La Burmilla es una raza de gato híbrido cautivadora que apareció inicialmente en 1981 en el Reino Unido. Surgió de forma accidental cuando una burmesa carey marrón se cruzó con un persa chinchilla, resultando en una camada tan encantadora que los criadores continuaron desarrollando la línea. Reconocida oficialmente por el GCCF en los años 90, la Burmilla se ha convertido en una opción popular entre los amantes de los gatos españoles para compañía y exposiciones.
Las Burmillas pueden tener pelaje corto o semi-largo; la variedad de pelo largo se conoce como gato Tiffanie. Ambas tienen un subpelo sedoso y denso, lo que hace que su pelo sea suave y elegante al tacto. Los colores de su pelaje incluyen una variedad amplia, con tonos presentes en los burmeses y matices únicos propios de la Burmilla, destacando el pelo plateado en las puntas que les confiere una apariencia regia. Los Burmillas adultos suelen pesar entre 3 y 6 kg, con un cuerpo mediano, musculoso y esbelto.
Las Burmillas son juguetonas, vivaces y mantienen su energía de gatito durante mucho tiempo. Son curiosas y disfrutan de juguetes interactivos y juegos simulando la caza, siendo compañeras muy entretenidas. Aunque independientes, forman un vínculo fuerte y cariñoso con su familia humana sin exigir demasiada atención. Su sociabilidad se extiende a visitas y desconocidos, haciéndolas ideales para hogares activos.
Gracias a su pelaje suave, pero no demasiado exigente, las Burmillas necesitan un cepillado regular una o dos veces por semana. Esto ayuda a mantener el pelo sano y reduce la caída en el hogar. Son relativamente fáciles de cuidar, pero prosperan si cuentan con juguetes y rascadores para satisfacer sus instintos juguetones y evitar daños en los muebles.
Su naturaleza afectuosa y juguetona hace que las Burmillas sean ideales para familias con niños. Es importante enseñar a los pequeños a respetar su espacio para una convivencia armoniosa. Además, suelen llevarse bien con otros gatos y con perros bien socializados, facilitando su integración en hogares con varias mascotas.
Las Burmillas no son tan frecuentes como razas populares como el siamés o el persa, pero han ganado popularidad creciente en España. Puedes encontrar criadores responsables que garanticen la salud y el buen cuidado de los gatos Burmilla en España. Suele haber listas de espera, especialmente si buscas gatos de calidad para exposición. Para compañía, es posible encontrar gatitos en pocos meses contactando con criadores locales.
Optar por una Burmilla es traer a casa un felino cariñoso, inteligente y de mantenimiento relativamente sencillo. Su temperamento juguetón junto con su naturaleza cariñosa los convierten en un compañero muy agradable. Sin embargo, como todos los gatos, necesitan revisiones veterinarias frecuentes, estimulación mental constante y cuidados amorosos para mantenerse saludables y felices.
Respuesta rápida: Los gatitos, incluyendo las Burmillas, deben separarse de su madre idealmente a las 12 semanas de edad o más.
Estas 12 semanas garantizan que los gatitos hayan recibido suficiente socialización, estén completamente destetados y hayan comenzado su esquema básico de vacunación. Este tiempo respalda su desarrollo físico y emocional, promoviendo gatos más sanos y equilibrados al incorporarse a un nuevo hogar. Llevarse gatitos menores de 12 semanas puede derivar en problemas de comportamiento y salud a largo plazo.
Al plantearte adquirir un gatito Burmilla, conviene preguntar al criador sobre los certificados de salud, nivel de socialización, estado de vacunas y temperamentos de los padres. Un criador responsable facilitará esta información para ayudarte a asegurar que obtienes un compañero sano y bien adaptado.
Comprender estos aspectos te permitirá decidir con fundamento si la Burmilla encaja en tu estilo de vida y disfrutar la alegría de un amigo felino maravilloso durante muchos años.