La diarrea es una afección común que afecta tanto a perros adultos como a cachorros, pero en los cachorros muy jóvenes puede ser especialmente grave y requerir atención veterinaria urgente. La diarrea persistente puede provocar deshidratación e incluso hospitalización, por lo que es fundamental entender sus causas y cómo manejarla de manera responsable.
Cuando un veterinario evalúa a un perro con diarrea, intenta determinar la causa subyacente, ya que esto influye significativamente en el tratamiento. La diarrea se clasifica en dos grandes grupos: diarrea intestinal primaria o secundaria, lo que indica si se origina en el propio tracto digestivo o es síntoma de otro problema. Una historia clínica detallada tomada del propietario ayuda mucho en el diagnóstico.
La diarrea intestinal primaria surge directamente por problemas dentro de los intestinos. Es crucial que el veterinario distinga si está afectado el intestino delgado o el grueso, ya que esto modifica los síntomas y el tratamiento:
Existen múltiples causas, algunas leves y transitorias, otras que necesitan un tratamiento más específico:
La colitis puede deberse a infecciones, hipersensibilidad alimentaria, parásitos o incluso cáncer de colon. La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) es otra causa en la que la inflamación crónica provoca mala absorción y diarrea prolongada.
La diarrea secundaria ocurre cuando la alteración fecal resulta de una enfermedad no intestinal. Algunas causas importantes incluyen:
El diagnóstico normalmente combina examen clínico y pruebas de laboratorio especializadas. El veterinario podría pedir la recogida de una muestra fecal para buscar parásitos, restos de alimentos no digeridos e infecciones bacterianas como salmonella o campylobacter. En algunos casos, se emplean diagnósticos avanzados como endoscopias y biopsias intestinales para evaluar inflamación o tumores.
El cuidado de un perro con diarrea depende de la gravedad. Los casos leves pueden tratarse en casa, pero los cachorros o perros con síntomas graves suelen necesitar hospitalización para terapia con fluidos y cuidados de apoyo:
El tratamiento para la enfermedad inflamatoria intestinal y la colitis incluye dietas hipoalergénicas y sin gluten y administración de medicamentos antiinflamatorios para calmar el intestino. También pueden usarse antibióticos de forma esporádica para controlar el sobrecrecimiento bacteriano.
Si tu perro o cachorro presenta diarrea junto con signos de letargo, debilidad, vómitos o deshidratación, consulta con un veterinario sin demora. Un cuidado temprano puede prevenir complicaciones graves y promover una recuperación rápida.
Respuesta rápida: normalmente se deja ayunar al perro entre 24 y 48 horas tras la aparición de diarrea para dar reposo al sistema digestivo, luego se reintroduce gradualmente una dieta suave y baja en grasas.
Después del inicio de la diarrea, el ayuno de uno a dos días puede favorecer la curación intestinal y reducir la irritación. Es fundamental que el agua esté siempre disponible para evitar la deshidratación. Tras el ayuno, se alimenta al perro con pequeñas porciones de comida fácilmente digestible y baja en grasas recomendada por el veterinario para restaurar la salud intestinal sin causar molestias adicionales. La reintroducción a la comida habitual debe hacerse de forma gradual para evitar recaídas.
Respuesta rápida: algunas causas de diarrea en perros, como infecciones bacterianas con salmonella y campylobacter, pueden ser zoonóticas, es decir, transmitirse a humanos, por lo que es vital mantener una buena higiene.
Campylobacter y salmonella son bacterias que causan diarrea en perros y pueden contagiarse a las personas, especialmente si no se mantienen adecuadas medidas higiénicas. Manipular las heces del perro, alimentos o agua contaminados exige lavado cuidadoso de manos. Las personas vulnerables, como niños pequeños, ancianos y personas inmunodeprimidas, deben tomar precauciones adicionales para evitar la infección. Sigue siempre las indicaciones de tu veterinario para minimizar riesgos zoonóticos.
Prevenir la diarrea implica un cuidado responsable que incluye mantener al día las vacunas para proteger contra enfermedades virales, control rutinario de parásitos a través de desparasitaciones, alimentación con dietas de alta calidad y evitar que los perros ingieran basura o sustancias desconocidas. La intervención veterinaria temprana ante cualquier signo de enfermedad puede reducir la gravedad y duración de la diarrea. Los chequeos regulares y las buenas prácticas higiénicas son clave para mantener a tu perro sano y feliz.
Al adquirir un cachorro nuevo, es esencial obtenerlo de criadores responsables o centros de adopción para garantizar buena salud y reducir riesgos de infecciones. La vacunación adecuada y el tratamiento antiparasitario son fundamentales desde los primeros días de vida del cachorro.
Comprendiendo la diarrea en perros y cachorros, reconociendo señales tempranas y actuando con pronta atención veterinaria, ayudarás a tu querido compañero a mantenerse bien y recuperarse rápidamente.