tu felino.