El gato Sphynx es una raza distintiva y poco común, reconocida instantáneamente por su casi total ausencia de pelo. Originario de una mutación genética natural en los años 60, estos gatos tienen un fino y escaso vello que le da a su piel una textura similar a la gamuza.
Los gatos Sphynx presentan una cabeza en forma de cuña o triangular con pómulos prominentes, junto con orejas muy grandes con forma de limón o triángulo que recuerdan a los murciélagos. Su piel muestra patrones típicos de pigmentación de diferentes colores y marcas felinas, como atigrado o carey, y tienen almohadillas plantares gruesas que ofrecen una sensación acolchada al caminar. Físicamente, poseen un cuerpo musculoso de tamaño medio, con patas y cola largas.
Al no tener un pelaje denso que les proteja, los gatos Sphynx pierden calor corporal rápidamente y necesitan hogares con una temperatura estable y cálida. En España, especialmente durante el otoño e invierno, es recomendable usar jerséis y otras prendas para gatos, asegurando que mantengan su calor corporal cómodamente. Además, son propensos a las quemaduras solares, por lo que es fundamental protegerlos de la luz solar directa para evitar daños en la piel, como melanomas o cáncer cutáneo.
Contrariamente a lo que podría pensarse, cuidar un Sphynx no es de bajo mantenimiento. Aunque no poseen pelo, siguen produciendo aceites corporales naturales que otros gatos usan para acondicionar su pelaje, pero en el Sphynx estos aceites se acumulan en la piel debido a la ausencia de pelo que los absorba y elimine. Se recomienda bañarlos semanalmente para prevenir irritaciones cutáneas y obstrucciones en los poros. Además, sus orejas tienden a acumular cera y suciedad con mayor facilidad, por lo que una limpieza regular es vital. Con el cuidado adecuado, los gatos Sphynx suelen mantener una buena salud y pueden tener una vida larga y feliz.
Aunque los gatos Sphynx pueden parecer una opción ideal para personas alérgicas debido a su falta de pelo, todavía producen aceites corporales que suelen desencadenar alergias. Estos aceites permanecen en la piel y pueden provocar una reacción alérgica incluso más intensa al contacto físico en comparación con gatos con pelaje. Por ello, las personas con alergias a los gatos deben considerar esto detenidamente antes de decidirse por un Sphynx.
Tener un Sphynx significa comprometerse con un cuidado diario considerable, que incluye aseo semanal, mantenimiento de la piel y orejas, control adecuado de la temperatura ambiental y mucho juego interactivo debido a su naturaleza enérgica y sociable. Estos gatos prosperan con la compañía y no disfrutan estar solos por largos periodos. Es imprescindible contar con un ambiente interior seguro que proteja su bienestar y seguridad.
En resumen, aunque el gato Sphynx es una raza única y cariñosa con un aspecto cautivador, requiere dueños dedicados y conocedores comprometidos con su cuidado especializado. Para la persona o familia adecuada que esté dispuesta a invertir tiempo y atención, un Sphynx puede ser un amigo leal y juguetón para toda la vida.