El coronavirus canino (CCV) es una infección viral contagiosa que afecta a los perros en todo el mundo, principalmente el tracto intestinal. Es diferente del coronavirus que causa la COVID-19 en humanos y no se transmite a las personas. Esta infección afecta perros de todas las edades, pero es especialmente preocupante en cachorros, perros mayores y aquellos con el sistema inmunitario debilitado.
Existen dos tipos principales de coronavirus canino: el coronavirus entérico (intestinal) y el coronavirus respiratorio, que difieren en su forma de propagación y síntomas.
Coronavirus entérico canino (CCoV) provoca infecciones intestinales y se transmite principalmente por contacto oral con heces de perros infectados. Los perros pueden eliminar el virus por las heces hasta dos semanas, y algunos pueden convertirse en portadores, eliminando el virus de forma intermitente hasta seis meses. La transmisión suele darse en lugares donde los perros se reúnen en contacto cercano, como residencias caninas, exposiciones o parques, sobre todo si las condiciones higiénicas son deficientes.
Coronavirus respiratorio canino (CRCoV) se propaga a través de secreciones respiratorias, contacto directo entre perros o mediante objetos contaminados como mantas o juguetes. Causa síntomas respiratorios en lugar de gastrointestinales.
Los síntomas varían en gravedad y tipo según la cepa del coronavirus y el estado de salud del perro:
En muchos perros adultos los síntomas son leves o inexistentes, pero los cachorros y perros inmunodeprimidos tienen mayor riesgo de enfermedad grave. Si se asocia con otras infecciones como el parvovirus canino, la enfermedad puede ser mucho más severa.
Los síntomas del coronavirus canino pueden solaparse con otras enfermedades digestivas o infecciosas, por lo que el diagnóstico es complicado. Los veterinarios suelen utilizar análisis de orina y de sangre para ayudar a confirmar la presencia del virus.
En algunos casos, pueden recomendarse pruebas serológicas o detección específica de anticuerpos para diferenciar el CCV de otras infecciones.
El tratamiento depende de la gravedad de los síntomas y del estado inmunológico del perro. Los cachorros y perros gravemente afectados pueden necesitar hospitalización para recibir fluidos intravenosos, tratamientos antivirales, antibióticos en caso de infecciones secundarias y cuidados intensivos.
Los perros adultos saludables con síntomas leves suelen recuperarse con cuidados de soporte en casa y sin intervención médica. Es fundamental aislar a los perros infectados para evitar la propagación del virus.
Las buenas prácticas higiénicas, como la desinfección de áreas contaminadas con heces y evitar el contacto con perros infectados, son cruciales para controlar la enfermedad.
En España, la vacuna contra el coronavirus canino está disponible pero se considera no obligatoria. No se administra de forma rutinaria a todos los perros, pero puede recomendarse para perros de riesgo, como perros de exposiciones, aquellos que frecuentan residencias caninas o con el sistema inmunitario debilitado.
Esta vacuna protege específicamente contra la forma entérica del virus y no protege frente al coronavirus respiratorio ni a los coronavirus humanos.
Las medidas preventivas incluyen:
La tenencia responsable y la sensibilización sobre el coronavirus canino contribuyen a proteger a tu perro y a otros en la comunidad.