El Border Collie es una de las razas de perro más apreciadas en España, reconocido por su inteligencia, agilidad y energía inagotable. Se desarrollan mejor en hogares activos donde reciben suficiente ejercicio y estimulación mental, siendo compañeros ideales para amantes de actividades al aire libre. No obstante, a pesar de su robustez general, pueden estar predispuestos a ciertos problemas de salud. Esta guía completa ayuda a propietarios actuales y potenciales a comprender estas afecciones comunes y cómo gestionarlas adecuadamente.
Los Border Collies suelen vivir entre 10 y 17 años, con una esperanza de vida media cercana a los 12 años. Su estilo de vida activo contribuye a su buena salud, pero los dueños responsables deben estar atentos a problemas hereditarios. Es fundamental elegir cachorros de criadores de confianza que realicen pruebas de salud para reducir riesgos.
La displasia de cadera es un trastorno genético que afecta el desarrollo correcto de la articulación de la cadera, causando inestabilidad, dolor y artritis. Aunque las razas activas como el Border Collie tienen menos riesgo que algunos perros grandes, su incidencia es superior comparado con otras razas de tamaño similar.
Síntomas: cojera en las patas traseras, renuencia a saltar o correr, y un andar peculiar. El diagnóstico temprano mediante exámenes ortopédicos y radiografías, preferiblemente antes de los dos años, es crucial. El tratamiento incluye manejo del peso, fisioterapia y, en casos graves, cirugía.
La displasia de codo, menos común pero posible junto a la displasia de cadera, provoca molestias articulares y problemas de movilidad. Controles veterinarios regulares con imágenes permiten la detección precoz y la intervención oportuna.
La epilepsia es una enfermedad neurológica que produce convulsiones y suele ser hereditaria. Los síntomas varían desde leves hasta graves, manifestándose con colapsos, temblores musculares, salivación abundante y pérdida temporal de conciencia.
Aunque no tiene cura, un manejo vitalicio con medicamentos anticonvulsivos permite que muchos Border Collies lleven vidas saludables y activas. La colaboración estrecha con el veterinario es esencial para personalizar el tratamiento.
La CEA es un defecto congénito ocular exclusivo de razas tipo Collie, que afecta el desarrollo de la retina y coroides, pudiendo causar discapacidad visual o ceguera. La gravedad varía y es una condición no progresiva, por lo que no empeora con el tiempo.
No existe tratamiento, por lo que la revisión oftalmológica en cachorros es vital para su detección. La cría responsable evita emparejamientos entre portadores para reducir la incidencia.
De forma menos frecuente, los Border Collies pueden presentar cataratas juveniles o glaucoma. Estas afecciones suelen ser tratables con cirugía o medicación, pero requieren evaluación veterinaria rápida para conservar la visión.
El Border Collie puede desarrollar dos tipos de pérdida auditiva: la sordera progresiva de adulto, que aparece entre 1 y 8 años, y la sordera congénita ligada a portadores del gen merle.
La pérdida auditiva progresiva carece de cura conocida, pero la detección temprana a través de cambios en el comportamiento permite un mejor manejo. La cría entre dos ejemplares con patrón merle aumenta riscos y está desaconsejada por los problemas auditivos y visuales asociados.
La NCL es una enfermedad neurológica rara pero grave, presente principalmente en líneas de exhibición. Produce neurodegeneración, discapacidad severa y fallecimiento usualmente antes de los dos años.
Existen pruebas genéticas para identificar portadores y evitar cachorros afectados, reforzando la importancia del análisis genético antes de la cría.
Esta enfermedad hereditaria afecta el sistema inmunitario al impedir la liberación adecuada de glóbulos blancos, dejando a los Border Collies muy susceptibles a infecciones. La condición suele ser mortal en etapas tempranas de la vida.
Los test genéticos ayudan a identificar portadores para evitar la reproducción de perros afectados.
El patrón de pelaje merle genera colores moteados y puede originar ojos azules o de colores distintos. Aunque un solo alelo generalmente no causa problemas, la cría entre dos perros merle incrementa el riesgo de sordera y ceguera en cachorros con dos alelos.
Se recomienda firmemente evitar cruces entre ejemplares merle para prevenir estas complicaciones.
Una mutación genética importante en algunos Border Collies afecta el metabolismo de medicamentos veterinarios comunes como ivermectina, elevando el riesgo de efectos adversos graves, incluida neurotoxicidad.
Las pruebas genéticas permiten a dueños y veterinarios evitar fármacos peligrosos, garantizando tratamientos más seguros.
Para proteger la salud del Border Collie, es esencial adquirir cachorros de criadores responsables que realicen pruebas genéticas y de salud exhaustivas. Estas pruebas incluyen displasia de cadera y codo, enfermedades oculares como la CEA, trastornos neurológicos como la NCL, síndrome de neutrófilos atrapados y mutación MDR1.
Las revisiones veterinarias a lo largo de la vida del perro, una dieta equilibrada, ejercicio regular y estimulación mental contribuyen a mantener la salud y la calidad de vida de esta raza tan querida.
Aunque el Border Collie es una raza generalmente sana y resistente, presenta predisposición a ciertas enfermedades genéticas y de salud que los propietarios responsables deben conocer. Comprender estos riesgos, mantener cuidados veterinarios regulares y apoyar prácticas de cría éticas aumentan las probabilidades de una vida larga, feliz y saludable junto a tu Border Collie.