Traer un cachorro a tu vida es una experiencia emocionante y una gran responsabilidad. Lo ideal es que los cachorros permanezcan con su camada hasta las ocho a doce semanas de edad, periodo crucial para aprender habilidades sociales con su madre y hermanos, además de acostumbrarse a interacciones positivas con personas. La forma en que recibas a tu cachorro en casa influirá en su comportamiento y confianza futura como perro adulto.
El cambio de una camada conocida a un nuevo hogar puede ser intimidante para el cachorro. Para facilitar esta transición, lleva una prenda tuya usada en tu última visita al criador. Este artículo lleva tu olor, brindando confort al cachorro al estar rodeado de un aroma familiar. Cuando viajes con el cachorro, incluye esta prenda en su transportín y colócala en su cuna en casa. Tener tu aroma cerca ayuda a reducir la ansiedad en este momento de adaptación.
Recoge a tu cachorro lo antes posible durante el día para que tenga tiempo de adaptarse a su nuevo entorno antes de que oscurezca. Un día lleno de actividad y caricias suaves suele ayudar al cachorro a sentirse cansado y preparado para descansar, facilitando la primera noche. Si es posible, toma unos días libres para no dejarlo solo, lo cual puede ser estresante. Supervisa siempre las interacciones entre niños y el cachorro, ya que requieren manejo cuidadoso y vigilancia constante.
El entrenamiento para ir al baño debe iniciarse inmediatamente. Apenas llegues a casa, saca al cachorro rápidamente al exterior y prémialo calurosamente cada vez que haga sus necesidades fuera. Este refuerzo positivo fomenta buenos hábitos desde temprano. La paciencia y la constancia son fundamentales para el éxito en el adiestramiento, especialmente durante las primeras semanas de aprendizaje.
Deja que tu cachorro explore su nuevo entorno bajo supervisión atenta. Esto fortalece su confianza y le ayuda a familiarizarse con su hogar. Ten cuidado con posibles peligros como escaleras o puertas abiertas hacia el exterior. Ten a mano golosinas para premiar su atención hacia ti, fortaleciendo su vínculo y los cimientos del adiestramiento.
La introducción de un cachorro a otras mascotas del hogar debe realizarse con precaución para evitar estrés o conductas territoriales. El primer encuentro debería ser en un espacio neutral, como el jardín. Ten presente que las mascotas residentes pueden sentirse amenazadas inicialmente, por lo que las presentaciones deben ser calmadas y graduales. Asegúrate de que el cachorro esté completamente vacunado antes de llevarlo a lugares públicos o encuentros con perros desconocidos. Establece una "zona segura" dentro de casa donde pueda refugiarse si se siente abrumado, ofreciéndole un espacio seguro para relajarse.
Escoge un nombre sencillo y comienza a usarlo cuanto antes para que el cachorro aprenda a reconocerlo rápidamente. Evita nombres complicados o que suenen similares a órdenes negativas. El reconocimiento temprano facilita las sesiones de adiestramiento a medida que crece.
Decidir el lugar donde dormirá el cachorro es clave para que se sienta seguro. Muchos expertos recomiendan usar una jaula o transportín en tu dormitorio durante las primeras noches para reducir el estrés y la ansiedad por separación. Coloca el recinto cerca de ti para que el cachorro sienta tu presencia sin ser molestado. Si llora, háblale suavemente para tranquilizarlo, evitando cogerlo en brazos para no fomentar el hábito de despertarte. Con el tiempo, mueve gradualmente la jaula al lugar elegido, ayudando al cachorro a adaptarse sin perder la sensación de seguridad.
Los cachorros prosperan con la rutina. Mantener horarios constantes para la alimentación, el juego, el baño y el descanso proporciona seguridad y facilita la adaptación a su nueva vida. Mantén un ambiente tranquilo, evitando visitas abrumadoras o ruidos fuertes durante las primeras semanas. Esto ayuda a que el cachorro se asiente y reduzca el miedo.
Ayudar a un nuevo cachorro a adaptarse consiste en crear un espacio seguro, reconfortante y con rutinas claras. Enseñando a tu cachorro a relajarse y sentirse protegido desde el principio, estarás sentando las bases para un perro adulto equilibrado, capaz de afrontar con confianza nuevos entornos y situaciones. Con paciencia, supervisión cariñosa y refuerzo positivo constante, tu cachorro crecerá feliz y tranquilo, convirtiéndose en un miembro querido de tu familia.