La cetoacidosis diabética (CAD) es una complicación grave de la diabetes en perros y gatos que requiere atención veterinaria urgente. Muchos propietarios se sorprenden al conocer el diagnóstico, especialmente porque esta condición suele presentarse antes de que la diabetes sea detectada, lo que hace esencial su reconocimiento precoz para salvar la vida de tu mascota.
La cetoacidosis diabética ocurre cuando el metabolismo del animal se ve gravemente alterado debido a una deficiencia de insulina. Sin suficiente insulina, la glucosa no puede ingresar a las células para proporcionar energía, aun cuando los niveles de azúcar en sangre sean elevados. El cuerpo entonces comienza a descomponer las reservas de grasa como fuente alternativa de energía, produciendo un exceso de cetonas que acidifican la sangre y alteran el equilibrio corporal. Generalmente, un desencadenante adicional como una infección, pancreatitis o inflamación agrava este proceso.
Este metabolismo anormal provoca cambios peligrosos en el pH y en los niveles de electrolitos en la sangre, causando deshidratación, shock y complicaciones potencialmente mortales.
Las mascotas con cetoacidosis diabética pueden mostrar varias señales de alerta, entre ellas:
Si observas alguno de estos signos, es vital acudir al veterinario de inmediato.
El veterinario realizará análisis de sangre y orina para evaluar los niveles de glucosa, cetonas, desequilibrios electrolíticos y el estado ácido-base de la sangre. Esto confirma el diagnóstico y ayuda a identificar condiciones subyacentes que puedan estar provocando la cetoacidosis.
La cetoacidosis diabética es una emergencia veterinaria que requiere hospitalización y cuidados intensivos. El tratamiento comprende varios componentes adaptados para restaurar el equilibrio y favorecer la recuperación.
La reposición de líquidos es fundamental para revertir la deshidratación, diluir las cetonas nocivas en la sangre y mejorar la perfusión de los órganos.
Se administra insulina de acción rápida con frecuencia para bajar los niveles de glucosa y detener la producción de cetonas. Este manejo intensivo continúa hasta que la mascota se estabilice y pueda retomar el tratamiento habitual con insulina.
La CAD agota severamente los depósitos de potasio y fósforo, esenciales para la función celular y cardíaca. Estos se suplementan cuidadosamente, normalmente a través del goteo intravenoso, con monitorización constante para evitar complicaciones.
Se realizan pruebas sanguíneas frecuentes para controlar glucosa, electrolitos, estado ácido-base e hidratación. El veterinario ajusta los protocolos de tratamiento basándose en estos resultados para ofrecer la mejor atención posible.
Con un tratamiento rápido y adecuado, muchas mascotas se recuperan bien de la cetoacidosis diabética. Sin embargo, la CAD puede ser mortal si no se trata o si el tratamiento se retrasa. Tras la recuperación, un plan de manejo personalizado de la diabetes, que incluya administración regular de insulina, dieta equilibrada y chequeos veterinarios frecuentes, ayudará a prevenir recurrencias y a mantener una buena calidad de vida.
Si tu perro o gato presenta cambios en el apetito, aumento de la sed, micción anormal o cualquier síntoma sugestivo de diabetes, llévalo a revisión con un profesional veterinario cuanto antes. El diagnóstico temprano y el seguimiento son vitales. Mantente atento a señales de cetoacidosis y busca atención veterinaria de emergencia si aparecen.
La cetoacidosis diabética en perros y gatos es una condición grave y compleja que resulta de la diabetes no controlada y del desequilibrio metabólico. Requiere intervención veterinaria urgente y cuidados continuos para proteger la salud y el bienestar de tu mascota. La atención rápida y el manejo responsable de la diabetes pueden mejorar significativamente el pronóstico y la calidad de vida de tu animal.