El cachorro de Shih Tzu es una de las razas pequeñas más adorables, conocido por su pelaje esponjoso y naturaleza cariñosa. Si estás pensando en tener un Shih Tzu en casa, comprender sus necesidades y características es fundamental para una tenencia responsable.
Esta guía incluye cinco datos útiles sobre los cachorros de Shih Tzu, para ayudarte a brindar el mejor cuidado y disfrutar de una relación feliz con tu compañero peludo.
El Shih Tzu suele tener camadas pequeñas, con un promedio de tres a cinco cachorros. Como muchas razas pequeñas, los cachorros de Shih Tzu maduran rápido, alcanzando la madurez sexual entre los seis y diez meses. Se recomienda la cría responsable, esperando que la perra tenga al menos 18 meses antes de criar. La esterilización temprana es aconsejable para evitar camadas no deseadas, vigilando cuidadosamente la madurez sexual.
Los Shih Tzu tienen un hermoso pelaje doble que requiere mucha atención. Su pelo largo y sedoso necesita cepillados diarios para evitar nudos y mantener la limpieza. Los baños regulares, cada tres o cuatro semanas, ayudan a conservar la salud del pelaje y la piel. También es importante recortar o recoger el pelo alrededor de los ojos para prevenir irritaciones y favorecer una buena visión. Además, la limpieza de oídos, el corte de uñas y la higiene dental, incluyendo cepillado de dientes varias veces por semana, forman parte del arreglo para cuidar su salud general.
Esta raza es afectuosa, amigable y disfruta de la compañía cercana de las personas. Sin embargo, pueden mostrarse territoriales y ladrar ante ruidos o visitantes desconocidos, por lo que la socialización temprana es clave. Introducir al cachorro a diversas personas, otros animales y entornos durante sus primeras semanas ayuda a reducir miedos o comportamientos agresivos. El refuerzo positivo constante en el adiestramiento apoya su naturaleza amistosa y evita problemas conductuales.
Al nacer, los cachorros de Shih Tzu pesan alrededor de 170 gramos, creciendo hasta un peso adulto de entre 4 y 7,5 kilogramos y una altura de aproximadamente 20 a 28 centímetros. Los machos suelen ser algo más grandes que las hembras. Debido a su rostro braquicéfalo (hocico corto), son sensibles al calor y pueden tener dificultades respiratorias, por lo que es importante mantenerlos frescos en climas cálidos. Su tamaño pequeño también implica alimentación frecuente: tres o cuatro comidas pequeñas al día para prevenir hipoglucemia en los cachorros. Mantener una buena salud dental es vital, ya que esta raza es propensa a problemas bucales.
Los Shih Tzu pueden tener un carácter un poco obstinado y una atención breve, por lo que el entrenamiento requiere paciencia y constancia. Comienza con órdenes básicas como “sentado” y “ven”, usando siempre su nombre para captar su atención antes del comando. El entrenamiento para hacer sus necesidades puede ser complicado debido a su tamaño pequeño y hábitos discretos, por lo que la supervisión cercana y el refuerzo positivo son esenciales. Proporcionar un espacio seguro y cerrado, como un parque para cachorros, crea un entorno protegido cuando están solos. Evita exponerlos a lugares públicos hasta que hayan completado su calendario de vacunación, generalmente alrededor de las 16 semanas, para protegerlos de enfermedades contagiosas.
Cuidar de un cachorro de Shih Tzu implica compromiso con el arreglo regular, socialización temprana, entrenamiento considerado y atención sanitaria constante. Su naturaleza adorable los convierte en compañeros maravillosos, pero la responsabilidad es clave para su bienestar. Conocer estos cinco aspectos esenciales te prepara para ofrecer a tu cachorro un comienzo feliz y saludable.