Cuidar cachorros recién nacidos requiere atención especial y conocimientos, especialmente si su madre no puede amamantarlos o cuidarlos. Esta guía completa te acompañará en los pasos esenciales para la alimentación, el calor, el monitoreo de la salud, la ayuda con la eliminación y el cuidado general para asegurar que tus cachorros prosperen en sus primeras semanas críticas de vida.
Los cachorros recién nacidos necesitan mamar o ser alimentados con biberón con frecuencia, aproximadamente cada dos horas durante la primera y segunda semana, para obtener nutrientes vitales para su crecimiento. La primera leche, conocida como calostro, es rica en anticuerpos y fundamental para su inmunidad.
Si la madre no puede alimentar a la camada, contacta con un veterinario de inmediato para recibir asesoramiento. Te recomendarán un sustituto lácteo comercial específico para cachorros. Es imprescindible usar un sustituto adecuado porque otros pueden provocar diarrea y deshidratación rápida, lo cual puede ser mortal.
Aprende a alimentar con biberón correctamente, dándoles comida con suavidad y ayudándoles a eructar durante y después de cada toma. Organiza un horario de alimentación cada 24 horas, ya que los cachorros necesitan nutrición constante durante sus primeras semanas.
A partir de aproximadamente un mes de edad, los cachorros pueden comenzar una transición gradual a la comida sólida, según indique el veterinario, completando el destete normalmente a las ocho semanas.
Los cachorros recién nacidos no pueden regular su temperatura corporal durante las primeras tres o cuatro semanas, por lo que es crucial mantenerlos calientes en un entorno acogedor y sin corrientes de aire.
Prepara una caja de parto con mantas cálidas donde los cachorros puedan acurrucarse juntos, compartiendo calor entre ellos. La temperatura ambiente ideal debe estar entre 29 y 32°C inicialmente. Después de unos diez días, puedes bajar la temperatura ligeramente.
Las lámparas de calor proporcionan una fuente suave de calor, pero deben estar colocadas de manera segura para evitar quemaduras y que haya zonas más frescas a donde los cachorros puedan ir si tienen demasiado calor. No se recomiendan los cojines térmicos debido al riesgo de quemaduras.
Una botella de agua caliente con funda segura puede usarse con precaución, vigilando que no esté demasiado caliente y rellenándola con frecuencia. Es fundamental supervisar constantemente para mantener a los cachorros cómodos y prevenir tanto la hipotermia como el sobrecalentamiento.
Los controles de salud regulares son vitales. Justo después del nacimiento, revisa las orejas, ojos, boca, cola y extremidades de cada cachorro para detectar cualquier anomalía. Pesa a los cachorros al nacer y diariamente para asegurar que ganan peso de manera constante — normalmente deberían duplicar su peso de nacimiento alrededor del décimo día.
Si algún cachorro no aumenta su peso a pesar de alimentarse bien, o muestra signos de malestar como llanto constante o letargo, es fundamental buscar consejo veterinario de inmediato para detectar y tratar posibles problemas.
Los cachorros recién nacidos dependen de la estimulación de la madre para orinar y defecar. Cuando la madre está ausente, el cuidador debe replicar esta acción masajeando suavemente la zona genital y anal con un paño húmedo y tibio tras cada toma.
Esta ayuda debe mantenerse hasta que los cachorros tengan alrededor de cuatro semanas, cuando comienzan a eliminar por sí solos y puede iniciarse su entrenamiento para usar el lugar adecuado.
Limita el manejo durante las primeras dos semanas para reducir el estrés y el riesgo de infecciones. Cuando manipules a los cachorros, hazlo con suavidad y observa señales de vitalidad como movimientos activos.
Mantén el área de parto limpia e higiénica cambiando las mantas diariamente y retirando los desechos de inmediato. A medida que los cachorros crecen y se vuelven más móviles entre la segunda y cuarta semana, proporciona un espacio más amplio, seguro y limpio para que puedan moverse y explorar.
Cuidar cachorros recién nacidos es una tarea exigente. Observa con atención signos de deshidratación, hipotermia, dificultad para alimentarse o infecciones. La pronta intervención veterinaria puede marcar la diferencia, así que no dudes en buscar apoyo profesional.
Además, siempre procura colaborar con criadores responsables o asociaciones de rescate comprometidas con altos estándares de bienestar animal.
El cuidado exitoso de cachorros recién nacidos combina calor, nutrición, higiene, manejo delicado y controles de salud cuidadosos. Siguiendo estos consejos de expertos y colaborando con tu veterinario, asegurarás que los cachorros crezcan sanos y fuertes hasta que estén listos para prosperar por sí mismos.