Ayudar a tu perra a dar a luz es un proceso natural que la mayoría de las perras manejan de forma instintiva. Sin embargo, como dueño responsable en España, conocer cómo preparar y apoyar a tu perra durante el parto puede marcar una gran diferencia para asegurar un alumbramiento tranquilo tanto para la madre como para los cachorros. Esta guía te acompañará paso a paso, desde la preparación hasta los cuidados posteriores al parto.
La preparación adecuada es fundamental para crear un espacio tranquilo y seguro para el parto de tu perra. Empieza por elegir un lugar silencioso, sin corrientes de aire, dentro de tu hogar, donde ella se sienta cómoda. Prepara una cuna o caja de parto limpia o una piscina pequeña de plástico forrada con ropa suave o mantas limpias. Deja que tu perra se familiarice con esa zona con suficiente antelación para que la acepte como su espacio.
A medida que se acerque la fecha estimada de parto (usualmente 63 días desde la monta), controla la temperatura de tu perra diariamente. Una bajada por debajo de 37,7C suele indicar que el parto comenzará en las próximas 24 horas. Aliméntala con una dieta de alta calidad formulada para perras gestantes o cachorros, garantizando la nutrición extra necesaria, y evita suplementos de calcio a menos que tu veterinario los recomiende explícitamente.
El parto se divide en varias etapas. La primera fase se caracteriza por conductas de anidamiento y contracciones que pueden durar entre 6 y 12 horas. La segunda fase corresponde al nacimiento de los cachorros, normalmente con un cachorro cada 30 minutos a una hora. La tercera fase es la expulsión de las placentas, que suele ocurrir tras cada cachorro.
Lleva un registro detallado de los tiempos de cada etapa y nacimiento, anotando si tu perra hace esfuerzos fuertes durante más de 30 minutos sin que nazca ningún cachorro, o si hay un intervalo mayor a cuatro horas entre cachorros. Estos signos podrían indicar complicaciones y requieren consulta veterinaria inmediata.
La mayoría de las perras pueden parir sin necesidad de intervención, y entrometerse innecesariamente puede causar estrés o problemas. Solo ayuda si hay dificultad clara, como un cachorro atorado o si la madre no retira la membrana amniótica.
Si es necesario intervenir, rompe suavemente la membrana para que el cachorro pueda respirar y sécalo con una toalla limpia para estimular la respiración. Corta y liga el cordón umbilical a aproximadamente 1,5 cm del abdomen del cachorro con hilo esterilizado y tijeras limpias para prevenir infecciones. No tires del cachorro; si tienes dudas, contacta inmediatamente con tu veterinario.
Si tu perra está cómoda contigo cerca, bríndale tranquilidad con un tono calmado y palabras suaves. Respeta su espacio si prefiere estar sola para evitar ansiedad. Proporciónale agua fresca y snacks de alta energía agradables como comida blanda o un poco de helado de vainilla entre los nacimientos, pero sin forzarla a comer o beber.
Durante el parto su atención está en el nacimiento, así que mantén las interacciones al mínimo y evita movimientos bruscos o ruidos fuertes cerca de la zona de parto.
Tras el parto, tu perra necesitará descansar y también mantener buena hidratación y alimentación. Ten agua fresca y comida blanda fácil de digerir a mano. Minimiza ruidos y visitas en casa para reducir el estrés. Observa que los cachorros se alimentan bien y ganan peso; si es posible, pésalos diariamente sin separarlos demasiado de la madre.
Maneja a los cachorros solo después de que la madre los haya reconocido y aceptado para evitar rechazo. Contacta con tu veterinario rápidamente si notas síntomas de enfermedad o malestar en la madre o los cachorros.
Siguiendo estos pasos completos, podrás crear un entorno acogedor que apoye el proceso natural de parto de tu perra, estando listo para ayudar cuando sea necesario. Siempre prioriza el bienestar de tu perra y busca asesoramiento veterinario si tienes dudas.