Si tu perro es de los que husmean y comen casi de todo, la fruta caída podría llamar su atención más de lo que imaginas. Pero, ¿es seguro que los perros coman fruta que ha caído al suelo? Aunque muchos perros parecen estar bien tras mordisquear fruta caída, existen varios riesgos importantes para su salud.
En este artículo, exploraremos en profundidad esta cuestión, explicando por qué la fruta caída puede ser peligrosa para tu perro y qué deberías hacer si ha comido algo.
La fruta caída es simplemente aquella que cae del árbol de forma natural, generalmente por maduración, condiciones climáticas como fuertes vientos o por descomposición. Se puede encontrar en el suelo bajo un árbol o en un huerto. Esta fruta suele estar muy madura y en proceso de descomposición.
Por muy tentador que parezca, no es recomendable dejar que los perros coman fruta caída. Muchos perros comen con entusiasmo casi cualquier cosa que encuentran, y el olor dulce y sabor de la fruta fermentada puede hacerla aún más atractiva. Sin embargo, consumir fruta caída puede exponer a los perros a varios peligros graves.
Cuando la fruta cae y comienza a descomponerse, los azúcares naturales fermentan y producen alcohol. Este proceso de fermentación puede hacer que la fruta huela dulce y resulte tentadora para los perros. Desafortunadamente, el alcohol es altamente tóxico para ellos. Incluso pequeñas cantidades pueden causar síntomas de intoxicación, como vómitos, diarrea, desorientación, letargo, temblores y, en casos graves, convulsiones o coma.
Si sospechas que tu perro ha comido fruta fermentada, es fundamental buscar atención veterinaria inmediata.
El olor dulce de la fruta fermentada atrae insectos como las avispas. Estas pueden volverse agresivas y picar a tu perro si se sienten amenazadas, ya sea cuando intenta atraparlas o al comer fruta en la que haya avispas posadas.
La fruta caída desarrolla moho rápidamente y puede estar colonizada por bacterias o hongos, algunos de los cuales producen toxinas dañinas para los perros. Comer fruta mohosa puede provocar malestar digestivo y, en ocasiones, reacciones tóxicas más serias.
Los insectos y gusanos suelen infestar la fruta caída y tampoco son deseables para el consumo de los perros, pudiendo causar molestias estomacales o enfermedades.
Muchas frutas como ciruelas, cerezas, melocotones y manzanas contienen huesos o semillas que resultan peligrosas para los perros. Estos pueden dañar los dientes, causar asfixia o incluso bloqueos en el sistema digestivo. Algunas semillas contienen compuestos de cianuro, tóxicos si son machacados o masticados.
Los huesos de frutas contienen amigdalina, que libera cianuro al descomponerse. Ingerir estas semillas puede causar dificultad para respirar, letargo y síntomas graves de envenenamiento, siendo una emergencia veterinaria. Además, los huesos duros suponen un riesgo de asfixia y obstrucción.
Aunque los perros en libertad consumen algo de fruta, su sistema digestivo no está adaptado para grandes cantidades, especialmente de fruta demasiado madura o fermentada. Comer grandes cantidades de fruta caída puede causar hinchazón, gases y diarrea, ocasionando molestias y dolor para tu perro.
Si tu perro ha comido fruta caída, actúa rápidamente. Retira cualquier resto de fruta que quede y observa si presenta síntomas como vómitos, diarrea, debilidad o comportamiento inusual.
No provoques el vómito a menos que un veterinario te lo indique. Ofrece agua fresca, pero no fuerces la ingesta si tu perro está vomitando.
Contacta con tu veterinario de inmediato si observas signos de intoxicación, malestar o si sabes que ha comido fruta fermentada. Proporciona detalles sobre el tipo y cantidad ingerida, así como los síntomas observados. Un consejo veterinario precoz puede salvar vidas.
La fruta caída puede parecer inocua, pero presenta varios riesgos para los perros, incluyendo alcohol por fermentación, picaduras de insectos, toxinas bacterianas y de moho, insectos, semillas peligrosas y problemas digestivos.
Los propietarios responsables deben evitar que sus perros coman fruta del suelo y buscar atención veterinaria inmediata en caso de ingestión accidental.