Los gatos son criaturas increíblemente únicas, cada uno con su propia personalidad y manías. Si compartes tu hogar con un gato, sabes que muchas veces son ellos quienes mandan, dejándote claro cuándo quieren atención, comida o descanso.
Desafortunadamente, como todas las mascotas, los gatos a veces pueden enfermar y necesitar medicación. Administrar comprimidos a un gato puede ser complicado debido a su naturaleza exigente y al estrés que esto genera tanto en el animal como en su dueño. Se requiere paciencia, creatividad y una manipulación suave para asegurar que tu amigo felino tome su medicina sin daño ni ansiedad.
Una estrategia habitual es disfrazar el comprimido dentro de la comida favorita de tu gato. Es recomendable consultar primero con tu veterinario para confirmar que el medicamento se puede mezclar o triturar y añadir a la comida sin riesgo.
Una técnica popular es usar una pequeña cantidad de comida húmeda, especialmente tipo paté, para cubrir el comprimido. Forma una pequeña "albóndiga" alrededor del comprimido para asegurarte de que quede completamente cubierto y ofrécela a tu gato. Puedes probar la técnica de "tres albóndigas," dando una albóndiga normal, luego la medicada y finalmente otra normal para fomentar la ingesta.
Si tu gato rechaza la comida, considera dársela justo antes de su comida habitual, así será más probable que la acepte a pesar del sabor diferente. Siempre observa que el gato haya tragado el comprimido completamente para asegurarte de que la dosis sea efectiva.
Triturar los comprimidos a veces ayuda, especialmente si el gato es reacio a tragar la pastilla entera. Sin embargo, la medicación triturada suele tener un olor y sabor más fuertes que pueden hacer que el gato rechace la comida.
Para facilitar la aceptación, mezcla el comprimido triturado con pequeñas porciones de alimentos frescos y sabrosos que le gusten, como pollo o pescado cocido. Asegúrate de añadir la medicación justo antes de alimentar para conservar la potencia del medicamento, y no calientes la comida tras añadirla para no alterar los ingredientes activos.
Corta la comida en trozos pequeños para que el gato los pueda tragar fácilmente. Verifica siempre que no haya huesos en el pescado para evitar atragantamientos.
Los gatos suelen ser exigentes, pero a muchos les encanta el pescado. Ofrecer pescado crudo o cocido puede ser una buena forma de esconder la medicación. Ten en cuenta las preferencias de tu gato; algunos prefieren pescado blanco, otros gambas o pescado graso. Asegúrate de que el pescado esté fresco, sin espinas y cortado en trozos pequeños antes de mezclar el comprimido triturado.
Recuerda dejar que el pescado cocido se enfríe a temperatura ambiente antes de añadir la medicina para evitar alterar la eficacia del comprimido o causar toxicidad.
Si tu gato rechaza la comida medicada, puede que tengas que administrar el comprimido manualmente. Acércate a tu gato con calma y suavidad para no asustarlo. Sigue estos pasos:
Recompensa a tu gato después con caricias o un premio para asociar el proceso a algo positivo. Si lo consideras necesario, utensilios como los 'aplasta pastillas' pueden facilitar la técnica y hacerla más segura.
Cada gato es diferente y puede que necesites probar varios métodos para descubrir cuál funciona mejor. Cambiar los tipos de comida, la temperatura o las técnicas te ayudará a identificar la preferencia de tu gato.
La paciencia y la calma durante la administración reducen el estrés en ambos y mejoran el resultado.
Si tras varios intentos es imposible que tu gato tome los comprimidos, habla con tu veterinario. Puede ofrecer tratamientos alternativos como medicamentos líquidos, inyecciones o geles transdérmicos que son más fáciles de administrar.
Administrar un comprimido a un gato suele ser una de las tareas más complicadas en el cuidado de mascotas, pero con amabilidad, paciencia y creatividad puede ser llevadero. Siempre prioriza el bienestar de tu gato y busca consejo veterinario ante dificultades persistentes o dudas sobre la seguridad de la medicación.