Es la peor pesadilla para cualquier amante de los perros: que su perro sea atropellado por un coche u otro vehículo. Para los conductores, atropellar a un perro que se ha escapado a la carretera también puede ser una experiencia impactante. En estas situaciones, para los dueños, conductores o peatones, saber cómo responder con calma y efectividad es vital, especialmente cuando el shock dificulta tomar decisiones racionales.
Si te preguntas qué pasos seguir tras un accidente de tráfico que involucra a un perro, seas propietario, conductor o testigo, esta guía ofrece consejos claros y compasivos para salvar vidas y mantener la seguridad de todos.
Prevenir siempre es mejor que curar. Para minimizar riesgos, mantén siempre a tu perro con correa cuando esté cerca de la carretera y asegúrate de que tu jardín o cualquier espacio exterior esté bien cerrado para impedir que tu perro acceda al tráfico.
Los conductores deben respetar los límites de velocidad y adaptar la velocidad a las condiciones de la vía, manteniendo vigilancia constante ante posibles peligros incluyendo animales cerca de la carretera. Mantén distancias seguras y asegúrate de que los frenos del vehículo estén en buen estado para detenerse rápidamente si es necesario. Una conducción atenta reduce la probabilidad de accidentes con perros.
En caso de atropellar a un perro con tu vehículo, la ley española exige detenerse de inmediato e informar a la policía local. El conductor debe permanecer en el lugar hasta que llegue la policía y dé permiso para marcharse, tras evaluar la situación.
Si presencias un atropello y el conductor huye sin detenerse, llama al 112 rápidamente y, si es seguro, anota los datos del vehículo. La denuncia rápida ayuda a garantizar responsabilidad legal y que el perro reciba la atención necesaria.
Después del atropello, el instinto puede ser correr hacia la carretera para ayudar, pero la seguridad debe ser prioridad. Evalúa cuidadosamente el entorno para no ponerte en riesgo con el tráfico.
Si es posible, utiliza triángulos de emergencia u otros sistemas para alertar a otros conductores. Pide ayuda a personas presentes para controlar y desviar el tráfico o hazlo tú mismo mientras alguien atiende al perro. Esta coordinación evita más accidentes y protege a personas y animales.
Guardar el teléfono del veterinario local en el móvil es invaluable. Si no, pide ayuda a peatones o conductores para contactar con el veterinario más cercano, o llama al 112 para emergencias veterinarias. Avisar inmediatamente al veterinario es crucial porque la asistencia urgente puede tardar, especialmente fuera de horario.
Aunque en casos graves el veterinario puede acudir al lugar, generalmente es mejor y más rápido trasladar al perro a una clínica veterinaria cercana si se puede mover sin peligro.
Sin formación ni equipos veterinarios, las opciones son limitadas pero importantes. Mantén al perro calmado y quieto para evitar más lesiones. Si el perro está en la carretera y corre peligro, muévelo con cuidado a un lugar seguro solo si no le causas daño adicional.
Comprueba que el perro respira bien y controla cualquier hemorragia con paños limpios o tu ropa. Cubre al perro con un abrigo o manta para conservar el calor y habla suavemente para tranquilizarlo. Ten en cuenta que un perro herido puede mostrarse defensivo, protégete para evitar mordeduras.
No le des comida, bebida ni medicamentos sin indicación veterinaria, pues podría empeorar su estado.
Comunica al veterinario toda la información disponible sobre lo ocurrido, tus observaciones y las acciones realizadas. Sigue sus indicaciones cuidadosamente para el manejo y traslado, reduciendo el estrés y riesgos para el perro.
Aun si las heridas parecen leves, el veterinario debe examinar al perro rápido para descartar lesiones internas ocultas.
El transporte es el siguiente paso esencial. Usa tu coche o pide ayuda a conductores cercanos o familiares si no dispones de vehículo. Que el veterinario acuda al lugar es ideal pero no siempre viable.
Asegura al perro para evitar movimientos que puedan causar más daño durante el trayecto.
Antes de irte, anota los datos de todas las personas implicadas o testigos, incluyendo matrícula y datos del conductor, del propietario si está presente, y también de los agentes de policía en el lugar. Esta información es clave para consentimiento veterinario, seguros y trámites legales.
Si encuentras un perro herido sin dueño cerca, revisa casas cercanas o la placa del collar del perro para datos de contacto. Los veterinarios escanean el microchip para localizar rápidamente al propietario.
Contactar con el dueño es vital para tomar decisiones sobre el tratamiento y la cobertura económica.
Los veterinarios proporcionan atención de emergencia para aliviar el dolor y estabilizar al perro. Después del tratamiento inicial, el dueño o persona responsable debe decidir sobre cuidados continuos o eutanasia y asumir los costes.
En ciertos casos, la responsabilidad económica puede recaer legalmente en el conductor, tras las investigaciones pertinentes.
Un accidente de tráfico con un perro es estresante para todos. Los dueños deben buscar apoyo emocional y mantenerse en contacto con el veterinario sobre la evolución del perro.
Es importante tomar medidas para evitar futuros accidentes, como entrenamiento adicional o mejor contención del animal.
Estar preparado, actuar con calma y tener conocimientos claros puede marcar la diferencia en estas situaciones traumáticas. La tenencia responsable y el conocimiento de los pasos legales y prácticos protegen a nuestros queridos perros en las carreteras de España.
Venta de cachorros - asegúrate de adquirir tu perro en criadores respetables o centros de adopción para promover una tenencia ética.