El hipertiroidismo es un trastorno común de las glándulas tiroideas que puede afectar a cualquier raza de gato, ya sea macho o hembra. Se produce cuando hay una cantidad excesiva de hormona tiroidea, especialmente T4, en el torrente sanguíneo, lo que provoca un aumento del metabolismo. Esta condición afecta mayormente a gatos mayores, típicamente aquellos de más de 10 años, con una edad media de diagnóstico entre 12 y 13 años.
Los signos más tempranos y evidentes del hipertiroidismo en gatos incluyen una pérdida de peso repentina a pesar de un aumento del apetito. Cerca del 98 % de los gatos afectados pierden peso aunque comen más de lo habitual. Otros síntomas a tener en cuenta son:
En ocasiones puede presentarse vómito, aunque esto ocurre en aproximadamente el 50 % de los gatos con esta enfermedad. Estos síntomas se deben a que los altos niveles de hormona tiroidea afectan a múltiples órganos y sistemas del cuerpo.
Muchos problemas de salud en gatos senior comparten síntomas similares al hipertiroidismo, como la diabetes, enfermedades intestinales, enfermedad inflamatoria intestinal y enfermedad renal crónica. Para un diagnóstico preciso, los veterinarios realizan pruebas combinadas, incluyendo análisis de sangre y análisis de orina. La prueba principal es la medición de los niveles de hormona tiroidea, especialmente T4.
Sin embargo, algunos gatos pueden mostrar niveles normales de la hormona tiroidea a pesar de estar afectados, posiblemente debido a otras enfermedades que suprimen la producción de T4. En estos casos, los veterinarios pueden requerir pruebas adicionales o utilizar métodos especializados para confirmar el diagnóstico.
Las opciones de tratamiento varían según la condición individual del gato, su edad y estado general de salud. Los tratamientos más comunes incluyen:
Los medicamentos orales que bloquean la producción de hormona tiroidea pueden ser efectivos en dos a tres semanas, con una buena respuesta en muchos gatos. Puede haber efectos secundarios en aproximadamente el 20 % de los casos, incluyendo pérdida de apetito, vómitos, letargo, problemas de sangrado, ictericia, picazón alrededor de la cabeza o cara y, raramente, alteraciones en las células sanguíneas. La mayoría de los efectos secundarios son leves y suelen resolverse sin necesidad de interrumpir el tratamiento. Los gatos requieren medicación de por vida y controles sanguíneos regulares.
La extirpación quirúrgica de la glándula tiroidea afectada puede curar el hipertiroidismo, especialmente si es causado por tumores benignos llamados adenomas. No obstante, la cirugía puede no ser adecuada para muchos gatos mayores debido a los riesgos relacionados con la anestesia y posibles afecciones cardíacas o renales subyacentes.
Este tratamiento consiste en una inyección única de yodo radiactivo que destruye el tejido tiroideo hiperactivo sin necesidad de cirugía ni anestesia. Aunque es muy efectivo, los gatos deben permanecer en un centro veterinario durante 10 a 14 días para el monitoreo de la radiación antes de regresar a casa. Esta opción es costosa pero ofrece una cura duradera para muchos gatos.
La causa exacta aún es incierta, pero se piensa que ciertos factores pueden contribuir, como desequilibrios en las hormonas tiroideas relacionados con los niveles de yodo en los alimentos para gatos y la exposición ambiental a ciertos químicos retardantes de llama y componentes de soja comunes en dietas comerciales más económicas. Los propietarios deben revisar cuidadosamente los ingredientes de los alimentos para gatos y consultar con su veterinario para orientación nutricional.
Si tu gato senior está perdiendo peso a pesar de tener buen apetito o muestra alguno de los signos mencionados, es fundamental llevarlo al veterinario para realizar pruebas cuanto antes. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden marcar una gran diferencia, ayudando a tu gato a sentirse más cómodo y a mantener una mejor calidad de vida.