El uso del transporte público está en auge en España y muchos dueños de perros quieren incluir a sus mascotas en sus salidas. Viajar en autobús, tren o metro con tu perro puede ser una experiencia enriquecedora que favorece la socialización y mejora la calidad de vida de tu perro. Esta guía ofrece consejos de expertos en comportamiento canino y recomendaciones prácticas para que ambos disfruten de un viaje seguro y agradable.
Antes de salir, es fundamental llevar contigo todo lo necesario para el confort y bienestar de tu perro. Lleva premios sabrosos, agua fresca en un recipiente anti-derrames y una toalla limpia para limpiar tras el paseo. Elige horarios tranquilos para tu viaje y así evitar que tu mascota se estrese. También conviene revisar la política de cada compañía de transporte público, ya que las normas pueden variar; por ejemplo, en Renfe se permiten perros pequeños en transportines y perros más grandes con correa y bozal.
Practica en casa con tu perro el control de impulsos mediante comandos como sentarse, esperar y mantenerse tranquilo, incluso con distracciones. Este comportamiento tranquilo ayudará a tu perro a mantenerse relajado en estaciones y vehículos concurridos.
Los viajes en autobús son ideales para principiantes por su duración corta y simplicidad frente al tren. Comprueba con antelación que se permiten perros; en empresas como EMT Madrid, pueden viajar en autobús pero siempre sujetos y con bozal obligatorio para perros de razas potencialmente peligrosas.
En el autobús, escoge un asiento donde haya espacio en el suelo para tu perro. Los asientos preferentes pueden ser una buena opción si están libres, pero respeta siempre las prioridades de otros pasajeros. Comienza con trayectos breves, de una o dos paradas, para que tu perro se familiarice poco a poco con la experiencia.
Asocia los viajes en autobús con experiencias positivas, no solo visitas al veterinario, para fomentar el entusiasmo de tu perro por viajar. Por ejemplo, los cachorros de Labrador Retriever suelen adaptarse rápidamente con refuerzo positivo.
El tren y el metro abren la posibilidad de explorar parques, playas y visitar familiares en otros lugares. Estos viajes pueden ser más complejos por el ruido y las aglomeraciones, por lo que es importante preparar bien a tu perro.
Introduce a tu cachorro o perro pequeño al entorno de la estación observando con calma los trenes a distancia, para que se acostumbre a los ruidos y movimientos. Para perros grandes, mantenlos con correa corta y observa sus reacciones ante los sonidos del tren.
Para el primer viaje, escoge horas fuera de hora punta para que haya menos pasajeros y espacio. Tu perro debe sentarse tranquilo en el suelo a tus pies o, si es pequeño, en tu regazo. Está prohibido que los perros ocupen asientos; mantenerlo a tu lado es una cuestión de educación y respeto.
Comunícate amablemente con otros pasajeros respecto al espacio y la interacción con el perro. La mayoría aprecia ver un perro bien educado, pero siempre pregunta antes de permitir que alguien se acerque a tu mascota.
Es fundamental vigilar el bienestar de tu perro durante el viaje. Los signos de estrés pueden incluir jadeo, bostezos, lamido de labios o querer alejarse. Ante esto, calma a tu perro con palabras suaves o haz una pausa breve cuando ya hayas salido del vehículo.
Los propietarios responsables saben que deben mantener a sus perros seguros y relajados, especialmente en espacios cerrados. Los trayectos cortos y frecuentes fortalecerán su confianza y crearán una asociación positiva con viajar.
Con preparación, entrenamiento y paciencia, viajar en transporte público con tu perro puede ser una experiencia sencilla y gratificante. Estas salidas enriquecen la vida de tu mascota y te ayudan a descubrir sitios nuevos juntos. Comienza poco a poco, respeta el espacio y las necesidades de otros, y celebra cada viaje exitoso. ¡Nos vemos en la playa!