Los cachorros de Papillon son perros enérgicos y alegres, reconocidos por sus llamativas orejas que parecen mariposas. A pesar de su naturaleza vivaz, los Papillons pueden presentar episodios de cojeo que preocupan a sus dueños. Esta guía completa abarca las causas comunes, signos clínicos, diagnóstico, tratamiento y prevención para ayudarte a entender cuándo acudir al veterinario y cómo apoyar el bienestar de tu perro.
La luxación medial de la rótula es uno de los problemas ortopédicos más frecuentes en razas pequeñas como el Papillon. Esta afección implica que la rótula se desliza fuera de su surco normal en el fémur, habitualmente desplazándose hacia la parte interna de la rodilla. Suele ser congénita o desarrollarse con el crecimiento debido a una desalineación anatómica.
Los signos clínicos varían desde cojeos intermitentes o un andar saltando sobre tres patas, hasta cojeos persistentes. Algunos perros pueden parecer normales la mayor parte del tiempo, pero las luxaciones repetidas pueden dañar la articulación y aumentar el riesgo de artritis. La gravedad de la LMR se clasifica en grados del uno al cuatro; los grados tres y cuatro suelen requerir cirugía, mientras que casos leves pueden controlarse con manejo del peso y fisioterapia.
La rotura del ligamento cruzado craneal ocurre frecuentemente en perros activos y puede causar cojeo severo repentino, a veces dejando al perro incapaz de apoyar peso en la pata afectada. Los Papillons con luxación de rótula tienen un mayor riesgo de sufrir esta lesión. La rotura desestabiliza la articulación de la rodilla, provocando dolor, movilidad anormal y puede derivar en artritis si no se trata.
El diagnóstico incluye examen veterinario y radiografías. El tratamiento suele requerir cirugía para estabilizar la articulación, acompañada de rehabilitación. La intervención temprana mejora los resultados.
Los Papillons son propensos a lesiones de tejidos blandos como cortes, hematomas o cuerpos extraños (por ejemplo, espigas de hierba) que pueden alojarse en el pelaje o la piel causando dolor y cojeo. También reacciones alérgicas, infecciones en las uñas o contusiones por traumatismos menores contribuyen. Una evaluación veterinaria rápida y el tratamiento adecuado reducen complicaciones.
Los Papillons activos pueden sufrir esguinces o distensiones en ligamentos, tendones o músculos resultado de giros bruscos o sobreesfuerzos, generando diversos grados de cojeo. El reposo, antiinflamatorios y fisioterapia suelen facilitar la recuperación, salvo que la lesión sea grave.
La artritis suele desarrollarse en perros mayores o con lesiones previas como LMR o LCC. Se manifiesta principalmente como rigidez articular más que cojeo claro, pero afecta significativamente la movilidad y el bienestar. El apoyo veterinario con manejo del dolor y suplementos articulares es clave para mejorar la calidad de vida.
Aunque menos frecuente, el daño en los nervios que irrigan las extremidades puede causar cojeo. Problemas como hernias discales en la columna pueden comprimir nervios produciendo dolor, parálisis o debilidad. El diagnóstico requiere evaluación neurológica y estudios por imagen; el tratamiento varía desde manejo médico a cirugía.
Cualquier cojeo observado, especialmente si persiste o empeora, debe motivar una visita al veterinario. El veterinario realizará exploraciones físicas y probablemente radiografías para determinar las causas subyacentes. En algunos casos, se puede probar reposo y antiinflamatorios antes de recurrir a pruebas más avanzadas.
Mantener el peso ideal de tu Papillon es fundamental, ya que incluso un ligero sobrepeso aumenta la presión en las articulaciones, especialmente en razas de huesos finos como esta. Consulta con tu veterinario o enfermero veterinario para evaluar y controlar adecuadamente el peso de tu mascota.
Los suplementos articulares con glucosamina y condroitina pueden apoyar la salud de las articulaciones, particularmente en perros activos o predispuestos. Sin embargo, son complementarios y no sustituyen la atención veterinaria cuando existe una lesión o enfermedad.
Para casos graves de LMR o LCC, la cirugía suele ser la opción recomendada para restaurar la estabilidad y función articular. La fisioterapia y la hidroterapia postoperatorias mejoran notablemente la recuperación al recuperar suavemente fuerza muscular y movilidad.
Las estrategias preventivas incluyen prácticas de cría responsables con pruebas genéticas para reducir la predisposición hereditaria a problemas de cojeo. Además, el ejercicio controlado y revisiones veterinarias regulares ayudan a detectar problemas a tiempo.
El cojeo en Papillons puede deberse a varias causas, principalmente luxación medial de la rótula y lesión del ligamento cruzado craneal. Una evaluación veterinaria pronta, mantener el peso corporal ideal y el tratamiento adecuado que puede incluir cirugía y rehabilitación aseguran los mejores resultados posibles. La tenencia responsable e informada ayuda a que tu Papillon disfrute de una vida activa y sin dolor.