Debido a que los perros no cuentan con un lenguaje verbal tan desarrollado como el humano, dependen de una rica variedad de métodos de comunicación física para expresarse. Observar y entender estas señales fortalece el vínculo entre dueño y perro, y mejora el cuidado responsable. Los perros emplean principalmente lenguaje corporal, expresiones faciales y el tacto para manifestar emociones, intenciones y señales sociales, tanto con personas como con otros perros.
Los perros son comunicadores muy "honestos": su lenguaje corporal refleja claramente su estado de ánimo o intención presentes. Aprender a interpretar señales como apoyarse, usar la boca suavemente, olfatear, usar las patas y lamer te dará una comprensión más profunda de cómo se sienten y qué quieren decirte.
Cuando tu perro se apoya contra ti u otro perro, suele ser señal de búsqueda de cercanía, seguridad o compartir calor. Este comportamiento ocurre comúnmente entre perros y personas u otros perros en quienes confían y les agradan. Sin embargo, apoyarse también puede ser una forma pasiva de expresar dominancia, usando su tamaño o peso para afirmarse suavemente, como empujarte para pasar primero por la puerta o acceder antes al cuenco de comida.
El uso de la boca en el perro es cuando sujeta o mordisquea suavemente tu mano o brazo sin agresión. Es común en cachorros, que exploran el mundo con la boca. Al crecer, el uso de la boca enseña la inhibición de la mordida, es decir, cuánto apretar sin causar dolor. En perros adultos, este comportamiento suele continuar en momentos de juego o interacción afectuosa.
El sentido del olfato extraordinario del perro es una herramienta esencial de comunicación. A menudo se olfatean la cara o investigan objetos para recopilar información sobre olores y texturas. Olfatear puede interpretarse como un apretón de mano social canino o una forma de preguntar "¿qué has comido?". Debido a la cercanía que implica, este comportamiento indica confianza y amistad mutua, ya sea entre perros o entre perros y humanos.
Los perros usan sus patas para llamar la atención o pedir algo. También puede ser una señal sutil de dominancia o para pedir calma a otro perro o persona cuando la interacción se vuelve demasiado intensa. Presionar con la pata puede establecer físicamente un rol subordinado o moderar las interacciones, favoreciendo la armonía social.
Lamer es una de las conductas afectuosas más reconocidas en perros. A menudo lamen a las personas porque la piel humana es salada, pero también para comunicar felicidad y aprecio. Entre perros, el acicalamiento mutuo mediante lamidos fortalece vínculos sociales y comparte olores. Puede además tener una función sumisa o calmante, señalando "no soy una amenaza" a otro perro o persona.
Conocer estos métodos de comunicación física mejora la conexión con tu mascota y apoya su bienestar emocional. Observar el lenguaje corporal en contexto te permite responder adecuadamente a sus necesidades y estados de ánimo, ayudando a construir confianza y reducir el estrés. La tenencia responsable implica reconocer y respetar estas señales para fomentar interacciones positivas y relaciones saludables.
Para quienes consideren incorporar un perro a la familia, buscar cachorros de criadores responsables o adoptar en refugios asegura una adquisición ética y favorece el bienestar animal.
Los perros han desarrollado sistemas sofisticados de comunicación no verbal principalmente a través del lenguaje corporal, ya que el lenguaje vocal semejante al humano nunca evolucionó completamente en ellos. Sus señales físicas expresan estados emocionales como la amistad, el miedo, la dominancia o la sumisión. El movimiento del rabo, la posición de las orejas, las expresiones faciales, los pelos erizados y las conductas táctiles forman parte de este complejo lenguaje.
Entender la comunicación canina fomenta interacciones respetuosas y empáticas, asegurando que tu perro se sienta seguro y comprendido, en lugar de ansioso o confundido. Además, promueve métodos de adiestramiento positivos basados en el conocimiento, la amabilidad y la paciencia, en lugar del miedo o el castigo.
Si tu perro muestra conductas agresivas o confusas que no logras interpretar, es recomendable consultar con un especialista en comportamiento canino o un veterinario. Ellos pueden evaluar si hay problemas médicos, miedo o estrés implicados y ofrecer orientación personalizada para mejorar el bienestar y la comunicación con tu perro.
Aprendiendo a leer el lenguaje corporal de tu perro, profundizas vuestra relación y te conviertes en un propietario más atento y responsable, beneficiando finalmente la felicidad y salud de tu mascota.