El hígado es uno de los órganos vitales del cuerpo, realizando cientos de funciones esenciales para mantener a tu gato o perro saludable y activo. Debido a su carga de trabajo, el hígado puede sufrir daños o enfermar, pero con cuidados adecuados e intervención temprana, muchas mascotas pueden manejar las enfermedades hepáticas y disfrutar de una buena calidad de vida.
El hígado cumple múltiples funciones clave para el bienestar de tu mascota. Algunas de sus funciones incluyen:
Dado que el hígado es responsable de más de 500 funciones, cualquier daño suele producir inflamación conocida como hepatitis. Otras enfermedades también pueden afectar su funcionamiento, por lo que la detección temprana es fundamental.
Los síntomas de enfermedad hepática pueden parecerse a otros problemas de salud, por lo que es importante estar atento. Si observas en tu gato o perro estas señales, consulta al veterinario sin demora:
Las enfermedades hepáticas pueden surgir por diversos factores, algunos de los cuales aumentan el riesgo en tu mascota:
Los tumores hepáticos suelen ser más frecuentes en mascotas mayores de diez años, aunque algunos trastornos hepáticos son congénitos. Por ejemplo, un shunt portosistémico desvía la sangre fuera del hígado, impidiendo la eliminación de toxinas, y suele detectarse entre los seis meses y un año de edad.
En perros, algunas razas conocidas en España con mayor riesgo de enfermedades hepáticas incluyen el Cocker Spaniel inglés, Yorkshire Terrier, Cairn Terrier, Caniche, Scottish Terrier, Schnauzer miniatura, Galgo Español, Golden Retriever, Labrador Retriever, Pastor Alemán y Caniche. En gatos, la raza Siamés es más propensa a problemas hepáticos (Siamés).
El sobrepeso en gatos aumenta el riesgo de desarrollar lipidosis hepática, una acumulación de grasa que afecta la función hepática.
La exposición a pesticidas, herbicidas y ciertos fármacos como los corticosteroides puede dañar el hígado. Enfermedades infecciosas como la leptospirosis o trastornos sistémicos como la diabetes, síndrome de Cushing e hipertiroidismo también contribuyen. En gatos, el ayuno prolongado puede desencadenar lipidosis hepática, una condición grave causada por acumulación de grasa en el hígado.
Debido a que los síntomas suelen ser inespecíficos, el veterinario realizará análisis de sangre para evaluar enzimas hepáticas y glóbulos rojos, posiblemente seguido de radiografías o ecografía. El diagnóstico preciso es fundamental para orientar el tratamiento.
Por suerte, el hígado puede regenerarse, pero el tratamiento temprano es crucial. Según la gravedad y causa, las opciones incluyen:
Algunos veterinarios pueden complementar con terapias naturales como fitoterapia o acupuntura, pero solo bajo supervisión veterinaria.
Si sospechas que tu mascota tiene una enfermedad hepática, contacta con tu veterinario cuanto antes para un diagnóstico y cuidado personalizado. La intervención temprana ofrece la mejor oportunidad para que tu gato o perro viva con comodidad y plenitud.