Introducir un cachorro en casa es una experiencia llena de alegría y nuevos aprendizajes. Sin embargo, cuando comienza la dentición, tu pequeño amigo puede empezar a morder todo a su alcance para aliviar sus encías doloridas. Esta es una etapa natural, aunque puede ser un reto tanto para ti como para tu cachorro.
Los cachorros desarrollan sus dientes de leche, conocidos como dientes deciduos, entre las 2 y 3 semanas de edad y generalmente tienen toda la dentadura temporal completa a las 8 semanas. Esta etapa coincide con el destete, tras el cual los dientes de cachorro comienzan a caerse entre las 8 y 12 semanas dejando paso a los dientes permanentes. La secuencia empieza con los incisivos, sigue con los colmillos, luego los premolares y finaliza con los molares. La mayoría de los cachorros tienen todos sus dientes definitivos a los 8 meses.
Al igual que en las personas, los cachorros pueden presentar problemas dentales durante la dentición. Es importante supervisar que los dientes definitivos erupcionen correctamente y no queden retenidos o crezcan en ángulos inadecuados. Si observas dientes de leche retenidos que no se caen o sospechas anomalías, deberías consultar con tu veterinario. Él evaluará la boca de tu cachorro y recomendará tratamientos si fuera necesario.
El veterinario podría sugerir la extracción quirúrgica de los dientes retenidos, frecuentemente coordinada con la esterilización o castración, para asegurar el correcto desarrollo dental y evitar problemas futuros.
Ofrece una variedad de juguetes blandos y seguros para cachorros, elaborados de goma o nylon suave. Estos ayudan a calmar las encías y satisfacen la necesidad natural de morder. Evita huesos duros o juguetes que puedan dañar los dientes frágiles de leche.
Congela o enfría algunos juguetes o proporciona zanahorias baby congeladas y cubitos de hielo. Los objetos fríos adormecen las encías y alivian el dolor, similar a los anillos de dentición para bebés humanos.
Como la dentición incrementa la conducta de morder, resguarda objetos de valor, cables eléctricos y cualquier elemento peligroso fuera del alcance para proteger tanto a tu cachorro como la vivienda.
Redirige inmediatamente las mordidas o mordisqueos hacia los juguetes. Usa señales calmadas pero firmes, como retirarle la atención cuando muerda, reforzando con elogios los hábitos adecuados de morder.
Utiliza geles de dentición o golosinas calmantes aprobados por veterinarios, diseñados específicamente para aliviar el dolor de los cachorros durante esta fase.
Si el cachorro tiene dificultades para comer alimento duro, ofrécele temporalmente comida húmeda o remojada para reducir las molestias bucodentales durante la alimentación.
Mantén citas rutinarias con el veterinario para monitorear el desarrollo dental. Intervenir temprano ante cualquier complicación mejora los resultados y ayuda a mantener cómodo a tu cachorro.
Si tu cachorro muestra signos de dolor intenso, mordisqueos persistentes que no mejoran con el entrenamiento, encías inflamadas, sangrado o dificultad para comer, una visita al veterinario es esencial. Problemas dentales como dientes retenidos o infecciones requieren atención profesional para prevenir complicaciones duraderas.
La dentición es una etapa natural y temporal en el desarrollo de tu cachorro. Al comprender este proceso y ofrecer juguetes adecuados, adiestramiento y cuidados veterinarios, puedes aliviar su incomodidad y proteger tus pertenencias. Un control dental cercano y abordar problemas temprano aseguran que tu cachorro tenga una boca saludable y feliz toda la vida.