Acoger un gato rescatado o un gatito en tu vida puede ser muy gratificante. Los gatos rescatados suelen provenir de situaciones complicadas y un hogar cálido y estable les brinda el amor y la seguridad que necesitan. Es fundamental conocer todo lo posible sobre su historia, especialmente si tienes niños u otras mascotas. Entender su temperamento y su historial social te ayudará a preparar una introducción suave y reducir el estrés para todos.
Aspectos importantes a considerar incluyen:
Muchos prefieren gatitos por su naturaleza juguetona, pero los gatos adultos suelen ser compañeros más tranquilos y pueden adaptarse mejor a hogares con ritmos de vida más agitados. Los centros de rescate en España suelen disponer tanto de gatitos para adopción como de adultos. Considera bien tu estilo de vida antes de decidir.
Antes de traer a tu gato rescatado a casa, asegúrate de poder ofrecer un ambiente seguro y cómodo. Evalúa el espacio disponible, si cuentas con una zona exterior segura para que pueda salir si lo deseas, y el tiempo para dedicarle cuidado, alimentación, higiene y salud. Económicamente, planifica gastos para el microchip, vacunas, esterilización, control de parásitos y visitas al veterinario. Piensa también en quién cuidará de tu gato durante vacaciones, ya sea un amigo de confianza o una residencia felina autorizada.
La mayoría de los centros de rescate efectúan una visita para verificar la idoneidad del hogar. Esta es una buena oportunidad para resolver dudas y plantear inquietudes. Los gatos son curiosos y pueden estar expuestos a riesgos como plantas tóxicas comunes en España, por ejemplo, los lirios o jacintos. Por eso, es esencial reforzar la seguridad en casa y en el jardín para proteger a tu nuevo amigo.
Ten listos los siguientes elementos antes de que llegue el gato:
Registra a tu gato con un veterinario nada más recibirlo y valora contratar un seguro para mascotas que cubra gastos imprevistos.
Prepara una habitación tranquila y segura donde tu nuevo gato pueda adaptarse solo, con sus propios comedero, bebedero, arenero, cama y juguetes. Este espacio limitado le ayudará a aclimatarse sin sentirse abrumado.
Asegúrate de cerrar puertas y ventanas al llegar para evitar que escape. Permite que el gato explore ese espacio a su ritmo, sin agobios ni demasiada atención. Los miembros de la familia, en especial los niños, deben permanecer tranquilos y dejar que el gato se acerque cuando esté listo.
En hogares con más mascotas, intercambia ropa de cama o frota un paño suave en las mejillas de cada gato para transferir sus olores. Coloca estos elementos en los espacios de los demás para favorecer la familiarización sin contacto directo, reduciendo así tensiones.
Permite que el nuevo gato y las mascotas residentes puedan verse a través de una puerta o una reja para bebés. Ofréceles premios y juega cerca para crear asociaciones positivas.
Cuando los gatos parezcan relajados, organiza encuentros breves y supervisados en un lugar neutral. Pon a disposición escondites y zonas elevadas, como rascadores y árboles para gatos. No fuerces el contacto y sigue con precaución y paciencia según sea necesario.
Prepárate para un proceso gradual que puede durar desde días hasta meses. Los gatos tímidos o miedosos tardan más en adaptarse. Usa una comunicación suave, como hablar bajito y parpadear lentamente para generar confianza. Observa señales de estrés y ajusta tu método según sea necesario.
Introduce a los niños y otros familiares de forma paulatina, enseñándoles a ser gentiles y respetar los límites del gato. Evita abrumar a tu mascota y fomenta interacciones calmadas y positivas.
Presentar un gato rescatado requiere paciencia, preparación y seguir un enfoque paso a paso para asegurar una transición sin contratiempos. Comprendiendo sus necesidades y avanzando poco a poco con olores, vistas y encuentros supervisados ayudarás a crear un hogar armonioso. Recuerda que cada gato es único y respetar su ritmo y preferencias dará lugar a un nuevo miembro familiar feliz y seguro.