Los perros suelen mostrarse indiferentes a la limpieza del agua que beben, a veces optando por charcos, arroyos o incluso agua del mar en lugar del agua fresca de sus bebederos. Nadar y jugar en cuerpos naturales de agua como estanques, lagos y mares ofrece un excelente ejercicio y diversión, especialmente para razas acuáticas como el perro de agua español o el terranova. Sin embargo, el agua al aire libre puede esconder peligros no visibles que representan riesgos graves para la salud de tu mascota.
Este artículo destaca cuatro peligros ocultos en fuentes de agua naturales y cómo proteger a tu perro de ellos.
Las algas azul-verde son bacterias microscópicas que prosperan en aguas dulces cálidas y estancadas, como lagos, estanques y arroyos, apareciendo frecuentemente como una capa verdosa o espuma en la superficie. Aunque a veces visibles, los florecimientos de estas algas pueden no ser evidentes hasta desarrollarse completamente. A pesar de su olor desagradable que disuade a las personas, los perros pueden sentirse atraídos, lo que implica un riesgo de exposición.
El contacto o ingestión de toxinas de estas algas puede provocar en los perros síntomas graves como irritación y erupciones en la piel, daño hepático y renal, y problemas en el sistema nervioso central. En casos severos, el envenenamiento puede causar convulsiones, colapsos o la muerte en pocas horas. Es fundamental evitar que tu perro nade o beba agua que pueda contener estas algas y en caso de sospecha, enjuagar bien a tu perro.
Nadar en el mar es un excelente ejercicio, pero beber agua salada no es seguro para los perros. Aunque la mayoría la evita por su sabor amargo, si no tienen acceso a agua dulce pueden beber agua de mar. La ingesta excesiva puede causar intoxicación por sal (hipernatremia), un desequilibrio que hace que los intestinos extraigan agua del torrente sanguíneo. Los síntomas incluyen diarrea, deshidratación, convulsiones y colapso, requiriendo atención veterinaria urgente.
Para prevenir la toxicidad por agua salada, ofrece agua fresca a tu perro cada 15 minutos durante las visitas a la playa y evita juguetes altamente absorbentes que retengan agua de mar y la goteen en la boca de tu perro al recuperarlos.
Las aguas costeras españolas pueden contener medusas de distintos tamaños y muchas son transparentes o del color del agua, dificultando su detección. Los perros pueden ser picados al nadar o jugar en la orilla. Las picaduras leves causan molestias similares a las de picaduras de insectos, pero múltiples o muy fuertes pueden provocar un shock anafiláctico, una emergencia que pone en riesgo la vida.
Se recomienda evitar playas donde se vean medusas varadas en la orilla, ya que puede haber muchas cerca. La vigilancia constante durante las excursiones a la costa es clave para la seguridad de tu perro.
Los cuerpos de agua naturales pueden contener bacterias y parásitos dañinos. Un riesgo importante es la leptospirosis, transmitida a través del agua contaminada con orina de roedores. Esta enfermedad puede causar daño hepático y renal, fiebre, letargo, vómitos y diarrea en los perros, con síntomas que pueden aparecer tiempo después de la exposición. La leptospirosis puede ser mortal pero se previene con la vacunación recomendada para perros que disfrutan de actividades acuáticas.
Otras bacterias y parásitos como Cryptosporidium y Giardia causan enfermedades gastrointestinales para las cuales no hay vacunas, por lo que es esencial evitar aguas estancadas o contaminadas. Los bebederos y charcos comunes también pueden propagar virus e infecciones fúngicas.
Conocer estos peligros ocultos y tomar precauciones mantiene a tu perro sano y seguro mientras disfruta del agua. Ser un dueño responsable implica reconocer riesgos y tomar decisiones informadas para proteger a tu fiel compañero.