Todo dueño de perro se ha preguntado en algún momento por qué su mascota muestra ciertos comportamientos inusuales. Muchos de estos actos son completamente naturales, con raíz en respuestas evolutivas o condicionadas. Otros pueden resultar desconcertantes e incluso preocupantes. Comprender estos comportamientos no solo fortalece el vínculo con tu perro, sino que también ayuda a detectar si hay algún problema que requiere atención.
Los perros pueden realizar acciones extrañas que sorprenden, pero son perfectamente normales. Por ejemplo, algunos perros disfrutan rodar en sustancias malolientes como excrementos de animales o materia en descomposición. Aunque para nosotros esto sea desagradable, es un comportamiento instintivo relacionado con hábitos ancestrales de enmascaramiento de olores o comunicación.
Muchos perros también disfrutan cavar agujeros y enterrar comida o juguetes, una conducta heredada de sus antecesores salvajes que almacenaban provisiones para el futuro. Otros pueden construir madrigueras o nidos o girar repetidamente antes de acomodarse, conductas vinculadas a ritos de comfort y seguridad heredados de antiguos ancestros que habitaban en madrigueras.
Pica se refiere al comportamiento donde los perros ingieren objetos que no son alimentos, tales como prendas pequeñas, plásticos o juguetes. Esto puede ser peligroso si estos objetos causan atragantamiento o bloqueo intestinal.
La pica puede señalar deficiencias dietéticas, aburrimiento o ansiedad. Es importante vigilar este comportamiento de cerca, proporcionar juguetes seguros para morder y consultar con un veterinario o experto en comportamiento canino si persiste.
Coprofagia es el consumo de heces, algo que puede causar preocupación en los dueños, pero que tiene explicaciones naturales. Los perros pueden comer heces de otros animales como ovejas o gatos, o incluso las propias, motivados por instinto o búsqueda de nutrientes debido a carencias dietéticas.
El estrés, la incertidumbre o la falta de estímulos también pueden desencadenar la coprofagia. En la naturaleza, las hembras caninas a veces ingieren las heces de sus cachorros para limpiar la madriguera y proteger a la camada de depredadores. Asegurar que tu perro tenga una dieta equilibrada, una rutina estable y enriquecimiento ambiental puede ayudar a reducir esta conducta.
Los comportamientos obsesivo-compulsivos pueden manifestarse en perros de manera similar a los humanos, presentándose como acciones repetitivas impulsadas por ansiedad. Ejemplos son caminar sin cesar por la casa y el jardín, ladrar persistentemente cuando están solos, proteger obsesivamente recursos como juguetes o comida, o movimientos repetitivos como girar en círculos.
Estas conductas suelen originarse por estrés, ansiedad o aburrimiento. Los perros que pasan demasiado tiempo solos sin estímulos pueden inventar sus propias formas de entretenimiento, que pueden volverse compulsivas. Proporcionar suficiente estimulación mental, ejercicio y una rutina predecible puede ayudar a mitigar estos comportamientos. En casos persistentes o graves, consulta con un especialista en comportamiento canino.
Polifagia significa un apetito insaciable o incapacidad para dejar de comer incluso estando saciados físicamente. Las causas pueden variar desde problemas psicológicos como miedo a la escasez de comida, conducta aprendida por privaciones anteriores, hasta afecciones médicas que afectan hormonas del apetito.
Regula las comidas de tu perro con porciones medidas y horarios fijos, evitando sobrealimentarlo. Si tu perro siempre parece hambriento o come en exceso, una revisión veterinaria y, posiblemente, ayuda de un especialista en comportamiento canino, será beneficiosa.
Muchos otros comportamientos que parecen extraños tienen raíces evolutivas o son formas de comunicación. Por ejemplo, los perros a veces patean el suelo tras defecar para esparcir sus marcas olfativas, un instinto territorial. Arrastrar el trasero puede indicar molestias o problemas en las glándulas anales, por lo que vigilar y consultar al veterinario es importante si es frecuente.
Entender estos comportamientos con compasión y respuesta adecuada favorece el bienestar de tu perro y fortalece vuestro vínculo.
Al abordar el comportamiento de tu perro, promueve siempre la tenencia responsable. Proporciónale una dieta equilibrada, cuidados veterinarios regulares, un ambiente enriquecido y técnicas de adiestramiento positivas. Evita métodos punitivos, que pueden aumentar el estrés o empeorar conductas compulsivas.
Si estás interesado en incorporar un perro a tu familia, puedes buscar un cachorro en criaderos responsables que prioricen la salud, temperamento y la crianza ética. La adquisición y cuidado responsables son clave para perros felices y sanos, y dueños satisfechos.
Muchos comportamientos caninos extraños, aunque desconcertantes, pueden entenderse a través de instintos naturales, necesidades nutricionales y bienestar emocional. Saber cuándo un comportamiento es normal y cuándo indica un problema es fundamental para la tenencia responsable de mascotas.
Observando atentamente a tu perro, asegurando su cuidado adecuado y consultando a profesionales cuando sea necesario, podrás apoyar su felicidad y salud. Acepta las peculiaridades de tu compañero canino; forman parte de lo que hace a los perros tan maravillosamente únicos.