Al considerar cachorros y perros adultos, una decisión importante es si un perro macho o una hembra se adapta mejor a tu estilo de vida. Entender las diferencias de temperamento entre perros machos y hembras te ayudará a tomar una mejor decisión y a proporcionar el mejor cuidado a tu nuevo compañero. Esta guía explora comportamientos esenciales, consideraciones de adiestramiento y el impacto de la esterilización para apoyar la tenencia responsable de perros en España.
La esterilización (castración para machos y ovariohisterectomía para hembras) influye significativamente en el temperamento y comportamiento del perro. Los machos no castrados suelen mostrar comportamientos sexuales y territoriales más evidentes, como marcar territorio, deambular y mayor agresividad hacia otros machos. La castración disminuye estos comportamientos hormonales, haciendo a los machos más tranquilos, fáciles de adiestrar y menos propensos a escaparse.
De modo similar, la esterilización de las hembras elimina los ciclos hormonales asociados al celo, reduciendo los cambios de humor, el deambuleo durante el celo y el riesgo de embarazos no deseados. Tanto machos castrados como hembras esterilizadas suelen mostrar temperamentos más estables, mejorando su concentración en el adiestramiento y fortaleciendo el vínculo con sus dueños.
Los perros machos, especialmente si no están castrados, suelen ser más territoriales. Pueden marcar con olor extensamente, patrullar espacios y proteger su hogar y familia con mayor intensidad frente a extraños y otros perros. Este instinto territorial es típico en razas con fuerte instinto guardián.
Las hembras, en cambio, muestran un comportamiento territorial intenso durante el celo, el embarazo o cuando cuidan a sus cachorros. Protegen su espacio y a la camada ferozmente, pero habitualmente son menos territoriales fuera de estas circunstancias. Comprender estas dinámicas ayuda a manejar adecuadamente conductas como el ladrido, marcado o vigilancia.
Los machos no castrados tienen mayor tendencia a deambular, impulsados por la necesidad de buscar hembras en celo. Esto puede ocasionar intentos de escaparse de jardines o distracciones en los paseos, poniendo en riesgo su seguridad.
Las hembras tienden a vagar menos, aunque durante el celo suelen investigar más su entorno. Los dueños responsables deben extremar precauciones en esos periodos y esterilizar a sus perros para minimizar riesgos. Cercas seguras, supervisión y un adiestramiento constante son vitales para la protección del perro.
Los instintos sexuales influyen en el comportamiento de ambos sexos. Los machos no castrados sienten un impulso casi continuo de reproducirse, lo que puede llevar a conductas como montas sobre objetos u otros perros, inquietud y dificultad para concentrarse en el adiestramiento.
Las hembras muestran cambios principalmente durante el celo, con variaciones de ánimo que van desde apego intenso hasta retraimiento. Buscan activamente pareja y sufren alteraciones conductuales propias de esa etapa.
Dos machos no castrados juntos tienen mayor riesgo de agresión y peleas, especialmente si hay hembras en celo. La castración y presentaciones supervisadas son fundamentales para evitar conflictos.
Las hembras no esterilizadas suelen tolerarse mejor, pero pueden volverse territoriales y agresivas durante el celo, requiriéndose también una gestión cuidadosa.
Ningún sexo es inherentemente más cariñoso con las personas; la personalidad individual, la socialización temprana y un entrenamiento positivo y consistente son factores más determinantes. Tanto machos como hembras, con independencia de la esterilización, crean fuertes lazos afectivos si son tratados con amor y respeto.
Los perros esterilizados suelen ser más concentrados, receptivos y fáciles de adiestrar gracias a la reducción de distracciones hormonales. Los no esterilizados también pueden entrenarse exitosamente, pero requieren mayor paciencia y manejo durante fases estacionales o conductas sexuales.
Se recomienda evitar adiestrar a las hembras durante el celo, pues su concentración puede verse afectada. La constancia en rutinas y el refuerzo positivo son claves para el éxito.
La esterilización se recomienda generalmente entre los 6 y 12 meses de edad, aunque varía según la raza, tamaño y salud. Consulta con tu veterinario para determinar el mejor momento para tu mascota. La esterilización temprana ayuda a reducir problemas de comportamiento y riesgos médicos.
Las perras suelen tener un celo que dura alrededor de 2 a 3 semanas, ocurriendo aproximadamente dos veces al año. Durante este periodo pueden mostrar cambios claros de comportamiento y requieren manejo especial para evitar apareamientos no deseados y vagabundeos.
La elección entre un perro macho o hembra depende en gran medida de tu estilo de vida, preferencias y capacidad para gestionar comportamientos naturales. La esterilización modera significativamente esas diferencias, creando mascotas más tranquilas y manejables sin importar el sexo.
Consulta siempre con criadores y educadores responsables que prioricen la cría ética y la socialización para que tu cachorro crezca como un compañero equilibrado. La preparación y comprensión temprana de las necesidades de tu perro establecen la base para una relación feliz y armoniosa.